Jaraicejo - Caceres

Como hoy es el DÍA DE TODOS LOS SANTOS y , mañana , el DÍA DE LOS DIFUNTOS, día de visita a los cementerios...; pero los monjinos que estamos fuera no podemos hacer esta luctuosa visita a los queridos restos de nuestros estimados padres de forma física o presencial,,,, pero sí la podemos hacer de forma espiritual y virtual... Hoy, mi pensamiento ha viajado a nuestro querido camposanto y, en vez de un ramo de flores, he enviado un "ramo de versos", un poema fúnebre...
Un saludo fraternal para todos los monjinos

Wenceslao Mohedas Ramos
Jaraicejo (Cáceres) / Barcelona

TE FUISTE , PADRE MÍO...

Al recuerdo indeleble de mi padre,
Isidro Mohedas Márquez

Te fuiste, padre mío, a la otra orilla
donde todo es silencio, sombra, olvido…
a gozar del descanso merecido
por tu alma de limpio, sin mancilla.

Ya te fuiste…, dejándome tu arcilla,
tu recuerdo, tu sangre, tu apellido…;
tu descansas ya en paz, padre querido,
y yo vivo en continua pesadilla…

Ya pagaste fielmente esa factura
que les cobra a los seres esta vida
por vivir esta efímera aventura.

¡ Tánto ha sido el dolor por tu partida
que ha vestido mi vida de negrura
y no encuentro una luz, una salida!...

Wenceslao Mohedas Ramos

Aquí, tenéis otro poema que,como un "ramo de versos" he mandado virtual y espiritualmete al camposanto de Jaraicejo, ya que no me ha sido posible ir física o materialmente. Son dos poemas, uno para cada uno de los seres queridos cuyos restos tengo en el cementeriode nuestro querido
pueblo de Jaraicejo
Un saludo cordial de un monjino de la ausencia

Wenceslao Mohedas Ramos
Jaraicejo (Cáceres) / Barcelona

EMIGRANTE ANTE EL NICHO MATERNO
(Al recuerdo inmarcesible e indeleble
de mi madre, ELISA RAMOS RUBIO)

Ante ti, madre mía, está este fruto
de tu vientre, que viene de visita
a regar sus raíces con la cita
otoñal y a rendirte su tributo.

Tu indeleble recuerdo va impoluto
por mi sangre -¡tu sangre!- y me concita
a embeberme de ti, madre bendita,
y a lavarme con llanto tanto luto.

Ante el nicho - el altar - de tus despojos,
en solemne silencio, como en misa,
tu unigénito hijo está de hinojos.

Por tu nombre te nombro, madre, ¡Elisa!,
anegados en lágrimas mis ojos
y de penas empapo hasta la brisa...

Wenceslao Mohedas Ramos