Malpartida de Cáceres - Caceres

Voy a pasar a relataros el recuerdo que más me une a ese maravilloso pueblo que, lamentablemente, ahora no puedo observar si no desde la lejanía más dolorosa. Lo haré poco a poco en función del tiempo que vaya encontrando y siempre que mis queridos paisanos tengan a bien el hecho de que continue. Señalar que todo lo que se expondrá es escrupulosamente real, tan sólo han sido modificado el nombre de los protagonistas para presevar (de momento) su anonimato. Comenzamos.

Abrí los ojos un tanto desconcertado, miré por la ventanilla y, a pesar de que ya había anochecido, reconocí rápidamente aquel escenario. Faltaba muy poco para llegar, un verano más, al pueblo.

El olor a pasto seco tan caracteristico del campo extremeño durante el estío impregnaba el ambiente, un hormigueo recorrió mi cuerpo y, sin saber exactamente el por qué, pues sabía de sobra la contestación, le pregunté a mi padre: "¿Cuánto falta?"

Pero apenas pude escuchar su respuesta, esa pregunta que llevaba rondandome varias semanas ocupó toda mi mente: ¿estará también este año Bea por aquí?

Para mi la respuesta a esa pregunta lo era todo. Con Bea en el pueblo el verano sería inolvidable, sin ella....no quería estar allí. ¿Qué sentido tenía jugar al fútbol con el resto de chicos y marcar un gol si ella no estaba para verlo desde el banco? ¿a quién le iba a contar que ese año había entrado en el equipo de balonmano de mi colegio y que había sido el máximo goleador de la liguilla? ¿con quién iba a compartir el helado para que mis labios pudieran tocar el mismo trocito que acababan de tocar los suyos?

Unos minutos más tarde se disiparon mis dudas. Al entrar en la calle pude ver, aún a lo lejos, el coche de sus padres aparcado en su puerta. El corazón me dio un vuelco. Miré para mil y un lado intentando descubrirla, pero todo fue en vano.

Con una colleja mi padre me hizo volver a la realidad: "Vamos, niño, échale una mano a tu madre con las maletas"
La noche fue larga, pero ilusionante. Deseaba con todas mis fuerzas que llegase la mañana siguiente para volver a verla y preparé mentalmente mil frases para decirle. Tenía que impresionarla.

Un poco desconcertado, y por qué no decirlo, desilusionado, volví a casa. Sabía que de hacerlo corría el riesgo de que me pusieran a limpiar, como así fue, pero en realidad no tenía mucho más que hacer…hasta que se aclarase el por qué de aquel vacío callejero.


En mi casa existía una sana costumbre: “Mientras que no acabe el Tour de Francia no se puede salir a la calle a jugar, que molestas a los vecinos” Yo pensaba que se refería a que no los dejaba ver el Tour tranquilos, pero años más tarde descubrí que lo que no dejábamos era que durmiesen la siesta. Cosas de mayores.


Así pues, cuando acabó la etapa, en mi afán por emular a Induráin y por descubrir el extraño caso de “la pandilla desaparecida”, volví a coger la moto a pedales y a dar una segunda vuelta de reconocimiento a ver qué se cocía por aquellas calles de Dios.

Bueno, como veo que a nadie le interesa dejo de narrar mi experiencia.

Un saludo a todos.

perdona pero creo que estas equivocado, tu relato no es para ser contextado, es para seguir leyendo, yo creo que esta muy bien, aunque te animaria a escribirlo en un libro y editarlo, pero de momento esta muy bien seguirlo por aqui.
adelante,.
que no te respondan no quiere decir que no interese, como digo no es un hilo para responder, sino para leer.


saludos

Ciertamente es así, pero en internet la única forma de saber si alguien está interesado en lo que cuentas es que te lo digan porque no hay otra manera de interactuar con el receptor. Tampoco es plan de que yo me ponga aquí a escribir para aburrir a las cabras, por eso digo que es coveniente informar de si merece la pena seguir o no.

