Alcollarín - Caceres

Han pasado varias generaciones desde que aquel pueblo dejó de existir. El valle donde se encontraba es hoy un hermosísimo jardín perdiéndose en el horizonte, resintiéndose a sus límites.
Manuel es el jardinero, un hombre sencillo y bonachón, que trabaja de sol a sol cortando las malas hierbas y las zarzas empeñadas en no hacer visibles las rosas, tulipanes, jazmines y multitud de flores silvestres que se dejan ver desde la infinidad de caminos surcando el interminable paraíso. El sudor de su frente día a día se convierte en el rocío que cada amanecer las tiñe de un brillo especial para que luzcan siempre frescas y bellas.
Pero su sudor y el esfuerzo diario no eran suficientes para detener el continuo avance de las zarzas y las malas hierbas. Cada amanecer apreciaba su crecimiento nocturno, como si la sátira tierra diera sobrenaturales ánimos a su diabólica y burlesca simiente.
De todos los caminos que surcaban aquel idílico jardín, había uno que por su anchura y belleza destacaba sobre los demás. Hay quien dice que era el antiguo lecho de un río que por allí transcurría, depositando allí al secarse su sedimento de blanca y fina arena, salpicada con guijarros de todos los colores y tamaños.
Ahíto de trabajar sin hallar resultados positivos, aquella mañana Manuel decidió tumbarse de nuevo en su lecho. Sus ojos llorosos por la impotencia se posaban perdidos en el techo, construido con ramas de una antigua arboleda mutilada en su amor propio por el silencio, la mentira, la envidia, la incomprensión…
Al rato decidió darse un paseo por el ancho camino. Mientras fumaba un cigarrillo veía como las zarzas escondían las flores tras su rotundo verde. Todas lo miraban y observaban su cansino caminar a través de su enzarzada jaula…
Todas, menos una. A escasos pasos, en el margen izquierdo del camino, divisó una inmensa y atrayente rosa blanca que brillaba por el rocío con el sol de la media mañana. Al acercarse, la rosa le habló:
-¿Qué te pasa Manuel? ¿Por qué no trabajas hoy?
-Todo es inútil, por mucho que me esfuerce, las zarzas siempre acaban engullendo a las amapolas, tulipanes, crisantemos... Toda mi vida he empleado recorriendo este camino sin fin, durmiendo al raso sobre una manta, o en alguna de las casas que aún se mantienen en pie y que a veces encuentro en mi trayecto, siempre arrastrando la pesada carga de mi bolsa de herramientas sobre mi espalda. Sin embargo estoy convencido de que, si volviese sobre mis pasos, vería que trabajé en vano, pues seguro que las zarzas y las malas hierbas se han tragado ya todo lo hermoso a su paso.
-Pero Manuel, nadie como tú sabe que las zarzas y las malas hierbas siempre están ahí… Las flores que logran darse cuenta, ven por sí mismas cómo pueden crecer por encima de ese implacable verdugo. Las que no quieren darse cuenta perecen en la amarillenta e inmutable caricia del tiempo.
-Desde que recorro este camino eres la única rosa blanca que he encontrado.
-No te extrañes, porque soy la que da vida a las zarzas. Se alimentan de mi palabra y de la tuya sin darte cuenta para crecer crueles e insensibles, desarrollándose día a día, llevándose bajo sí a toda flor débil, carente de brillo, poco segura de la estabilidad de sus raíces. Así pereció el pueblo que aquí se asentaba, porque poco a poco perdió la palabra y se creó el reino del miedo y el silencio. Aquella flor que planta cara, crece por encima de la horda de espinas, jactándose de su no demasiado hábil opresor. Es ley de vida, es el inevitable proceso natural de la verdad y la razón.
-¿Y aquellas que permanecen bajo la opresión de la zarza y las malas hierbas?
-Se quedan ahí, amarillentas y despreocupadas, mecidas por el viento de la farsa y el rencor, sin sentimientos ni pensamiento alguno, al borde del destino que les podría haber deparado el crecer y esquivar al elíptico y verdoso torturador. Ahí se quedan eternamente, conservadas, y sin embargo descoloridas… frías…
-¿Hay algo al final del camino?
-Puede que sí, o simplemente nada.
-¿Entonces, nunca sabré si mis esfuerzos fueron útiles? ¿No sabré si al final del camino obtendré recompensa?
-Tu trabajo, querido Manuel, tus esfuerzos son siempre útiles, pues haces que las flores vean que no son tan frágiles como ellas piensan. Tu sudor, junto al de los de otros muchos jardineros recorriendo ilusionados los distintos caminos, las libera de la verde sombra. Algunas de ellas se dan cuenta de que hay algo fuera del techo de espinas que las envuelve, ven cielo azul, respiran aire puro, crecen… y recuperan el sentido del raciocinio en la palabra.

!Hola IDF!.Muy bonito tu relato, nos ha gustado mucho y a nuestro parecer es una metáfora de lo que ocurre en nuestro pueblo. A Manuel le vemos como la oposición y como algunas personas del pueblo que luchan porque "nuestro gobernante" (en tu relato las zarzas y malas hierbas) se acaben y dejen salir las flores bonitas que en la realidad para nosotros serían los cambios que el pueblo necesita. La rosa blanca son las personas que apoyan y animan a la oposición en su trabajo de acabar con la maleza, trabajo también difícil en la realidad, pero todos sabemos que al final del camino, como tu bien dices en tu relato,tendremos todos los que luchamos por el bien del pueblo, nuestra recompensa y además creemos que la mayoría de las flores, (en la realidad los habitantes del pueblo), están empezando a ver, con la ayuda de la oposición (el jardinero) que no son tan frágiles y que pueden liberarse de las zarzas y malas hierbas.

