Logrosán - Caceres

La Agrupación de Familiares de Fusilados y Desaparecidos de la Guerra Civil de Villuercas-Ibores y Jara trabaja para recuperar los restos de 32 personas

01.06.09 - JAVIER SÁNCHEZ PABLOS| TRUJILLO
Félix Alonso, 'tío Félix', es natural de la localidad cacereña de Fresnedoso de Ibor. Tiene 80 años. A los ocho, perdió a su padre y a un hermano, víctimas de la Guerra Civil. «Era muy pequeño. Una noche se lo llevaron y no volvieron». Fueron fusilados, señala la mujer de Félix. Después de tanto tiempo, aseguran que ya no esperaban recuperar los restos de sus seres queridos. Sin embargo, La Ley de la Memoria Histórica y el trabajo de una agrupación les ha hecho recobrar la esperanza.
Hace unos meses, unos señores se acercaron a la casa de Félix. Le dijeron que iban a intentar recuperar los restos de su padre y de su hermano. En ese momento, se echó a llorar. Después de 72 años, «nos gustaría enterrarlos de una forma digna», señala el matrimonio.
Los casos del padre y del hermano de esta persona no son los únicos. Al menos, existen 32 vecinos fusilados en la Guerra Civil que están enterrados en fosas repartidas por la comarca de Villuercas, Ibores y Jara. Algunos de sus descendientes viven en la zona. Otros ya están otros lugares, como Navalmoral de la Mata y Madrid. También emigraron a otros países como Francia e, incluso, Brasil. A pesar de ello, viven con la esperanza de recuperar a esos seres queridos, según fuentes cercanas a la investigación realizada. La intención es que a primeros de este mes comiencen las excavaciones de esas fosas.
Precursores
La promotora de la iniciativa es la Agrupación de Familiares de Fusilados y Desaparecidos de la Guerra Civil en la Comarca Villuercas, Ibores y Jara. Su presidente es Juan José Cerezo, de Roturas de Cabañas, nieto de Matías Cerezo, una de esas personas fallecidas en aquella época. Cuenta que el trabajo del colectivo comienza a raíz de la recuperación de los restos de tres personas de Retamosa, en el Puerto de los Herreros. Todavía recuerda la cara de ilusión de esos familiares.
Ahora, con la puesta en marcha de esta asociación, se quiere retomar un tema olvidado. «Hace poco tiempo era tabú», señala.
Para la localización de las fosas, han jugado un papel muy importante los estudiosos de la zona, las largas conversaciones con personas mayores y los libros sobre la Guerra Civil. De este modo, poco a poco, se ha ido conociendo las personas que habían desaparecido en aquella época. Primero se comenzó en Las Villuercas. Después, este trabajo se extendió a la zona de Ibores y Jara. Integrantes de la agrupación han visitado pueblos y han hecho numerosas llamadas a familiares para tener información sobre las historias de esas personas desaparecidas. Gracias a ello, han localizado la mayoría de las fosas, algunas de ellas individuales y otras comunes, de dos a seis personas.
Localizaciones
Según el informe realizado por el colectivo dirigido por Juan José Cerezo, esas fosas podrían estar situadas en el Puerto de los Herreros de Robledollano, Collado de Robledo, Fresnedoso de Ibor, Berzocana, Castañar de Ibor, Navezuelas, Valdecasa del Tajo y Garvín de la Jara. No todas las personas que pueden estar enterradas son naturales de estas poblaciones. Se debe a que, a mediados de los años 30, había cuadrillas de segadores que recorrían Extremadura. Por tanto, algunos de estos fusilados pueden ser de Aldeacentenera, Madroñera e, incluso, Garciaz, según el colectivo.
Una vez que se han realizado los estudios pertinentes, la agrupación de familiares, a través de una empresa especializada, ha pasado un georadar para detectar movimientos de tierras que prevé la ubicación de fosas. En estos casos, según Juan José Cerezo, esos movimientos se han visto en la entrada del cementerio de Berzocana, en la finca de Navarredonda de Fresnedoso de Ibor y en Valdecasas del Tajo. «En el resto de lugares, no se ha podido pasar el georadar porque hay que desbrozar el terreno o porque están situados en pedreras», detalla Cerezo. Por ello, los descubrimientos comenzarán por las fosas detectadas.
Para hacer esas excavaciones, el Gobierno Central ha concedido a la asociación 60.000 euros. Una vez hecho este trabajo, se solicitará otra subvención para analizar esos restos.
Este trabajo ha sido bien aceptado por la mayoría. Así lo afirma una vecina de Garvín de la Jara, Concepción Muñoz. Señala que es justo que los familiares recuperen los restos de sus seres queridos, da igual de qué lado lucharon durante la guerra. La labor de la asociación le ha animado a intentar saber el paradero de su tío que desapareció en la Batalla del Ebro. Asegura que era un deseo de su padre y ahora lo es de ella y su hermano. Muñoz ha sido una de las personas que ha informado a la agrupación de algunos sucesos de aquella época.

Fuente: HOY.ES

https://ww.hoy.es/20090601/regional/memoria-alia-esperanza-20090601.html