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15-12-11 19:46 #9304288
Por:jareri

RESPUESTA
RESPONDO A TU PREGUNTA. ESPERO QUE TE SEA ÚTIL Y SALGAS DE DUDAS.
FALTA SABER:
-TIPO DE MADERA.
-PESO.
-MEDIDAS.
-TIPO DE PINTURAS MÁS ANTIGUAS Y, LAS MÁS RECIENTES.
-¿SABES SI EXISTEN RADIOGRAFÍAS?


-------------COMO MIRAR UNA IMAGEN DE MARIA-------------------------


(...) ¿Por qué…?, contemplando una imagen en una iglesia.
¿Por qué tiene…? ¿Por qué está…? ¿Por qué le han pintado…?
La primera pregunta que surge es: ¿Qué es la iconografía? Podríamos definirla como el estudio del análisis formal de una imagen o de una obra que permite identificar el significado de una representación. Dicho de una manera más sencilla: estudiar, interpretar el significado de una obra analizando sus formas, color, distribución, imagen, símbolos, alegorías…
Esto implica que hay que analizar la forma, la composición y los distintos factores que contribuyen a las variaciones tanto formales como interpretativas.
A la hora de descubrir los valores que yacen en la forma visible de una obra, no siempre es fácil, ni están ahí expuestos de manera consciente por parte del artista, ya que en ocasiones el autor de la obra es ajeno porque ya está imbuido por el ambiente.
Debemos ser sensatos y no caer en la idea de que una obra es importante por el renombre del artista, sino por lo que transmite la obra en sí. El comercialismo y las modas nos hacen caer en muchas ocasiones en este error.
La segunda pregunta que uno se puede hacer es: ¿Cuándo nacen las imágenes religiosas?
Desde que el hombre cree en la existencia de un ser superior, ha intentado comunicarse con él a través de imágenes, ritos, celebraciones, etc. Sabemos que las pinturas rupestres más antiguas, tenían que ver con el espíritu de los hombres y de los animales. Sabemos que las primeras construcciones funerarias nos transmiten la creencia en un más allá donde necesitarán elementos de este mundo. Sabemos que las primeras estatuillas creadas por el hombre eran representaciones de sus deidades.
¿Y en el mundo cristiano? El cristianismo nace del judaísmo y por ello tenemos que acercarnos a los textos bíblicos del Antiguo Testamento para entender por qué al principio no encontramos representaciones pictóricas o escultóricas. Leamos el texto del libro del Éxodo, en el capítulo 20, versículo 4: “No te harás escultura ni imagen alguna ni de lo que hay arriba en los cielos, ni de lo que hay abajo en la tierra, ni de lo que hay en las aguas debajo de la tierra”.
Esta prohibición ya no se da en el Nuevo Testamento, porque para el cristiano, la Revelación ya ha concluido, y es por lo que podemos empezar a encontrarnos representaciones pictóricas o escultóricas relacionadas con la figura de Jesús o los misterios de la fe.
Las primeras representaciones nos las encontramos en las catacumbas, en las lápidas o lugares donde se reunían a rezar los primeros cristianos. Eran imágenes cargadas de un simbolismo tan grande, que el que no perteneciera al grupo de los creyentes, difícilmente podría entender lo que en verdad representaban. Los más conocidos eran la imagen del Buen Pastor, el ancla, un pez, el crismón...
En las primeras basílicas ya aparecen más identificables y definidas imágenes de Cristo, algunos profetas, la Virgen con el niño y mártires. La escultura es más tardía, no olvidemos que en los cuatro primeros siglos la Iglesia es perseguida, aunque sí encontramos relieves sobre todo en sarcófagos siguiendo la tradición romana.
Estas representaciones estaban normalmente realizadas con un fuerte sentido pedagógico y docente. San Gregorio Nacianceno (394) decía: “La pintura es a los analfabetos como la escritura a la demás gente”.
