Una avería en la cadena de ensamblaje de chinos ha interrumpido bruscamente la producción de nuevos ciudadanos, según admitía hoy el primer ministro del Gobierno chino, Li Keqiang.
Ubicada en Pekín desde tiempos inmemoriales, la máquina de hacer chinos (中国制造商) empezó a fabricar bebés “ligeramente distintos unos de otros” y tuvo que ser detenida ayer a las seis de la tarde, hora local, para evitar que se produjera una catástrofe.
Aprincipio, la avería afectaba únicamente a la sección de chinos con sobrepeso, pero luego empezaron a mostrar también defectos de reproducción los típicos chinos flacuchos que con los años se convierten en sabios venerables con una barba blanca muy larga.
El Gobierno pide a los padres que conserven el ticket de sus bebés. Li Keqiang replica que “sin la existencia de esta máquina con sus actuales prestaciones, los chinos tendríamos que reproducirnos a mano y esto nos quitaría tiempo para el trabajo”.
China no descarta llamar a revisión a máquinas parecidas que operan fuera del continente asiático. “De momento, la máquina de hacer hipsters de Malasaña funciona perfectamente, pero tendremos que andar con mil ojos”, admitía un portavoz del Ayuntamiento de Madrid.
