Alcollarín - Caceres

VIAJE AL FONDO DE LA TIERRA (1ª parte)

Hola, queridos y sufridos foreros. Me quedé el otro día a medio camino entre las Villuercas y Campo Lugar, de la maravillosa excursión que realicé con otros dos foreros y con el permiso de mi señora (no de Acollarín, sino de Leganés claro está) esposa. Porque los hombres modernos no vamos ni al baño si no le pedimos permiso a nuestras mujeres (En el caso de estar casados, o en fase de noviazgo, o viviendo en pecado, o ni una cosa ni la otra. Es decir, con tu madre que también vale). Por cierto, vaya fin de semana movidito que ha tenido el foro porque parecía que en los puentes y fiestas de guardar salieran telarañas en los teclados, con buenos y duros debates sobre la historia de Alcollarín ( Me uno a la opinión de Perolo, en el sentido de animar a Sisonero a indagar en cuestiones cercanas de la historia. Pero, yo creo que el esfuerzo que ha hecho esto forero ha sido tremendo. Y que hay que dejar que coja aire y no ser impacientes ) y hasta algún fantasma que se ha escapado del Limbo de Miravete. ¡Qué bárbaro! (como diría mi abuelo). Cuando uno lee las cosas que aquí se plasman, no deja de sentirse orgulloso de tener sus orígenes en tal magnífico pueblo, y ser compañero de viaje de estos foreros. Faltaría una buena crónica de “Desde la atalaya” para cerrar tan magnífico fin de semana.

Bueno, pues yo a lo mío. Solo comentar que salimos con niebla de Madrid del viernes siete (aunque por el aspecto tétrico de las cosas y siluetas inconcretas parecía más bien un fragmento de la película Viernes 13) y llegamos con niebla a la comarca de los Ibores. Parecía como si todas las lomas, las montañas encrespadas, al fondo, antes de llegar a Guadalupe, estuvieran jadeantes después de alguna extraña gran carrera. Los pedazos de bruma deshilachados intentando apagar la amalgama de colores de las hojas moribundas de los árboles y el solo asomando la cabeza aquí y allá, muy perezoso, para enseñarnos las tripas reverdecidas y exultantes de los barbechos. Un espectáculo para cualquier viajero desprevenido. Sin duda.
Cuando llegamos a Guadalupe, nos sorprendió el bullicio de gente, deambulando por todas sus callejuelas como hormigas despistadas, comprando aquí y allá y realizando fotos con la cámara del revés, a ningún sitio, embotados por la soberbia presencia del portalón , las torres del Monasterio y sus muros desgastados a causa del ir y venir de los vientos y de la desgana de algunos... Como siempre, un problema el poder aparcar. Pero el mochuelo que, yo creo está tocado por los dioses urbanos (alguien debería ponerles urgentemente nombre), me guió y....¡Violà! Justo al lado de la entrada de la hospedería. ¡Manda....hu! que diría el gran hermano del abogado choricín. Mientras el ave nocturna realizaba las pertinentes operaciones de estacionamiento (que hay que tener el título de piloto de vuelo para meter un coche en cinco metros cuadrados y esto que sí que manda hu...s), yo me personé como un poseso hambriento (Hay que ver lo poco que me duran los efectos del desayuno en el estómago) en el recibidor de la Hospedería para reservar mesa:
- ¡No hay mesa! - Muy amable el caballero recepcionista. Muy dicharachero
- ¿Y eso? - Yo creo que el citado yentelman escuchaba el ruido de mis tripas y jugaba con la ventaja del jugador tramposo.
- Porque está lleno.- Respuesta rotunda, cargada de profundidad espiritual.
- Pero, (por amor de Dios, buen hombre, pensaba yo, evitando que el contrario descubriera mis pensamientos). Si a las cuatro también nos vale.
- No hay mesa.
- Bueno, pues comeremos en otro sitio. Qué le vamos a hacer... – Inesperadamente el rival reacciona, me mira de soslayo, y coge el libro.
- ¿Para cuántos será la cosa? – Mis tripas dan toda una fiesta, alborozadas.
- Para tres. – Aunque yo para mis adentros pensaba que para cinco, porque el mochuelo y yo comemos por dos.
- Hecho. A las tres y media.
- Gracias buen hombre. – Y , sin ni siquiera esperar un adiós gracias, no fuera que se arrepintiera, tomé las de Villadiego tropezando con todos los bártulos y demás personal que se cruzaban en mi camino a modo de trampas infernales. Porque eran ellos los que se cruzaban y no yo, faltaría más.


