Alcollarín - Caceres

MIS GALLETAS


Tengo hambre, si señor, mucha hambre, el avión tardará en salir, no puedo comer en la cafeteria. demasiado cara... para mi bolsillo, demasiada cara... los que ponen esos precios, mejor voy a comprar algo para leer. Muy caros... demasiado caros, los libros; prohibitivos, mejor una revista, si una revista estara bien, pero sigo teniendo hambre, un paquete de galletas me puedo permitir, si, me permito un paquete de galletas.

Me siento en la sala de espera, leo mi revista, una señora se acerca, se sienta en la silla, a mi lado, invade mi espacio vital y eso me incomoda, sigo con la lectura, veo como coje una galleta de mi paquete, ¡Vaya cara que tiene!, bueno una galleta no se le niega a nadie, pero... ¡pero, si coje otra!, encima se rie, que falsa, esta es mas falsa que un estadio entero cantando por los Bee Gees, se rie cuando yo cojo una, ¿pues no pone cara de sorpresa? es increible, gracias que yo sea tan cortado si no, me iba a oir la tipa esta, que cara ahí masticando mi galleta, mira como mueve los morros, bueno que le vamos a hacer gracias que tengo educación, esta ultima galleta no me la quitas, es mia, intolerable que halla gente asi, abusando de la gente apocada como yo, suena el aviso de mi avión, me levanto cojo mi bolsa y meto mi revista.

Por fin sentado en el sillón del avión, nadie a mi alrededor, sitios vacios, toda la ventanilla para mí, cojo la bolsa, saco mi revista, hay algo dentro de la bolsa, me asomo, ¿que será?, pero... pero.. pero si es un paquete de galletas,¿De quien eran las que me comí en el aeropuerto?.

Buenas noches "Perolo", hace largo rato que no escribe nadie en el foro. Realmente todo el mundo está de fin de semana, aprovechando.
Reflexivo lo que acabas contarnos. Muy a menudo solemos dar por hecho que lo que parece que vemos es lo que es y no otra cosa. Damos por hecho que tenemos razón en todo lo que hacemos y/o decimos sin dar alternativa a otra perspectiva, a otra manera de ver las cosas, desde otro punto de vista.
Pequeños detalles nos muestran grandes gestos de personas anónimas que nada buscan a cambio. No hay interés por nada de lo que muchas veces solemos dar importancia y compartir en esta escena unas galletas, se hace ofensa para uno y algo anecdótico a otra. La sorpresa se la lleva quien se ha sentido ofendido, nada más y nada menos.
Los prejuicios nos afloran desde el principio.
Un saludo.