Saludos.

tu sigue, hay miles de hilos interactivos, este no,
ademas si te vale de consuelo, yo sigo la historia, pero no volvere a interrumpirla.

continua,,,

No es interrumpirla, esto es un foro y por tanto se puede comentar todo lo que se quiera, de hecho creo que hasta es bastante sano hacerlo porque no pretendo monopolizar el hilo ni ser el único protagonista de él. De hecho si fuera así escribiría un blog o un libro como bien dices.

Hace algunos años que no voy a Malpartida y quiero intercambiar pareceres con mi paisanos.

Esta noche si tengo tiempo escribo un par de fragmentos más.

Saludos.

sigue por favor.yo veraneo en arroyo y me siento identificada,aunque mi verano fue el del 96.seguramente seré mayor que tu. un saludo y te animo a seguir.

yo tambien estoy siguiendo tu relato parece una novela y me gusta mucho sigue escribiendo que seguro hay mucha mas gente leyendo aunque no digan nada un abrazo

!Que historia! A mi me gusta mucho leerte. Estas cosas me traen recuerdos de tiempos muy felices. Gracias por el relato.

yo también te sigo compañero,me recuerda mucho a mis viejos tiempos,sigue así,un saludo!!

Eyyyy! No suelo meterme en el foro, no suele llamarme nada la atención pero tu relato me ha gustado, me está gustando, sigue escribiendo...qué pasará con la señorita Bea???

Cambiemos nombres y situaciones y tu relato es el relato de todos los que ahora rondamos la treintena. Eso es al fin y al cabo la literatura, no?

Eso me pregunto yo, ¿qué pasará con Bea? ¿caerá rendida ante ese quinceañero soñador o por el contrario le dará esquinazo como a un niñato cualquiera?.

Muchas gracias a todos por seguir el hilo y precisamente de esto se trata, de ir comentando una historia que puede reflejar lo que un día pretérito sentimos todos. Me hace especial ilusión que alguien no relacionado con el pueblo (como nuestra amiga la que veranea en el pueblo vecino) también lo lea.

Saludos.

Me esta encantando tu historia, me parece que todos nos sentimos un poco identificados con ella. ¡¡Esos veranos adolescentes en Malpartida!!

ooooooooooooohhhhhh. que pena me quedas intrigadisimo no tardes en bolver a escribir porfa. me gusta tu relato sige asi saludos.

BONITA HISTORIA DE AMOR ¿CON SEGUISTES AL FINAL A BEA? CUENTA LA HISTORIA COMPLETA,A MI ME HA ENCANTADO

Si, la voy a contar completa. Hasta que yo diga "fin" el relato no habrá terminado.

Eso me gustaría saber a mí ¿conseguí a Bea o por el contraro estaba enamorada de su novio el de la capital? ¿sólo me quería como amigo o tal vez le interesaba para algo más?. Todo se irá viéndo y son elucubraciones que os dejo a vosotros.

Saludos.

Bueno pero que historia...
¿No había nadie más en San Isidro para ver la lluvia de estrellas?
Que chica tan valiente ¿no? !que bonito es el amor! y que intrigaaaaaaaaaa.

Por aquella zona al menos no, no sé si tal vez por dónde hoy se encuentran los albergues pulularía alguien.

Los minutos pasaban y allí seguía sin verse nada. En el fondo me daba igual, yo quería estar con Bea y lo estaba.


La conversación seguía como siempre fluida y divertida, aunque poco a poco sus palabras se entremezclaban con unos bostezos cada vez más evidentes. Yo, aún no sé por qué, cada vez que la veía abrir la boca para bostezar sentía unas ganas terribles de besarla, de fundir mi boca con la suya y de comprobar lo que se sentiría al tocar su lengua con la mía.


Por fín, tras una larga espera, conseguimos ver una estrella cruzar sobre nuestras cabezas.


"¿La has visto? ¿La has visto?" - me preguntó ilusionada.


"No, lo siento, me la perdí" - Contesté secamente. Era una de esas veces en las que le tenía preparada una encerrona. Necesitaba que me dijera algo que me diera pie para soltar la frase que rondaba mi mente.


No tardó mucho en llegar la siguiente estrella fugaz.


