Casillas de Coria - Caceres

En un lugar de Casillas de cuyo nombre si quiero acordarme, donde la cultura no tiene paredes, ni edificios, ni fronteras, donde cualquier sitio es bueno para culturizarnos, aquí, en cualquier lugar, nos reunimos un grupo de personas, casi todas ellas educadas en el colegio público de dicha localidad, todas ellas hemos aprendido de casi todo, pero lo más importante, es que hemos aprendido los valores necesarios para ser personas en la vida, y ante todo el respeto y la tolerancia hacia los demás que es lo que le falta a ese ser extraño y ridículo que se permiten el lujo de insultar gratuitamente a las personas de este municipio. Ese ser que se cree más inteligente que nadie está a falta de lo principal, la educación. Ese ser que se piensa que puede tratar a la gente por encima del hombro, a considerarnos como una raza inferior por no compartir sus ideas, a ese descendiente de la España franquista, que vive todavía inmerso en una política autoritaria, donde prima la prepotencia y la humillación, el juego sucio, las mentiras y las descalificaciones, ese ser de ideas retrogradas se piensa que pueden descalificar a los demás porque sí y encima lo hace a través del oscurantismo, sin dar la cara, aunque por la sombra se sabe bien que árbol es.

Nosotros, los que nos reunimos a hablar de cultura, tenemos ideas diferentes al franquismo y no por eso, nos permitimos el lujo de insultar, porque nadie es inferior ni superior a nadie, todos somos iguales y eso es precisamente lo que nos diferencia. Y nunca quisimos ser gato pues siempre fuimos ratón.

Una tarde cualquiera, el lugar no importa, hablando del Guernica, le decía a mis compañeros la similitud que tiene dicha obra en cuanto al desorden, brutalidad y oscuridad que representa, a la vida de alguno que yo me sé; Y ya inspirados en el arte, remontándonos en el tiempo, pensamos en lo que le gustaría alguna ser la infanta Margarita y que junto a sus Meninas, Velásquez la pintase al óleo repartiendo pergaminos por la Villa, pero eso ya es mucho pedir, aunque soñar es libre.

La otra mañana, tratando un tema de literatura, me contaban una nueva versión de los Amantes de Teruel (tonto ella, tonto él), y como el protagonista sueña con impresionar a la dama y como buen caballero “aristócrata”, a falta de caballo, la acompaña con su perro y le dice: yo, tu fiel soldado haré y enfrentaré la guerra por ti para que consigas tu reino, aunque para ello, amada mía, tenga que malograr a mi familia, humillarme, verme envuelto en peleas, en la soledad más plena, dejar la fotografía, pero todo lo haré, intentaré machacar al enemigo, por ti, mi Dulcinea del Toboso.

En el café de la sobremesa, estuvimos escuchando música, no música clásica, porque la verdad y con todos nuestros respetos, ese tipo de música no nos agrada tanto como el flamenco, la rumba, o la música folklórica, pues, “yo soy un hombre del campo” y como tal me gusta recordar canciones que me recuerdan nuestra historia más reciente como, “En la plaza de mi pueblo”.

Viendo distintas definiciones que venían en el diccionario de la Real Academia, leímos una definición de banquero que decía, banquero es aquel que hace dinero con dinero ajeno, y pensamos, menos mal que no todos los banqueros son iguales, no a todos tienen que jubilarlos anticipadamente por creerse dicha definición.

En cuanto al ser “inteligente” que hizo el apartado del Gran circo casillano, decirte que hablaste de la directora, de los espectadores pero se te olvidó la actuación, la gran actuación: En homenaje a los 40 años de Barrio Sésamo, salieron Epi y Blas a intentar explicar que la suma de uno mas uno es igual a cuatro, una actuación estelar, de aquí al estrellato. Y decirte que lo primero que hay que tener para ser alguien en la vida es respeto hacia los demás y de eso tú careces, y que aquí no hay más animal que tú, similar a una gallina en cuanto a cobardía y a una rata de alcantarilla en cuanto al modo de subsistencia, pues las ratas de alcantarilla necesitan rodearse de mierda para sobrevivir.

Y como consejo, no hiere el que quiere sino el que puede, y que para hablar hay que saber porque soltar palabras es muy fácil y más cuando estas palabras lo único que hacen es matar la verdad, pues como bien dice el Principito, hay personas “grandes" (como tú) que no entienden nada.

Por lo que veo ni Epi ni Blas se supieron la lección, no se aprendieron el tema que correspondía, puede ser porque se saltaron la clase donde se lo explicaban o quizás es que su “eficaz” maestro no se la supo explicar bien tal vez porque ni él se la sabía, pobrecitos y ahora por lo que me cuentan, (porque yo vivo un poco lejos de allí, pero vamos que voy muy a menudo porque la carretera es buena, buena), dicen que lo hicieron mal porque no les dejaron hablar, no bonitos, por lo visto a todos les quedó claro que uno más uno no son cuatro ¿qué más queríais contar?, ahh: por el mar corren las liebres, por el monte las sardinas tralará..., eso para el próximo capítulo

no nos enteramos de nada.