Alcollarín - Caceres

Recuerdos, muchos recuerdos, vienen a mi memoria, estos días de entrañable regocijo.
Recuerdos, de hace mucho tiempo atrás, cuando siendo una niña, disfruté de unas navidades en mi querido pueblo.
Y lo recuerdo, con la frescura y el cariño con el que lo viví entonces.
Casi no comía, por aquel tiempo, pues era una niña debilucha, y escaicía,que daba mucha guerra a la hora de setarme a la mesa.
Sin embargo, los olores a matanza en el pueblo, los días de niebla, el frío de aquellos días, me hacía estar en constante comunión con los alimentos del pueblo.
La niebla clara de la mañana, despertando el pueblo, preparandose para la llegada de la Navidad.
Recuerdo la noche en que cené con mi querida abuela, noche que nunca olvidaré, arrimadas al brasero, al calor del hogar.
Y a lo lejos oímos "ARROPE, MIEL, CONFITURAS", el olor llegaba a todos los hogares del pueblo, y mi abuela, sin pensarlo, me preguntó:
¿Niña, quieres arrope?, seguro que no sabes ni lo que es, prueba y verás que vamos a coger un trozo!.
Aquel arrope,cortado, con las manos llenas de Amor, me supo a Gloría, y aquello quedó grabado en mi mente para siempre.
Juntas nos sentamos s ver la Misa del Gallo, calentitas, unidas, sin cantos, ni panderetas ni artilugios, que fuesen necesarios para encontrarnos en la mísa gloria, en lo que representaba la esencia de la Navidad, el nacimiento de JESUS.
Más tarde, llegáron los amigos, y las amigas que me secuestraron a gritos, con alboroto, para pedir el aguinaldo por el pueblo.
Andamos casa por casa, con las botellas de anís del mono, cacerolas y demás artulugios, cantando villancicos, celebrando el nacimiento de Jesús, y recogimos unas perrillas, las cuales nos gastamos al día siguiente en " Cá Tía Aurora ", en chuches y demás golosinas.
Fueron días de júbilo, días de Navidad en un pueblecito que anda alejado de mí, a muchos kilómetros.
Quería compartirlos con vosotros, espero no haberos cansado.
Es bueno recordar, para no olvidar!!.
FELIZ NAVIDAD!, esteis donde esteis a todos.

Buenas noches "Puwill", entrañables y maravillosos recuerdos, cada día más presentes y tenidos en cuenta. Se echa de menos a todos los que faltan, el amor de los abuelos, de los padres, hermanos . . .ahora, los recuerdos, los aromas, una pequeña escena de niños entorno a unos juguetes, reviven momentos vividos de niño. Hoy precisamente he encontrado un amigo de la infancia, de los de compartir casi pañales y comentando y recordando los aguinaldos y conciertos de villancicos, hemos ido a parar a las inundaciones del año 1972, aquella crecida tan brutal del rio Llobregat a consecuencia de lo llovido y de toda el agua que bajó desde la parte más alta de Cornellá hasta la más baja. El caso es que un grupo nutrido de chavales con 11 años, nos fuimos a los barracones de los damnificados, instalados por las autoridades, y allí les dimos un recital de villancicos con la inteción de confortar. El caso es que no recuerdo bien si eso llegó a suceder, pero con buena intención se hizo. La Navidad de 1972, fué triste, en aquellas inundaciones murió gente y muchos otros perdieron sus viviendas. . .
Recuerdas al pasar por rincones de tu ciudad cuando los hijos eran niños, inocentes, paseándolos por la Navidad, paseándolos por las calles adornadas y disfrutando al observarles alucinados por la magia del momento, el campamento de los Reyes Magos, la Cavalgata y la noche de Reyes. . .hacías con ellos lo que querías. A la mañana siguiente casi antes de que saliese el sol ya estaba la maquinaria en marcha, risas, griterío de admiración, regalos esperados y otros que no y la carta de los Reyes dedicada a ambos, dándoles ánimos para seguir progresando y ser cada vez mejores. Ahora ya son adultos, 20 años uno y 13 la pequeña.
Que no Puwill, que no nos has cansado, en cambio yo . . . menudo tostón.
Bueno, que ya queda menos y esta añoranza se pasa después de Reyes.
Un abrazo a todos.