Saludos. Esperamos verte a Marqui y a ti en Semana Santa.

Hola IDF, qué alegría verte por fin otra vez por estos rincones y de qué manera . . .
Impresionante metáfora que te acabas de marcar, genial, impecable, acertado y ajustado relato con todos los matices ya de sobras vividos. Mi más sincero reconocimiento.
Espero que os encontreis bien y que aparezcas más amenudo. Se os echa de menos. Un abrazo.

Benditos los ojos que te leen!!!.
Me ha gustado muchisimo la metáfora que haces, una buena reflexión deberiamos de hacer todos de lo que aquí dices, que es muy cierto.
Me alegra mucho que te dejes caer por aquí, pues como dice SJV, ya te hechabamos de menos, y eso no puede ser, eh!.
Te esperamos , no tardes mucho, sabes que te apreciamos todos , y estamos ansiosos de verte de nuevo.
Un abrazo IDF, y un beso muy grande para tu compañera de viaje!.

Buenas tardes IDF,Flores,zarzas y malas hierbas,el título ya de por sí dice mucho,cada cuál que lo atribuya como objetivamente le parezca,a mi entender,se puede aplicar a diferentes enseñanzas de la vida,la mía me la guardo para debatirla contigo personalmente,pero es cierto lo que cuentas,nuestros esfuerzos,nuestro trabajo,que la mayoría de las veces lo hacemos por otros,siempre hay alguien a quien le parece inútil,y no reconocen el sarificio que ha veces hacemos.IDF,como siempre CHAPÓ.

Si pudiéramos ver la belleza interior de cada persona veríamos las más hermosas y marchitas flores del mundo.Un gran abrazo para los dos de esta familia.

Mis saludos para tí.
Magnífica parábola sobre el bien y el mal, el uno y el cero, la nada y el infinito,,,
Magnífica enseñanza, entrañable rosa blaca, para todos los que en la oscuridad buscan enturbiar lo claro y diáfano,,,
Magnífico IDF lo que nos muestras en tan breves frases, tan breves como hermosas y certeras. Los fantasmas no lloramos nunca, rara vez nuestros jirones se conmueven entre las sombras del limbo en el que estamos sumidos. Pero hoy este escrito que te adjunto es una lágrima. La lágrima del que pecó y se redime cada día en este foro al que ha venido a purgar sus faltas.
Su seguro servidor.

idf,siempre te he admirado,primero como persona,después como luchador,y siempre como amigo.Pero también te admiro como persona que escribes historias,haces cuentos,y muchas cosas de las que siempre eres muy recreativo.Espero verte en Semana santa,pues desde la semana santa pasada no he vuelto por el pueblo y hablaremos espero.Soos amigos y tenemos muchos amigos en comun,puwill,peter,JMJI,y muchos mas,casi todos estan aqui en este foro.Bueno que te aprecio mucho y a todos un beso.

¡¡¡Bravo, Isidro!!! Admirable la parábola que nos narras. Comparable, cada unas en su contexto, a las que inspiran esta, nuestra vieja, religión y contadas como ejemplo y enseñanza por su legendario iniciador.
No son menos apreciables las acertadas interpretaciones que de ella hacen los foreros, que han opinado.
Estoy de acuerdo al respecto. Solo añadiría que, a mi humilde parecer, también es aplicable a ciertas situaciones que se han dado, y pueden seguirse dando, en este Foro (el jardín).

Estimado amigo. Un abrazo y mi felicitación.

En estos días que he estado “ausente” se ha cumplido un año desde que Montaña me descubrió la existencia del Foro. Desde ese momento mi propósito no ha sido otro que ser una voz más que, unida a la de todos vosotros, se convirtiese, como así ha sido, en un perfecto medio de comunicación sin límites entre alcollarinejos.
Personalmente, aparte de retomar mi afición por la escritura, me ha servido para estrechar aún más los lazos que siempre me mantendrán unido a mi pueblo, y sobre todo a mis amigos, con quienes gracias al “invento” se han incrementado considerablemente nuestras comunicaciones, antes limitadas por la pereza a una o dos veces al año.
Sin embargo, en algún momento, todos necesitamos hacer un alto en el camino, “ausentarse” un tiempo y reflexionar para seguir avanzando, ya que son muchas las cosas que han ocurrido en este foro y paralelas a él.
Sería una descortesía y un error por mi parte dar mi opinión sobre vuestros comentarios en esta ventana. Cada uno ha sacado sus propias y acertadas conclusiones, muy variopintas por cierto, hecho que me congratula porque esa era mi intención.
Sí quiero enviar un saludo a Los Ojos del Puente, siempre comprometidos con nuestro pueblo, y con quienes comparto sus deseos de cambio. A SJV, con tu amabilidad acostumbrada expresas siempre la frase adecuada en el momento oportuno. A Puwill, duendecillo al lado del Mare Nostrum, bañado por sus aguas y esa luz característica que ahora también comparto, aunque en otra orilla. A JMJI, con quien personalmente debatiré y compartiré siempre. A El Fantasma de Miravete, por quien me alegro pueda redimirse en el foro y sea ejemplo para otros. A Doremi, siempre coherente y acertada en sus comentarios, con quien estaré encantado de entablar conversación en Semana Santa, porque por más que pienso no logro saber quién puede ser esa que ha demostrado ser una gran amiga en muchas ocasiones. Al señor Ventero del Collado, por concederme el gran honor de ser motivo de su “reaparición” en este foro, donde tanto se le echaba de menos.
Saludos a todos, en particular a Killer Miller, Buuff, Caminante y Búho Real por su regreso.