Miajadas - Caceres

¿A donde vas tú mi niño? a buscar la Navidad, que pone la gente alegre
y les trae felicidad.
Y la madre se pregunta, al ver marchar al pequeño, si resulta conveniente
dejar que viva en un sueño; debería de contarle que también en Navidad, la gente muere de hambre, de pena, de injusticia y soledad.
Esto escribe un internauta en el Foro de San Vicente de Alcántara y como allí le comento, es este uno de los engaños sobre el que establecemos nuestra Sociedad.
Personalmente entiendo que dado que con el nacimiento de Cristo se pretende celebrar la supuesta unión de la Familia como tal y como Sociedad, simplemente deben ser felices los Limpios de Corazón y los que consigan engañarse como tal; personalmente las considero una FIESTAS DE PANTALLA TOTAL. No obstante mi deseo para vosotros es que lo paséis lo más divertido posible y que el próximo 2.013, consiga normalizar la situación actual.

Aunque sea una verdad a medias ó una mentira total, se necesita, creo, al menos una vez al año saludarse, desearse felicidad y sacar de nosotros mismos lo mejor. Esto no significa olvidar que hay semejantes que aunque quieran, por diversos motivos, no van a conseguir apartar de ellos lo negativo del vivir diario, pero aún así servirá para que los primeros tomen conciencia exacta de los inconvenientes de los segundos para sentirse felices y supongo que en algunos casos trataran de socorresles en lo posible. Más me parece una necesidad vital e incluso biológica que un acontecimiento social sin trascendencia.

Reitero que mi pensamiento es el expuesto, a pesar de aceptar el que existan “prohombres” que prediquen el interés de conceptos como “los brotes verdes” y/o “botellas medio llenas”; acepto igualmente el que gran parte de la Sociedad necesite de “situaciones creadas” como la de estas Fiestas, base de la religión Cristiana, para que nuestros espíritus se abran a recibir energías Positivas que contrarresten las Negativas que por naturaleza llenan sus arcas.
“Contentos y engañados”; miras a tu alrededor y desde el niño/a al adulto/a, observas el masoquismo que practican tus semejantes, al sentirse felices y satisfechos al abrazarse a vacíos conceptos de popularidad, cada uno de ellos en función de su edad, sexo, situación o demás peculiaridades que les diferencian.
Por el contrario penetras ligeramente en sus interiores y vislumbras rápidamente la “negrura” de sus sentimientos y/o la vileza de sus sentimientos dando éstos lugar, a que en muchos casos su intensidad no les permita concluir la representación de la obra de teatro que determinan en estas fechas representar.
Llegamos pues a su conclusión final, consideremos o no la necesidad de vivir engañados unos días, fingiendo un sentido familiar, social y humanitario, que durante todo el tiempo de nuestra vida nos preocupamos por derrocar. Así nos quedamos pues, con una terapia sicológica compartida, para tratar una necesidad vital e incluso biológica, más que con un acontecimiento social sin trascendencia.