Jaraicejo - Caceres

Si amarse a sí mismo resulta, a veces, odioso, amar al prójimo como a uno/a mismo/a se convierte en una feroz ironía.

Un beso, dos besos, tres besos, cuatro besos, cinco besos,
cuatro beos, tresbesos, dos besos, un beso, ningún beso: he aquí el desarrollo de una hermosa historia de amor.

Quizá no sepas que el verdadero amor siempre va "in crescendo".
Mis besos no se agotan. Son reales e infinitos.

...Aquí, donde se viste
de dos albas el sol en noche oscura,
eternamente triste,
ausente de tu luz serena y pura,
vive mi alma asida
al cuerpo triste de quien eres vida.