La evolución de toda esta expresión religiosa a lo largo de los distintos siglos va a ser muy variada y fecunda, pero siempre reflejando la espiritualidad de cada momento; pudiéndonos encontrar desde la intimidad y sobriedad del románico, a la luminosidad y amplitud del gótico, a la suntuosidad y recargamiento del barroco. Desde la explosión en la iconografía (s. XII) sobre todo imágenes de santos protectores, por gremios o situaciones de la vida (se les conocían por los atributos que portaban; instrumentos de martirio, cualidades del santo…) a la época de la Reforma y el Renacimiento (S. XVI) donde las imágenes ganan en humanidad y en fuerza. Los retablos, las fachadas… Son las «Biblias en piedra o madera». Llegando a un siglo XIX donde se trabaja menos a nivel artístico y más a un nivel pragmático realizando la mayoría de las obras en pasta y moldes. Ha de llegar un movimiento, en torno a 1920, que podríamos llamar apóstoles de las imágenes dignas (Agrupación de arte litúrgico), que prenden dignificar de nuevo la iconografía, sobre todo la escultórica.
¿Y con respecto a las imágenes Marianas? No hemos de olvidar que desde muy temprano, Éfeso define la “Maternidad Divina de María” (431) y eso hace que la imagen de María adquiera un lugar privilegiado en la iconografía cristiana, aunque ya en el siglo II en el cementerio de Priscila aparece María, sentada, como matrona con el niño en brazos.
Es a partir del siglo V cuando empezamos a encontrarnos con representaciones de la Virgen, ya sea en pintura o escultura, todas ellas cargadas de una simbología que en aquella época todos entendían y que hoy en día, a la mayoría, les es difícil descubrir.
Descubramos una serie de pistas para saber leer una imagen Mariana.
Todo artista quiere decirnos algo con aquello que nos ofrece. Es diferente que coloque al niño Jesús en el brazo izquierdo o derecho de María; que Ella esté de pie, sentada o en el suelo; que sólo tenga a Jesús en sus brazos o que además le coloque algún atributo; que la decore con unos colores u otros…
Recuperemos algunas de las interpretaciones más aceptadas hoy en día sobre este tema.
Ya hemos citado anteriormente que entre el siglo V al X nos encontramos con muchas representaciones en las que la Virgen María está sentada y ella sirve como Trono a Jesús, el Hijo de Dios. Es conocida esta imagen como Virgen de la Majestad. María que ofrece a su niño, María detrás de Jesús, pero siempre sosteniéndolo.
¿Cuando coges a un niño en brazos, sobre qué brazo lo sueles sostener? Curiosamente, la inmensa mayoría de las mujeres, sostiene a los niños en el brazo izquierdo, mientras que los hombres, suelen hacerlo con el brazo derecho.
Esta realidad tiene una explicación muy sencilla, ya que las mujeres además de tener el niño, suelen tener que estar haciendo otras cosas y necesitan su mano derecha para realizarlas, mientras que los hombres, cuando cogen a un niño, sólo hacen esa función, y además el brazo derecho es el que les da más seguridad.
Por todo ello, es natural que un artista, que suele reflejar la realidad que vive, colocara normalmente la figura de Jesús en el brazo izquierdo de María en casi el ochenta por ciento de la obras de arte.
Cuando nos encontramos con una imagen de María con el niño en el brazo izquierdo, el autor nos está transmitiendo el aspecto maternal de María. María Madre, la que cuida, la que cumple otras misiones… Si en esa misma imagen la Virgen está señalando con la mano derecha hacia adelante o de costado, nos está marcando el camino de la Salvación y de la Vida.
Si el autor coloca al Niño en el brazo izquierdo y su carita cerca y con rasgos maternales como si el niño jugara con la madre, esculturas o cuadros más bien de los siglos XIV - XV, nos está transmitiendo el don de María como Madre de Dios.
Podría tener en esa mano derecha un fruto o una flor, con lo que nos está uniendo a dos mujeres y dos Testamentos, Eva y María; o la Virgen dando racimos de uvas al Niño, como premonición del dolor que le vendrá.