A la salida, mi hermano, se extrañó de mi tardanza; pero yo le calmé explicándole con solvencia las bondades del servicio en las zonas turísticas de Extremadura y mi poder de persuasión, como buen encantador de serpientes que soy. Acto seguido, entramos en el monasterio para ver a la virgen, rezar un poco (no mucho porque ya no me sé ni el padrenuestro nuevo. Me hago siempre un lío en lo de perdonad a los que nos ofenden, porque antes decíamos perdonad a nuestros deudores que sonaba más liberal y de este mundo, el de las deudas claro está. Ahora es todo más fino y sutil, en fin), y pedir a Nuestra Señora de Guadalupe por la salud de todos nuestros familiares y amigos y porque los humanos seamos capaces de encontrar la fuerza de la razón y no lo contrario. Cuando sales del monasterio, no sé si a vosotros os pasa, pero sientes un alivio difícil de explicar, una sensación de haber cumplido una función vital, como si te encontraras, de repente, lleno y reconfortado. No sé, igual son imaginaciones mías.... Pero en este estado de paz y de regocijo espiritual es cuando una buena morcilla o bacalao con un buen vaso de vino de Cañamero o una cerveza, entran en el cuerpo con contundencia, sin protocolos innecesarios y también lo inflan y reconfortan. Y eso fue lo que hicimos escurri, el mochuelo y el que esto escribe. De allí y, previa obligada compra de vinillos, quesos y demás galguerías, nos dirigimos a dar cuenta de un buen asado de cordero acompañado de una ensalada y un vino de Jaloco de reserva(sin desear que estas líneas signifiquen dogma de fe, no he comido en ningún lugar del mundo, ensaladas como las extremeñas. Tan sencillas pero con el colorido y sabor de los tomates, lechugas, cebolla y lo demás elementos que las componen). Casi estaba más rica la ensalada que el cordero. O sea que, como observáis queridos amigos, no se puede decir que nos pudiera llevar el viento. Además, como fue el señor mochuelo el que se rascó el bolsillo, que yo creo que como es del olivar del conde se le debe haber pegado algo o tener influencias de nuestro amigo el conde, pues el yantar me supo a gloria bendita. Así fue como las cuatro curvas hasta llegar a Cañamero las hicimos rectas y nos colocamos en la Ciudad del tango en un pispas, sin niebla y con un sol macilento que invitaba a quedarse en casa al calor de un buen brasero, un vino de la tierra y una buena conversación, o un buen silencio.

Donde dice ¡Violà! debe, evidentemente, decir VOILÀ o mejor vualá que es más de aquí y menos cursi.

Hola Peter, buenos dias-tardes, describes tal cual recuerdo los dias de niebla y nublos de las tierras extremeñas. Qué añoranza y morriña me entra, no puedo evitarlo. Es comenzar la lectura de tus narraciones y lo que describes me transporta automáticamente a esos parajes soñados.
Además hoy lo bordas con una ruta turistica, en la que no desperdicias ni visitas de rigor eclesiásticas y mucho menos las gastronómicas.
He recibido tu felicitación de navidad y deduzco que pronto estarás por aquí. Si eso es así, espero que podamos reunirnos y poder charlar lo que no pudimos en verano. Hasta entonces, un abrazo.

Vaya par de dos!, menuda experiencia; es que solo leerte, te transportas allí tambien, es algo mágico, no sé. Tal vez como dice SJV, la morriña de sentirnos ta lejos, tal vez.
Y es que Extremadura, es así, tal cual, enorme, grande, con una fuerza en su tierra que atrae como un imán multitud de sensaciones.
Me alegro que tu estómago quedara satisfecho, porque según lo cuentas, sientes una angustia tremenda, jajajaja.
Espero que sigas contandonos, ese viaje tan especial que habeis hecho,porque supongo que continuará, no?.
Un abrazo Peter y SJV, espero poder juntarnos todos esta Navidad, para así estar un rato juntos aprovechando el reencuentro con nuestros seres queridos.
Un fuerte abrazo a los dos!!!, y FELIZ NAVIDAD.

Buenas tardes Peter Gabriel, saludos al Mochuelo. Hoy he comido un plato de judias, judias recalentas, judias recalentas en microonda, como se puede ser tan perverso. . . de contarnos tan magistralmente la excursion culinaria, cuando los demás imagino tenemos que enfrentarnos a un plato de judias. . . ganas me dan de decir otra vez recalentas, pero me voy a contener. Eres perverso, admitelo, decir que la ensalada estaba mejor que el cordero... eso hay que ser muy malo, pero que muy malo para decirselo a alguien que hoy tiene que comer judias.¡ Judias recalentas!.

