Guadalupe - Caceres

SALUDOS TUARINOS.

Después de haber cambiado el traje de luces por el de chaqueta, por un día, para asistir a una boda fuera del pueblo, aquí estoy de nuevo para intentar contaros lo sucedido en este último día de los festejos taurinos.

Nada más llegar a Guadalupe lo primero que me contaron del día anterior, fue un incidente con la banda de música durante la capea del sábado. Según varias fuentes consultadas al parecer, los músicos dejaron de tocar y se bajaron del tablao. Motivos varios, y unos más creíbles que otros, porque no se respetaba su trabajo poniendo la música de algún bar a todo trapo, por el comentario negativo de alguna persona responsable del festejo, porque este año no han tenido el detalle de subirles algún refrigerio...etc Yo no sé realmente que pudo pasar en realidad, pero me inclino a pensar que fue un cúmulo de acontecimientos...júzguenlo ustedes. A pesar de todo, ayer la banda tocó como cualquier día y desde aquí mi felicitación por su labor. También me dijeron que tuvimos la visita de uno de los grandes, del maestro César Rincón.

Ayer los cohetes se lanzaron a las 6 de la tarde, una hora prudente y acorde con el inicio de la capea 45 minutos más tarde. Por las caras que se veía en el público que bajaba "perezosamente" a la plaza se notaba que no era un día como otro cualquiera, era el último día de toros de este año.

Con un sol de justicia dando en la mayoría de los tendidos y la gente protegiéndose de él como mejor podía salió la primera vaca de la tarde. Una res de color marrón claro y tuerta del cuerno izquierdo. Varias vueltas al ruedo para reconocer el terreno, subida a la candelera y visita obligada a la fuente para beber agua. Todo según el protocolo de la mayoría de las vacas en estos días. La vaca se cansó pronto y dio poco juego.

A continuación suelta de otra vaca, esta vez de pelo negro, si no me falla la memoria, porque con tanto animal uno ya no se acuerda bien de lo que ve, son como los chinos que a lo lejos todos te parecen iguales. Varias vueltas por la plaza buscando un lugar de escape, acudiéndo de vez en cuando a los cites y recortes de los mozos más valientes, varias subidas a la candelera y baño exprés en la fuente. Esta se movió bastante más que su predecesora.

Cuando el sol estaba ya más bajo y sólo daba en nuestro tablao (penúltimo en irse el sol de toda la plaza) y en otro, salió el toro.
Era un morlaco de color marrón con buena presencia y gran cabeza. Dos valientes subidos en sendas sillas para saltar al toro, primer paso cerca de ellos sin fijarse, muchos murmullos de la ceguera del toro por el respetable. A la segunda pasada si se fijó y salto con gran maestría por parte de los dos, pero en la huida uno de ellos resbaló y el pánico se apoderó del gentío que chilló con angustia y nerviosismo. Gracias a Dios el mozo se levantó rápido como una centella y no pasó nada.
A partir de este susto vinieron los mejores momentos de la capea, el toro rematando una y otra vez en muchos burladeros de la plaza y poniendo a prueba su resistencia. El nuestro puede dar fe de varias firmas de su asta que ya permanecerán para siempre en nuestras tablas. Poco a poco el toro se fue ganado al público por su bravura e insistencia hasta convertirse en el mejor de las fiestas.

Tras esta exhibición llegó el momento de echarle el lazo y aquí aparece el gran triunfador de los festejos, VILLA (es la 1era vez que pongo un nombre pero la ocasión lo merece) que dio todo un recital de valentía, arrojo y entrega para ponerle, quitarle una y otra vez la cuerda hasta colocarla en su sitio. Una vez sacrificado el toro, fue ovacionado por el público, alzado en hombros y arrojado a la fuente como signo de triunfo.

Cuando el sol ya nos había abandonado, salió la última becerra que dio el juego de siempre, muchas carreras y mucho gentío en el ruedo, pero no es por esto por lo que será recordada esta vaquilla sino por la incursión que hizo el el mesón extremeño, llegando prácticamente hasta la cocina y dándo el susto de la noche a más de uno que se creían bien a salvo de la vaca. Con esta vaca finalizaron los festejos de este año.

Han sido 6 días de muchas emociones, tertulias y anécdotas que darán mucho que hablar en los próximos días, semanas y meses, al igual que pasó antes de los toros. Para unos habrán sido los mejores festejos de la década, para otros los peores del siglo, para otros en los que no pudieron estar por una imposición, para otros una barbaridad, para otros se les habrán quedado cortos, algunos dándo las gracias porque por fin hayan acabado...etc. Sea como sea aquí he estado yo para contarlo a mi manera, tratando de no ofender a nadie y que a los que les gusta y no han estado con nosotros lo hayan disfrutado desde sus casas...

Hemos tenido un día dedicado a los jóvenes, niños, mujeres, mayores, hosteleros...Propongo para otro año un día dedicado a LAS MADRES que son las que sufren y no duermen muchos días, pensando en lo que haremos sus hijos en la plaza. A todas ellas va dedicada esta última crónica con la que me despido.

UN SALUDO PARA TODOS LOS QUE ME HABÉIS SEGUIDO CADA DÍA EN ESTE FORO.

Una vez mas gracias mane por la crÓnica taurina.
Saludos
Chon

ole,ole y ole torero

¡Felicidades Mane!!

Fe de erratas: seguimos con las meteduras de pata, no sé si por el cansancio acumulado o por la falta de una corrección exhaustiva. Gracias a Dios se trata de la crónica del 31 de julio y no de agosto como titulo equivocadamente.

Para nada nos hemos fijado en la fecha después de leer tan maravillosa crónica
Notamos mucho la falta de la crónica del día que has estado de boda
Muchas gracias por habernos tenido informados a los que no hemos podido estar

muchas gracias por tu crónica.has estado genial!