En algunos cuadros podríamos descubrir la figura del Niño Jesús, con un pajarito en la mano, significando el don de la vida. Esta representación se basa en algunos textos apócrifos.
No es raro también encontrar una imagen donde parecen estar dialogando la Madre y el Hijo. Transmitiéndonos el artista la unidad existente entre lo humano y lo divino.
Cuando el autor nos coloca la figura de Jesús en el brazo derecho de su Madre, está resaltando la figura protectora de María, la que enseña y la que se entrega.
Cada autor quiere transmitir algo diferente con su obra. Cada artista, no sólo nos deja su plasticidad, sino su visión teológica de la figura de María. Nosotros debemos entender y sintonizar con ella.
Otra imagen diferente es la que nos representa a María, de pie, con los brazos en alto o hacia adelante con Jesús entre sus manos. En este caso nos encontramos ante una Virgen Orante u Oferente. María intercede por nosotros y nos ofrece a su Hijo. María no tuvo a su Hijo para ella, sino que nos lo entrega a nosotros.
Más extraño es, aunque no inusual, ver una imagen de María con un círculo o un sol en el pecho que representa al Niño Jesús. Una variante es una “Virgen abridera” en la que se dejaba un hueco en el vientre de la imagen de María para colocar al Niño. Otra variante es la Virgen del Apocalipsis, en la que vemos un sol en el vientre de la imagen.
Es en la pintura donde nos encontramos más variaciones por la facilidad que ella da. Destacaríamos la representación de María sentada en el suelo y en ocasiones amamantando al niño. Nos encontramos ante la Virgen de la Humildad.
Cuando se nos ofrece la figura de María, como Madre, amamantando, lo que el autor destaca es la naturaleza humana de Cristo.
Otros modelos podrían ser la Virgen del Socorro o del Sufragio, en la que María descubre el pecho y deja caer unas gotas de leche sobre las almas del purgatorio.
En el gótico y renacimiento descubrimos una imagen que podríamos llamar “Madre desairada”, en la que el Niño rechaza el pecho para buscar la cruz a la que mira y parece jugar con ella. El Concilio de Trento evita que esta imagen se reproduzca en muchos lugares.
No podemos dejar de nombrar las Vírgenes Dolorosas del gótico: Calvario, Piedad, Angustia, Dolorosa, Soledad…, así como los signos externos de los puñales, lágrimas, gesto de dolor…
Así como la Virgen de la Misericordia: protectora y acogiendo bajo su manto a todos. Virgen del Socorro.
Y qué decir, de la explosión de imágenes de la Virgen Inmaculada. La Virgen Apocalíptica, rodeada de ángeles y los símbolos de la Letanía Lauretana (corona de estrellas, luna, dragón a sus pies…)
Cuántas imágenes, cuántos modelos, cuántas diferencias y todo para intentar expresar todo lo que es María para un creyente a través de su colocación, las vestiduras, la cultura de ese país, gestos, la posición del rostro, los colores, actitudes y sobre todo la adición de algún elemento iconográfico.
Si hay alguna imagen que más atraiga, es en la que aparecen María y Jesús haciendo el mismo gesto, por ejemplo bendecir. María enseña a Jesús, pero ha de aprender de Jesús.
¿Cómo es la imagen? ¿cuáles son sus elementos fundamentales?...
María quiere mostrarnos a su Hijo, por eso lo lleva en su brazo.
“Cuando el sabio te señala con el dedo la luna, el necio se queda mirando el dedo”.(...)

Otro tema muy importante son los colores, pero, esa es otra historia.


YA ME CONTARÁS.
Puntos:
17-12-11 18:25 #9313069 -> 9304288
Por:micalino

RE: RESPUESTA
Que cansino eres con el copia y pega, y luego te las darás de culto, jajajajajajaja, retiro el futuro, mejor lo dejo en el presente. Feliz Navidad a todos.
Puntos:

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