Mohedas de Granadilla - Caceres

os acordáis de las escuelas que estaban en lo que hoy es el pabellón, recuerdo cuando a mi me toco ir una temporada, que frío pasábamos, estaban echas una mierda,entraba el aire por todos los sitios,incluso llegamos a llevar una lata grande llena de picón encendido a modo de brasero, habían unos grandes arboles en el jardín de atrás por los cuales subíamos a los tejados de las clases y luego mas arriba en lo que hoy es el hogar de ancianos estaban las casas de los maestros, y los profesores? que me decís de ellos malas hostias te daban si no te lo sabias,la regla en la punta de los dedos era algo habitual, buenoooo, un detalle que se me olvidaba la parte de atrás de las escuelas(la calleja)estaba siempre llena de meadas y cagadas que peste.os invito a que contéis algunas anécdotas de vuestra vida en el cole;yo os contare una;una vez en un examen de sociales creo que era doña Matilde la profesora, una pregunta era¿ quien invento la luz eléctrica? y uno de los alumnos respondió;MARIO EL HERRERO

bueno este tema no os interesa?,pues yo creo que es una forma de rememorar nuestra infancia en el pueblo,también me acuerdo de las clases que había donde hoy esta la biblioteca,e incluso me acuerdo de unas que había en la plaza,y los profesores...me acuerdo de doña Charo, doña Amelía, don Ángel, don José Antonio, doña Carmen, doña Rosi, don Virgilio, don José María, doña Primi, doña Matilde, don Sotero, don Eusebio, don Juan, no se seguro que me dejo alguno pero todos estos han pasado por mi vida y de alguna forma o de otra forman parte de ella, de todos ellos aprendí algo, aunque entonces no me di cuenta de ello.

Hola, estimado paisano extremeño de Mohedas (Jaroas). Como veo que tratas el tema de la escuela y de los maestros y que me pides que os envíe escritos (soy profesor y poeta), aquí os mando el poema-homenaje que compuse con los recuerdos de mis años infantiles en una escuela extremeña ( de Jaraicejo); es un poema a ese ser quijotesco y altruista que lucha contra los molinos de viento de la incultura, la ignorancia, el analfabetismo... sin ser reconocida muchas veces su transcendente y humana labor.Es de bien nacido ser agradecido. Como yo soy un bien nacido, compuse este poema como regalo poético a TODOS LOS MAESTROS EXTREMEÑOS, los que están en nuestra querida Extremedura y los que, por razones laborales, estamos fuera de ella, pero con las raíces bien frescas y arraigadas a ella...(cuando se está lejos, se la ama más).Espero que os guste el poema. No tengo inconveniente en introduciros de cuando en cuando algún poema para animar este foro del pueblo de mi apellido porque no soy de Mohedas, soy MOHEDAS... Aunque escribo el nombre de mi pueblo(Jaraicejo)en su homenaje, os escribo desde Barcelona.Saludos cordiales y amistosos de

Wenceslao Mohedas Ramos
Jaraicejo (Cáceres) / Barcelona


A MI MAESTRO EXTREMEÑO

Por maestro, por “padre”, por amigo,
te dedico este lírico homenaje:
un poema compuesto con bagaje
de recuerdos, vivencias... que bendigo.

Me sembraste, maestro, la semilla
del cultivo ideal, que es la cultura,
en parcelas mentales con ternura,
con el lápiz, la goma, la cartilla...

Dirigiste mis pasos inmaduros
por las sendas angostas de las frases
y, al compás de tus pasos y tus clases,
fui ganando horizontes más seguros.

Me enseñaste a soñar con otros mundos
más allá de costumbres y rutinas
y a volar tal las leves golondrinas
por azules celestes más profundos.

Me alumbraste –tal faro- mi sendero
en la noche sin luna de mi infancia;
disipaste mis sombras de ignorancia
con la luz de tu espíritu sincero.

Me rompiste en pedazos la pereza
- telaraña en las mentes infantiles -;
deshilaste los hilos tan sutiles
de la venda interior de mi cabeza.

Me iniciaste en el culto a los saberes
en el templo sagrado de la escuela;
despertaste mi mente en duermevela
con la espuela especial de los deberes.

Me libraste con libros del hastío
de esas almas vacías de inquietudes,
cultivando cosechas de virtudes
culturales en campos de baldío.

Me colmaste el vacío recipiente
de mi mente sedienta de sapiencia
y calmaste de angustias mi existencia
con efluvios fluviales de tu fuente.

Me prendiste la llama del lirismo
-¡fervorosa pasión por la poesía!-
que tornó mi tristeza en alegría
y, en amor solidario, mi egoísmo.

Me plantaste ilusiones, ideales,
sentimientos... en tierra de bonanza
y ya apunta hacia el cielo mi esperanza
por encima de bienes materiales.

Resolviste las dudas, los problemas
que cubrían mi vida de ceniza;
con la nívea blancura de tu tiza,
me pusiste en claro mis dilemas.

Tú le diste a mi vida otro sentido
más ameno, más pleno, más sublime
y mi pluma, maestro, te redime
de las sombras voraces del olvido.

A tan alta labor, qué bajo precio;
tu sudor interior no ve el ingrato
y te paga tu esfuerzo tan barato
por cosecha invisible para el necio...

Tu recuerdo indeleble va conmigo
como un grato e ingrávido bagaje
y estos versos son lírico homenaje
al maestro y al padre y al amigo.

Wenceslao Mohedas Ramos
Jaraicejo (Cáceres) / Barcelona

Muy bonito el poema,si señor,yo recuerdo a un maestro que tuve en la escuela,en mohedas,que se llamaba don emilio,era una persona muy disciplinada y seria,imponia mucho respeto,pero cuando necesitaas su ayuda era el primero que se apuntaba,y explicaba muy bien las cosas,me gustaria saber que paso con el,aunque por edad ya seguramente no estara vivo,tenia bastante años y ya han pasado casi 45 desde que me daba clase,este donde este mi recuerdo siempre sera imborrable.