Aldeanueva de la Vera - Caceres

Toc toc, Aguililla roja: Disculpa, pero hay aquí un amigo y un número infinito de amigos que quieren hablar contigo y te echan de menos,

Muchos hablan pocos riman, solo los mejores improvisan,
Toc. Toc

Ranga, tranquilo, me voy a dar unas vacaciones, que poraqui, ¡ya uelo¡, no te preocupes, que El Aguila Reaparecera de sus cenizas,es tiempo de jalogueir, o su put madr, jjejejjej, Ranga ya te digo, que la peña descanse, cuando vea cuando y donde actuar, lo hare, y claudicareee, no tendre compasion, con esas alimañas, que asi mismos piensan que siempre tienen las de ganar...

El AGuila Roja, a vueltooooo.

OK campeón como el ave fénix entre las cenizas,

como lo conocían los griegos, es un ave mitológica del tamaño de un águila, de plumaje rojo, anaranjado y amarillo incandescente, de fuerte pico y garras. Se trataba de un ave fabulosa que se consumía por acción del fuego cada 500 años, para luego resurgir de sus cenizas. Según algunos mitos, vivía en una región que comprendía la zona del Oriente Medio y la India, llegando hasta Egipto, en el norte de África. Muy presente en la poesía árabe

Pero no tardes tantos años en resurgir vale.

noooo, amigo Ranga, ya da habras dado cuenta, que he vuenlto, como dice el anuncio,,,, volvemos en 2 minutossss.



la base del trabajo, es el camino del exito.

La pluma roja, del Aguila

Toc toc, Aguililla roja que a pasado que entrantes con mucha fuerza, donde estas amigo mió

Gracias a todos, por acordaros del Aguila Roja, todavia no he muerto, pero ando un poquito herido, por una flecha que me dio en el corazon, ya me vereis en accion, un dia de estos, por que creo que saldre bien parado del flechazo.

os quiere El aguila roja

El Aguililla sea enamorado

¿Existe el flechazo en el amor?

Claro que si existen los flechazos de amor... creo que a todos nos ha pasado alguna vez... a mí me ha pasado muchas veces y si sentiste esto por alguien no lo dejes ir... los flechazos de amor son los más intensos...te atraviesan el corazón...

Bueno Aguililla, dicen por ahí que el amor es una enfermedad y que casi siempre termina en la cama!

El águila ha constituido el símbolo de la majestad y de la victoria a lo largo de los tiempos. En el lenguage hieroglífico designaba las ciudades de Heliópolis, Emeso, Antioquía y Tiro. Los persas y los epirenses la tomaron los primeros por insignia militar y posteriormente fue el emblema de los egipcios, de la república romana y de los emperadores de Oriente y de Occidente. El águila era una figura que se ponía como atributo en los capiteles de los templos de Júpiter.
Te comprendo Águila Roja, los golpes que pegan las flechas del invidente Cupido, te dejan patidifuso el corazón y tembloroso el cuerpo. Es como una borrachera agradable y desagradable a la vez, como un caballo desbocado, que no encuentra límites, ni barreras que detengan su galope veloz.
Es como una catarsis, que en el infinito se toca con el odio, ya que ambos pueden acabar su existencia en la muerte. Es gozo y dolor. Esto último lo he aprendido en el interior de la materia que envuelve mi piel, y lo he confirmado desde el día que descubrí las Rimas de Gustavo Adolfo Bécquer, el enamoramiento de Santa Teresa, la espiritualidad de San Juan de la Cruz, y el amor de Miguel Hernández, en la Elegía a la muerte de su amigo, José Ramón Marín Gutiérrez, más conocido como Ramón Sijé.
Entre tanto, de reojo he visto a Machado jugar con Leonor en los campos polvorientos de la Castilla muerta, a Tagore con Teresa Camprubí en una nube de poemas sueltos, empujados por el viento de Blas de Otero y la voz del Moncayo, representada por José Antonio Labordeta.
También he apreciado sintomas del mal que aqueja tus entretelas, en las flores de la jaras que blanquean los parduzcos cerros en primavera, en las oropéndolas que hacen sus nidos en los chopos de Las Vegas, y en largarto rastrero que corretea por los caminos de la sierra, dibujando líneas caprichosas en la arena de los caminos, cuando el agua del invierno se ha convertido en vapor de nube, movido caprichosamente por el viento.
Tus males carísimo Águila están resbalan sobre los dinteles de los viejos caseros de nuestro pueblo, y en los entornos de las fuentes donde nuestras abuelas iban a por agua y a mantener la charla a hurtadillas, que cada noche llevaban a cabo con su amado... así podría seguir viendo tus males en cada árbol, en cada flor que nace, en cada mujer y en cada trago de cerveza amarga, bebida, a veces, a falta de champan y compaña. Podría seguir más tiempo hablándote de tu a tu de oreja, pero en estos momentos en el que el dios Morfeo me llama ininterrumpidamente para que como cada noche me abondone plácidamente en sus brazos, voy a hacer mia aquella máxima de Neruda: "Me gustas cuando callas porque estoy como ausente"... y cierro el ordenador, por lo que solamente me queda tiempo, no para desear la cura de tu mal, ni corregir el texto que acabo de escribir, sino para desearte una buena noche de tu amigo. El Mirlo Blanco, que merodea por las inmediaciones del Puente de los Burros.

No registrado: Me gusta tu prosa poética, aunque lo que terminas de escribir esté sin corregir, algo que se nota a la legua. También me ha traido el recuerdo de aquel gran Barquero de Vega Santana, que nos deleitó en este foro con sus escritos durante algún tiempo. Algunos aseguraron conocerle, pero él un buen día se despidió y no ha vuelto. ¿Alguien le conoce realmente?. ¿Sigue en el pueblo?. ¿Ranga tu tampoco sabes quien es?. ¿Las aves que han llegado ahora últimamente, desde el aire no puden localizarle?

Hablare con el Aguila roja, es posible que desde las alturas lo localice por mesillas,
Toc toc cambio