REPELUCOS TÚ(DOS) II REPELUCOS Continuo con el relato de algunos episodios de mí vida, que como es normal no tienen ni tuvierón porque pasarme a mi,(¿curioso no?), pero que forman parte de mi visión de como veo yo, la relación entre animales, sean o no, humanos, ya quedó claro que siendo yo muy niño acontecierón varios hechos que imprimierón en mi carácter algunas particularidades que hicieron de mi, una persona digamos que "nerviosa" en presencia de animales. Esta circunstancia ocurrió teniendo yo muy mermadas las capacidades que se adquieren con la edad y es por ello que primava el sentido de la culpabilidad, y de la injusticia al ser yo acusado de algo incapaz de cometer. Tendria yo dos o tres años, Este año de cumplir dos a tener tres fué de lo más completo casi todos los desecadenantes de mis fobias tuvieron lugar en este periodo. Bien, recuerdo encontrarme en un espacio grande, debia parecerme muy grande, porque yo era muy pequeño o porque realmente era grande, el caso es que era una especie de cobertizo perteneciente a un colegio, al patio de un colegio de un pueblo de cuyo nombre no quiero acordarme (¿Donde habré visto yo esta frase?). Me encontraba solo, no sé porque pero entonces podiamos ir mas libres a cualquier sitio, no como ahora que la excesiva protección a los niños les hace mas dependientes, aunque considerando que clase de fauna hay ahora, nosotros no teniamos necesidad de protección, bien solo con mis pensamientos, debia de tener pocos porque no los recuerdo, el caso es que se dirigió a mí un muchacho que no debia de tener más allá de nueve o diez años y sin mediar ningun tipo de provocación por mi parte, lo juro por Winie de Pooh me pregunto: -¡ Eh ! - ¿Has sido tu? - en un tono que no me inspiraba ninguna confianza. -¿Que? conteste absorto en las nebulosas de mi pensamiento, ajeno al peligro que se cernia sobre mi - ¿Has sido tu el que le ha quitado las herraduras a mi gato?- Utilizando un tono aun mas violento que el de la pregunta anterior. - ¡ No yo no he hecho nada !, consciente de que el sujeto de la acusación era yo. - ¡Mira chaval, a mi me han dicho que has sido tu, como le hayas quitado la herraduras a mi gato.....! - ¡Que no, que yo no he sido!. pude balbucear, asomando ya unas lagrimillas consciente de la debilidad de mi defensa, pero si yo no puedo ver a los gatos pensé para mi, pero si me dan miedo, incapaz de razonar que los gatos, de momento no tenian herraduras, (ahora tampoco, hago esta aclaración por si alguno lo desconoce). El aprendiz de matón, dando unos golpes con el puño izquierdo sobre la palma abierta de su mano derecha insistió: -¡Como hayas sido tú, preparaté!- Hay fue donde me derrumbé y empecé a llorar amargamente buscando alrededor al colegio de abogados(con uno solo no bastaria) que asumiria mi defensa. En vista del nulo resultado de mi búsqueda, opté por la segunda opción , el plan B, o sea salir pitando de allí, y corrí.... y corri hasta hallarme en los brazos amorosos de mi hermana, que aduras penas pudo explicarme entre los ruidosos llantos y gimoteos, que aquel bobalicon era amigo suyo y que no tenia gato y que los gatos no habian usado ni usarian herraduras, ....al menos de momento. Juré en aquel momento que nunca volveria a pasar hambre (esto es de lo que el viento se llevó). Juré en aquel momento que nunca tocaria un gato, y ahí estamos a pesar de mi corta edad puedo jurar que a dia de hoy sigo cumpliendo aquel juramento.
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