"¿Y ésa? ¿Tampoco has visto ésa?" - decía mientras con su mano señalaba el punto por el que había desaparecido la estela.


"Pues no, tampoco" - Dije de nuevo secamente intentando que mordiera el anzuelo que le lanzaba.


"Pero bueno, ¿se puede saber dónde miras?"


Perfecto, esa pregunta me era suficiente, por fin podía colocar mi frase.

no te iras a la cama y nos dejaras asi, verdad?

aquel verano del 95 recuerdo que yo solia ir por las noches a San Isidro a fumarme un canuto. Recuerdo una noche viendo a un par de niñatos que se sentaban en una peña, una noche de esas de lluvia de estrellas, el niñato intento meterle mano a la niñata, que estaba bien buena todo sea dicho de paso. Pero la niñata le arreó un bofetón al niñato que le saltó los empastes. No se si fue de la yoya o es que ese año la cosecha de maria fue estupenda pero me dio un ataque de risa que casi me ahogo.....ay.......aquel verano del 95

Está muy bien el texto, pero, seguro que el otro tiene un BMW con asientos de cuero y un trabajo fijo. Esa puede ser la historia de siempre.Pero sique contándola, puede que te la publiquen en la revista la Nora con otro nombre.

Seis, seis fueron las cartas que pude escribir en su ausencia, seis cartas que guardaba celosamente en mi “escondite secreto” y que esperaban, como yo, la llegada de su destinataria.

Recuerdo como si fuese ayer mismo el calor que recorrió mi cuerpo al ver de nuevo el coche aparcado en frente de su casa. Si nada había ido mal allí debía estar de nuevo Bea, pero yo aún no la había visto. Me moría de ganas por llamar a su puerta y abrazarla nada más que apareciera pero no me sentía con fuerzas. Es más, en esos momentos, cuando vi de nuevo el coche, sentí el mismo temblor de piernas y manos que aquella tarde en la biblioteca, cuando me tocó la mejilla y las mismas ganas de llorar que unos días atrás cuando, al lado de la ermita, me recordó que tenía novio.

Subí rápidamente a mi escondite y leí y releí todas y cada una de las cartas. Había llegado el momento de decidir qué hacer con ellas y no tenía ni idea. Por un lado estaba deseando dárselas y demostrarle lo mucho que significaba para mí, por otro me moría de vergüenza. Era mucho lo que decía en ellas, dárselas suponía desnudarme completamente y supeditarme a ella con unos sentimientos que no sabía si serían correspondidos.

Finalmente, y tras muchas deliberaciones, decidí tomar una decisión salomónica. Le daría la primera de ellas, el resto…ya veríamos.

Hasta mañana paisanos.

Joooooooooooooo! !Que bonito!

Por lo que veo han puesto la opción de "suscribirse" a los hilos avisando mediante correo electronico una nueva participación. Comentad que os parece lo que llevamos hasta ahora. Si puedo, escribiré al menos dos trozos más esta noche.

Me tiene intrigada tu relato,me encanta,sigue porfa.

Seguro que la cosa termina bien, ¿o mo?. ¡La verdad es que casi todos los amores de verano son tan parecidos!.

Pues la verdad es que no me acuerdo como terminaba, vais a tener que esperar a que recupere la memoria y os lo cuente.

En un rato pongo 3-4 aportaciones más, ya las estoy escribiendo.

En los siguientes meses fueron muchas las ocasiones en las que me arrepentí de haber enviado esa última carta. Y en las que maldije a Bea por no haber contestado dado que no conseguía sacarla de mi cabeza. Cada vez fuí entendiendo mejor que Bea no era un simple amor de verano si no la chica que Dios había creado para mí, el problema es que al parecer ella todavía no se había dado cuenta.

