A MI TIERRA EXTREMEÑA Asina que siento cerca mi tierra extremeña me entra un süo frío y jasta temblaera arrempujo p'alantre con el cuerpo como si volá quisiera pa llegá cuanto antes. Pa sentí el aire y pa ve los colores de mi tierra y escuchá el palrá de mi gente, que entavía se cuelan palabras mu d'nantes que se quearon p'a siempre en mi mollera y me gusta escuchalas de nuevo, con ese acento durzón que tié caencia. Se resbalan por mi oreja y me siento mu feliz con las cosas de mi tierra y es que de verdá soy extremeño. Ná puo cambiarme en otras tierras ni su gente ni sus fiestas, manque haya sio güeno lo vivio. Nacía como soy en ese pueblo de torres tan cumplias y tan recias que aguantan vendavales y tormentas y el caló del verano que pega con juerza. Esas torres no se amilanan permanecen recias, jueron jechas p'a aguantá lo que venga. Jerez de los caballeros es el nombre de mi pueblo ya es hora de vos lo dijera me gusta tenervo entrigao una mijina pa aluego soltaglo de una ve y que sentais lo bien que suena. ¡Que bonito es entavía! manque haya sufrío argún retoque por humó de los adelantos de la via. Sus calles ya no son de piedra o empedrá que viene a se lo mesmo, ni el paseo por el que dábamos güertas ni el parque de Santa Lucía con la fuente aquella de leones. Las vistas son las mesmas se devisa a lo lejos las dejesas y los cerros er pantano y jasta creo recordá que la Albuera ande iban los pescaores a por tencas. Pero hay cosas que están lo mesmo que e'nantes las iglesias, las fuentes y jasta los barrios como er de los Mártires, ande vivían los agüelos con la ermita enfrente, y el llano ande se celebraban las velás y tiraban cojetes. Que recuerdos mi madre, que infancia más feliz en la mi tierra y que peregrinaje me jué impuesto. Asina que crecí y entré en er matrimonio tuve hijos y un trabajo y to mu lejos de mi tierra extremeña. Pero yo siempre güervo a mis raigambres y es que de verdad soy extremeño. |