HABLEMOS DE SEXUALIDAD Hombres y mujeres presentan diferencias en la forma y función de sus órganos sexuales. El hombre tiene dos testículos, en donde, por estímulos hormonales, se producen los espermatozoides o células masculinas para la reproducción, que ascienden mezclándose con el liquido segregado por la próstata y salen al exterior por el pene. Este líquido producido en los órganos genitales masculino, se llama semen. La mujer también por regulación hormonal, elabora óvulos o células femeninas para la reproducción en sus ovarios. Cada mes aproximadamente se desprende un óvulo, que es recogido por las trompas de Falopio y conducido por ellas hasta el útero o matriz. Ésta comunica al exterior por la vagina, que esta bordeada por dos pliegues cutáneos, labios mayores y menores. En su parte superior se encuentra el clítoris. El desarrollo mamario es otra diferenciación femenina. En la adolescencia se desarrollan los caracteres propios de los sexos. A partir de entonces, el HOMBRE experimenta variaciones en sus genitales cuando se produce una situación de emotividad sexual. El pene se pone rígido y aumenta su tamaño y dureza. A esto se le llama erección. Los estímulos que causan esta erección se provocan por el tacto de las zonas sexuales, por sensaciones de otros lugares del cuerpo, por fantasías y recuerdos anteriores y por la estimulación de órganos de los sentidos. Con todas estas posibilidades se elaboran impulsos que llegan al centro del sistema nervioso medular de la erección, que está situado a nivel de la medula sacra en S2, S3 y S4. Cuando la excitación llega al máximo, acompañando a una vivencia especialmente placentera llamada orgasmo, se expulsa en semen en la vagina, con la contracción de las vesículas seminales y el cierre de los esfínteres que dan entrada en la vejiga urinaria. Es la llamada eyaculación. Los movimientos rítmicos que se producen durante ella y las contracciones musculares necesarias para la eyaculación están regulados por el centro medular de la eyaculación situado a nivel de la medula lumbar en L1, L2 y L3. Para el arco reflejo eyaculatorio se necesita una gran excitación sensitiva placentera. Una vez expulsado el semen, el hombre queda en una situación relajada y no puede tener otro orgasmo hasta pasado cierto tiempo. Hacia los doce años comienza la MUJER a tener una actividad sexual que cada mes repite el ciclo hormonal que motiva la producción de un óvulo en sus propios ovarios y el descenso del mismo hasta el útero o matriz. Mientras se cumple este camino, se suceden cambios dentro del útero, que se ha preparado para recibir al óvulo a fecundar que anidará en él. Su pared interna crece y se esponja. Si el espermatozoide no fecunda el óvulo, en unos días se desprende y salen al exterior toda una formación que tapiza el útero, junto a una variable cantidad de sangre. Es la menstruación o regla. La posibilidad de concebir dentro de la matriz un nuevo ser persiste durante la vida fértil de la mujer, desde el comienzo de la menstruación, menarquía, hasta el fin de la misma, menopausia. Durante la unión sexual o coito con el hombre, la mujer experimenta cambios en sus órganos sexuales conforme los estímulos van siendo más intensos. Así, se produce un aumento de la secreción vaginal que lubrifica y favorece la penetración del pene erecto en la vagina. El clítoris y los labios aumentan de tamaño y turgencia y son estimulados intensamente por el pene con los movimientos oscilantes del coito. Cuando la excitación sexual llega al máximo, se produce el orgasmo femenino, en general algo más tardío que el del hombre. La mujer puede, si continúan los estímulos, experimentar varios orgasmos. La frecuencia de los actos sexuales disminuye con la edad. Al igual que la personalidad va evolucionando a lo largo de la vida, también la forma de vivir la sexualidad varia. Siempre las formas de expresión sexual de cada individuo son diferentes y dependen de la educación, condiciones físicas, capacidad emotiva y muchas otras circunstancias. UN SALUDO A TODO ALCOLLARÍN |