Marta y Elena fueron mis dos siguientes conquistas, dicen que un clavo quita otro clavo y para mi estas chicas fueron eso, dos clavos con los que intentar sacar la estaca con la que Bea había oradado mi corzaón y que, como Arturo en el caso de Excalibur, solamente ella podía extraer . Fue en esa época cuando maduré de repente, hasta entonces pensaba que lo de "la mujer de tu vida" no era más que una metáfora filosófica utilizada para profundizar en las distintas vertientes conceptuales del amor humano, o un mero recurso literario para enriquecer estilísticamente las novelas, pero cuando llevas dos años sin tener el más minimo contacto con una chica de la que llevas enamorado desde los 12 y aún así la sigues teniéndo presente como el primer día hasta el punto de estremecerse todo tu cuerpo cada vez que te viene a la mente, te das cuenta que es algo que escapa por completo a la normalidad y al raciocino convencional, que realmente existe esa conexión especial y única, la cuestión es que son muy pocas personas las afortunadas en encontrarlas y darse cuenta de que están ante algo tan grande.

Después llegó una temporada de tranquilidad sentimental, no quería más amoríos por el momento y me centré en sacar mis estudios. Pero Bea seguía ahí y aunque no volví a coincidir con ella en el pueblo, nunca perdí la esperanza de volver a encontrarla.

Acabé mis estudios en el instituto con buenas calificaciones, la universidad me esperaba y podía elegir entre varias ciudades a las que ir, ya que la carrera que quería estudiar no estaba en la mía. Una de las opciones, como imagino más de uno habrá imaginado ya, era probar suerte e irme a estudiar a la misma urbe de Bea, aunque mi sentido común me decía que era una locura optar por esa facultad tan solo porque ella viviese allí.

Tras darle muchas al asunto decidí escribirle una nueva carta. Habían pasado más de 4 años desde aquel verano pero no tenía nada que perder. La probabilidad de obtener respuesta era prácticamente nula pues, por no saber, no sabía ni si seguiría viviendo en la misma casa. En el interior del sobre un solo folio, y en ese folio, una sola frase: “Sigo pensando en ti cada noche”. Tampoco obtuve respuesta alguna.

Decepcionado, llegó el día en el que por fin debía elegir las universidades a las que quería ir y haciendo caso a mi sentido común y al pesimismo del momento, opté por no poner la de la ciudad de Bea entre las primeras posiciones. Finalmente me dieron mi primera elección. Las opciones por volver ver a Bea se desvanecían por completo.

Un par de meses después de haber cambiado de ciudad y empezar el curso, volví a casa, como tantos otros fines de semana. Tras saludar a mis padres entré en mi cuarto para dejar la maleta y encontré un sobre encima de la cama. Tenía escrito mi nombre a mano, con una letra que me era familiar. Al dar la vuelta y ver el remite me quise morir. Era de Bea.

Tengo otros dos fragmentos escritos pero los pondré luego. Me gustaría saber quién sigue el hilo todavía y quién no. Un fuerte abrazo queridos paisanos.

Yo lo sigo con mucho interés, la verdad es que parece que estas contando algún fragmento de mi propia vida. Esos dichosos años de juventud!!!!!!!

yo tambien estoy muy interesado desde arroyo saludos romanticon

Me dejé caer sobre la cama ya que las piernas apenas podían sostenerme y volvió a aparecer el temblor de manos mientras rompía ansioso la parte superior del sobre. Saqué el folio y lo desdoblé torpemente. La primera impresión fue de desilusión, apenas había una frase escrita y yo quería más, mucho más. La mirada se dirigió rápidamente hacia sus palabras: “Guardo en la mesita tu carta manchada con mis lágrimas y tal y como me pediste, leerla es lo último que hago muchas noches”.

Lo dejaré aquí por hoy para enzalarlo mañana con hechos posteriores.

Féliz noche a todos y tomaros una cervecita a vuestra salud.

Bea fue(¿es?) una chica afortunada...

Sigue con el relato!

Yo desde Cáceres soy soy una fiel seguidora de este precioso relato, Me encanta, y me transmite muchas cosas que ya quedaron atras, pero que jamas se olvidan... un saludoooooo

Valla mala suerte!!!! otro novio....que mal. Estoy enganchadisima

No es que sea una historia maravillosa y original, simplemente es un amor de verano; pero la relatas maravillosamente. Estoy enganchada!!!. Eres un buen narrador de historias. ¡Enhorabuena!