He parado un momento porque he tenido que ir a completar mi dieta de judias, judias recalentas, con dos figuritas de mazapan porque es que tengo una tristeza en el estomago, que ganas me dan de pegarle un muerdo a la lata de coca-cola, ¡Hay que joderse!, contar esas cosas, no ves que se pueden leer a horas claramente inconvenientes, deberias poner un aviso o algo, NO LEER TEXTO EN HORAS DE COMIDAS, si ya decia alguien que podias vender ceniceros a los moteros, eso no se si podrias, pero que me estan entrado unas ganas de comer cordero por tu culpa, doy fé que es rigurosamente cierto, en fin me parece que me voy a levantar a por otras dos figuritas. . .

Buenas tardes foreros.
Me alegran vuestros comentarios y que el relato os haya entretenido. De eso se trata.
SJV, espero que podamos charlar un buen rato. Creo que hay un bar que se llama La luna, que ponen unas tapas (ave raris en Barcelona eso de poner tapas) cada vez que bebes algo. Buenos, ya estoy hablando otra vez de comida. ES que ultimamente ando "desgalamío". No sé si a vosotros os pasa, que después de unos días de recogimiento intestinal (o dieta, palabra fea y dañina), multiplicas por dos tu voracidad y eres capaz de comerte hasta los puños si hace falta. Pues será eso, en fin. Hasta ese momento te mando mis mejores deseos y el día veintidos que te toque el "gordo" de la salud.
Me alegro de verte otra vez por aquí PUwill. Últimamente estás como ausente ("Me gusta cuando callas porque estás como ausente...." o algo parecido que diría el amigo Neruda). Para mí ese breve tiempo pasado en el pueblo significó mucho, un alivio, una pausa en este mundo por que andamos guerreando como jabatos para llevarnos la mejor pieza a casa. Pronto nos veremos, si no hay novedad, y a disfrutar que esto son cuatro días. Vaya, ahora no he hecho ninguna mención a las viandas. Me alegro que te haya entretenido mi escrito. Besos para todos.
La verdad, amigo Perolo, es que tu sentido del humor y el ritmo de tus escritos, incluídas tus respuestas a otros escritos, no tienen desperdicio. Me alegro, como ya he dicho antes, ser compañero tuyo de viaje en este foro y comporatir estos breves instantes. Deseo que pases unas buenas fiestas en compañía de tus seres queridos (y no olvides el cordero. Pero que sea extremeño, que el de Castilla León como que suelta luego mucho agua). Un abrazo

Ah y prometo dejar de ser un niño travieso y no escribiré ciertas cosas en horas impropias (vaya, parece el castigo del profe cuando liábamos alguna). O sino que el administrador ponga un rombo o dos rombos a los textos qúe aquí se cuelguen si estima que no son adecuados.

Querido amigo Peter, he recibido tu felicitación, no sé si habrás recibido la nuestra.Peter, nosotros nos vamos a esperar a leer todo el relato entero pue está intrigante, y después escribiremos, ¡prometido!

Es curioso que mientras leía tu "libro de viajes" sentia la misma sensación que después, al leer los siguientes comentarios, pude comprobar que coincidían con la mía. Será la hora, en la que aún no he cenado, la acertada descripción de aconteceres o ambas cosa, lo que me ha decidido ha dejar con urgencia este comentario e ir presto a dar buena cuenta de unos palominos, en salsa preparados, que si cordero no son, a mí me satisfacen y son de mi preferencia.
No me retiro sin felicitarte.

Hola JMJI y Ventero del Collado!! Qué dispares las temperaturas que, seguramente, tendréis en estos momentos. No me extraña, amigo Ventero, que no te apetezca lo más mínimo el citado cordero. Ahí, con las temperaturas citaste el otro día, apetece más una buena paella de marisco con un vino rosado de la tierra o un lambrusco fresquito. Me alegro que te haya gustado lo que aquí escribí. Desde luego, a la vista del resultado, prometo no escribir este tipo de historias en cuaresma o semana santa. Prometido queda. Un abrazo
No he recibido tu mail JMJI. De todas maneras, estos días, habrá entrado la locura hasta en el internet. Espero que os encontréis animados para afrontar estos días. Hay que recordar, pero también hay que mirar hacia el frente y empujar a los niños al optimismo, las costumbres y el hecho de ser buenas personas. Siempre hubo tiempos mejores (eso dicen), pero yo me quedo con el presente. Con este instante, con mi pensamiento hacia vosotros.
REcibid un fuerte abrazo y espero que os gusten los "guisos" que os ofreceré en la segunda parte. No me pondré muy pesado.