TORRIJAS LIGTH A las torrijas, dedico este mi soneto, no se en realidad si copla, prosa poetica o medio panfleto, tampoco sabré como salir pero yo, ¡yo me meto!. Torrijas que bonito nombre, filial destino el tuyo, pues declaras al dios Thor como padre y te manifiestas hermana de iguales a ti, siendo hijas de Thor, de Thor—hijas, en un mismo destino y en un encantador deleite. Tu corazón de pan, de material trigo, de leche y huevo empapada, no puedo dejar de soñar contigo, mi mente vaga, por evocadores efluvios, por añorados placeres a este pobre mortal su estomago con esperados manjares vuelve turbio, mi mente embarrada, mis sentidos confusos, mi manos prestas raudas y veloces, con cuidado extremo, anticipo el supremo placer de tu consumo, que no hay nada en la vida, que en la vida nada hay que te haga sombra, pues llegado ya el postrer momento de tu sacrificio supremo, nada te quita el papel principal, ni arroz con leche, ni postres helados, ni siquiera de marcas americanas, ni Hagen datzs, ni Camy, ni Frigo, que tu naciste para deleitar, desde tiempo inmemorial y nadie ha de quitarte tu sitio. Poetas grandes dedicaron a grandes cosas su atención, más yo que grande soy por tamaño no por poeticas intenciones, me veo en la cruel tesitura de no apreciarte sin tino, de pensar en mis terribles obligaciones, que han de ser preservar mi salud y pensar que tu destino voraz en mi cuerpo ha de ser pero con comedimiento un total desatino. Ni siquiera mi petición al sumo hacedor de tus provocadoras formas, de tu textura divina, para que te hicieran con leche desnatada, y con sustitutiva sacarina, mejoran tan suculento manjar, que las cosas han de ser, como se pensaron en un principio, y si comida has de ser, comida seas con fruición y placer mio, que ya haremos gimnasia en otro momento en otro momento que mis pensamientos sean mas frios, pues ahora caliente estoy y con la mano o con cubierto de plata, no huyas que de mi apetito pertinaz, ¡no escapas!.
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