Hola sigo tu historia con interés, mi imagio que tendrá un final final. Continua así.
Soy de Madrid y estoy casada con un chico de Malpartida de Cáceres.
Un saludo

He de reconocer que los dos siguientes años fueron duros.

Simultaneé los estudios con el trabajo para poder sacarme el carnet de conducir y posteriormente comprarme un cochecillo de, por lo menos, tercera mano. En concreto se trataba de un seat 127, el coloraillo como ella lo llamaba, con el podía escaparme de cuando en cuando a verla.


El poco dinero que quedaba tenía dos fines: teléfono y gasolina. Con aquel coche aprendí toda la mecánica que se podía aprener a nivel de usuario pues dió toda clase de averías, y gracias a Alfonso, el del taller, que me lo arreglaba todo a cambio de una litrona y un paquete de patatas fritas con perejil, pude hacerle unos cuantos miles de kilómetros.

En el coloraillo pasé frío, calor, sueño e incluso miedo, mucho miedo, pues nunca sabías dónde te la iba a jugar. Pero ahora echando la vista atrás, jamás cambiaría aquellos años por nada del mundo.

Con las asignaturas acabadas, Bea, que curiosamente estudiaba lo mismo que yo pero en su ciudad, me consiguió, gracias también a la recomendación de Ricardo, mi mejor profesor, una beca para hacer el proyecto fin de carrera en su facultad.

Estoy en un ordenador diferente al mio habitual (concretamente en uno del trabajo) y por eso en mi intervención anterior no había iniciado sesión con mi nick. Sigámos porque esto se acaba señores:

Poco a poco la cosa fue consolidándose, irme a vivir a su ciudad y la beca hicieron las cosas mucho más fáciles. No voy a decir que jamás tuvimos una pelea, pues las hubo, y algunas muy gordas, pero en ellas no quedaba patente otra cosa más que no podíamos estar el uno sin el otro.

Y cuando todo parecía totalmente encarrilado, algo inesperado ocurrió. Algo que dio un nuevo giro a nuestras vidas y a nuestra relación

!!!!! que bonito!!! me da pena , creo que este relato se terminará pronto....

No puede ser todo tan maravilloso, final demasiado ñoña, no?

Si es real , no es ñoña
, los finales en la vida real no se eligen

A partir de ahí hay poco más que contar, supongo que la vida de los casados es mucho menos interesante que la de los novios, se comenten menos locuras, te debes guiar más por las obligaciones y la razón que por los impulsos y el corazón, y todo, en definitiva, se hace con más calma y moderación.

Los más de 50.000 kilómetros anuales que hice en los dos siguientes años explican, poco más o menos, cómo fue nuestra vida. Trabajo entre semana, viaje el viernes para pasar el fin de semana juntos y vuelta a la rutina los domingos por la noche.
En uno de esos fines de semana se gestó esa cosita, llorona por naturaleza desde sus comienzos, a la que llamamos Beilla, y que es sin duda alguna la perdición de su padre.

Vino como habitualmente se dice, con un pan bajo el brazo. Unos días antes de su llegada me confirmaron mi traslado en el trabajo a la delegación de la ciudad en la que vivía Bea y en la que teníamos el piso.

Con el tiempo Bea también entró a formar parte de la empresa y en estos momentos está a mi diestra, en otro despacho, totalmente ajena a lo que ahora mismo escribo y que leerá, si Beilla con sus juegos y travesuras no lo impide, esta misma tarde desde la tumbona en la terraza de casa.

Bueno amigos, pues aquí termina el relato del que, como habéis podido comprobar, supuso el mejor verano de mi vida por lo que significó en su momento y por todo lo que conllevó después.

En cuánto a lo de la ñoñería, por supuesto que tiene partes que se pueden ajustar a ese calificativo dado que está escrito desde la subjetividad del que lo vivió con todas su implicaciones fisicas, psicológicas y emocionales. El amor por lo general peca de una particularidad tremendamente singular: es maravilloso para el que lo siente pero puede provocar casi hastío para el que lo contempla desde la soledad. Es un poco como sucede con los besos, indescriptible para los dos participantes y cuasi repulsivo para los observadores que no pueden reconfortarse con ellos.

