Tiempo de exámenes TIEMPO DE EXAMENES Todos tenemos que dar cuenta de cosas de nuestra vida alguna vez… Especialmente cuando eres estudiante –aunque también en otros momentos- llegan tiempos de agobio, de trabajo, de inquietud, de insomnio y sobrecarga. Y asociados a ellos muchas de las dimensiones de la vida: el esfuerzo, la aridez de lo que no es fácil, la incertidumbre ante las posibilidades de éxito o de fracaso, la tensión por querer hacerlo bien, el deseo de que cunda el tiempo empleado, la importancia de obtener un resultado positivo… Es verdad que cuando está uno en esos momentos desea, por encima de todo, que pasen (bien). Pero es entonces cuando tiene especial sentido pararse y recordar que estos momentos también hablan de nuestra manera de vivir. En el proceso de dar cuenta, de cumplir plazos, de responder a las expectativas, voy aprendiendo mucho sobre mí mismo. Sobre mis maneras de trabajar, mis manías y mis pequeños rituales. Los aciertos y los errores. Mi rigidez o flexibilidad, mi resistencia y mi necesidad de descanso. Descubro que cada uno somos diferentes en nuestra forma de estudiar o de trabajar, y voy aprendiendo a respetar esa diversidad. Aprendo a ganar –a veces- y a perder –otras-. Aprendo a ir corrigiendo aquello que necesita cambio, y a aceptar aquello que es parte de mi limitación…
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