Espero que para algunos esto suponga aflorar viejos recuerdos que consigan sacarle una sonrisa nostálgica de esas que alegran el día, para otros el insuficiente consuelo de que alguien si tuvo lo que ellos en su momento anhelaron y en general, que a todos os haya entretenido. Mi única intención era compartir el vínculo más fuerte que poseo con Malpartida, pueblo que quiero y querré siempre, y que, si Dios así lo desea, será sin duda participe y protagonista de nuevos capítulos en esta humilde historia.

Saludos y gracias.

me ha gustado tu relato,aunque creo que empezaste narrando cosas reales y luego ya has ido metiendo un poquillo de ficción,es más algunas cosas parece que te las has ido inventando sobre la marcha,aun así te felicito porque cuando empezaste a escribirlo lo seguía porque me venían a la mente aquellas épocas,más tarde era ya por intriga porque me parecía ya un poco irreal,pero esto no es una crítica negativa eh?al revés has sabido(por lo menos a mí)engancharnos a una historia como cualquier libro o serie de TV,asi que de nuevo te felicito por el relato y te animo a que dentro de poco nos sorprendas con otra historia como esta en la que muchos nos podamos sentir identificados,un saludo!!!

A mi al final me ha decepcionado. Opino que empezastes muy bien el relato,y el nudo del asunto supo engancharme, a pesar de ser una historia normal de cualquier persona en su epoca de adolescencia; pero al final me ha recordado a los culebrones azucarados sudamericanos. Espero que no te moleste mi critica, simplemente es mi opinion. Y sigo diciendo que eres un buen narrador de historias.

Por supuesto que no me lo tomo a mal porque no hay ningún motivo para ello. Tal vez la diferencia rádica en que al principio sólo narraba los hechos y no las emociones que estos me producían, luego las he ido describiéndo más detalladamente sin tener en cuénta que para comprenderlas los interlocutores tendrían que haber vivido algo similar o estar en ese proceso y lamentablemente no es algo muy común.

Dicho esto, la historia es completamente real, tiene sus buenos momentos pero también durisimos como cuando rompimos después de aquel verano y hasta 4 años después no volvimos a tener el más mínimo contacto o la cantidad de tiempo que estuvimos separados por culpa del trabajo. Es por eso que no podré realizar otra como alguno sugerís. Yo no sé escribir, tan sólo puedo intentar narrar hechos y conocimientos que conozco por mi experiencia previa, como es este caso.

Bea comenzará a leerla en breve y lo importante es que a ella le emocione al recordar.

Saludos y gracias paisanos.

Gracias por compartirla con nosotros. Una historia real y muy romantica con un final feliz. A mi cuando triunfa el amor todas las historias me parecen maravillosas. Enhorabuena por casarte con la mujer de tus sueños
y por vuestra hija, Un saludo desde Cáceres. Esta bien lo de escribir historias que nos han pasado en nuestro pueblo. Yo me lo voy a pensar pero tengo una gran aventua para contaros, no es de amores, pero es toda una aventura. Si saco un poco de tiempo os la cuento...

bueno y nos vas a quedar asi no nos cuentas que dijo bea al leerlo si es que lo leyo (tu si que vales).

Pues os reto a realizar un ejercicio interpretativo como hice yo para ver que le pareció.

Se sentó en la terraza de casa bajo la sombra del toldo con una copa de vino en la mesa al lado del portátil y se quedó rígida, sin pestañear mientras lo leía. De cuando en cuando me acercaba para conocer sus impresiones y, o no contestaba o lo hacía con monosílabos para indicarme que no la distrajera.

A la hora y media se levantó, se acercó a mí sin decirme nada y me dió un beso profundo e intensísimo de más de medio minuto mientras nos abrazabamos y se fué.

A mi me da que le ha gustado ¿no? jaja.

Saludos.

Si, yo creo que le gustó. jejejeje

Todo esto es un poco pastelero la verdad!!!

La adolescencia es pastelera y pajillera a partes iguales

felicidades, por tu relato y por esa familia q has formao.

ainssss que bonito, voy a seguir leyendo.