Alcollarín - Caceres

Hoy alguien descalzo se acercaba por la carretera,sus pasos errantes jugaban con la sombras prisioneras de la ténue luz que arropa nuestra presencia.
-Noto triste mis mejillas como el sol de la tarde-decía mientras cerraba los ojos y respiraba una brizna de aire fresco en estado de angustia.
Mis recuerdos son como un aguacero que incluso llegan a las entrañas
de las hojas que suavemente se adormecen junto a mí,susurraba...
Alejarme quiero,adentrarme en vuestro silencio,quiero alejarme de este espiritu que veis,que vive sin convencimiento.
Alejarme quiero y abandonar este sendero,alojarme en el bien que arropa a vuestras almas,me ofusco en el gris de la tecnología,de mi inerte vida,donde lo imposible solo dura un poco más..
En ese momento,la brisa marcó como un arpa celestial el tiempo de nuestra danza,el instante de hacer levitar su soledad hacia el cielo,el universo que quizás algun dia diluya entre el infinito su oscuridad,para devolver el brillo que tanto anhela pero no busca.

Hoy mora un alma junto al rio,acariciando mi corteza,respirando un lenguaje sin palabras,donde el silencio es perpetuo.
Me envuelve su alma y me enreda,suspira a la tormenta que cambió su voz,cambió sus palabras...!Ahi de mi!,decía.
-¿Como pagaré todo lo que estoy haciendo?
¡Donde puedo ir ahora sin sentir las sombras que arropan mi ser!
¡Nunca me respondes arboleda!
¡Quiero jugar,quiero sembrar de despotismo a lo que llaman libertad,a lo que llama el mundo civilizado..democracia,si esa es la palabra,yo que se,ya necesito cualquier excusa para sentirme viva entre mis tinieblas.

En ese momento una voz surgió entre la nada...entre sus espinas...
Entre el bien y el mal solo hay un paso,un péndulo que mueve nuestras almas,en que lado estas tú?

Dios me lo dirá algun dia,- contestó.

Excelente dibujo de la catársis que sufrimos casi todos en algún momento de nuestras vidas. Ese escuálido camino que separa el bien del mal, si los humanos pudiéramos adueñarnos de su contenido, cosa que dudo, aunque lo hacemos constantemente. Solo la libertad de la arboleda, del río; la sabiduria de la naturaleza que tú describes puede emitir tímidos juicios.
Como siempre arboleda, magnífica parábola de lo que, a veces, también sucede en este rincón virtual, sin siquiera darnos cuenta. Narración llena de colores que se amalgaman y salpican de poesía las palabras.
Desde mi punto de vista, una de tus mejores composiciones.
Un abrazo

¡Buenos días Arboleda,buenos días Peter Gabriel! la lucha diaria entre el bién y el mal,siempre luchando para mantener el equilibrio,"en todo lo malo siempre hay algo bueno,y en todo lo bueno siempre hay algo malo".Qué verdad,más grande,lo que has expresado,es lo que se vive diariamente y lo que vemos,menos mal que siempre hay alguien con la cordura suficiente,para que este equilibrio se siga manteniendo.

Arboleda,te felicitamos como siempre por tu sabiduría,y tu buen sentido de la realidad,relatada desde ese sitio tan especial como es nuestra arboleda.

Un abrazo y sigue siempre así.

mi querida arboleda, mi querida compañera, que poco te prodigas por el foro, y que grato es poder escuchar tus ramas, tus hojas cuando el viento sopla fuerte.
Y que silencio ,en las tardes serenas, templadas de éste otoño.
Espero en las tardes todavía calidas, que sople fuerte el viento para poder escucharte como lo hacemos todos.
Desde mi rincón algo frío y humedo, sigo buscando bolets, setas, hojas secas, musgo de las entrañas del bosque, ...................y veces parezco oirte.........lejos , a lo lejos..............

. . .Y como entre susurros,
los pájaros cantan sus necesidades presentes
como letanías que se repiten. . . ininteligibles. . .
no hay necesidades futuras . . .
solo aleteos presentes . . .
saltos, pasos rápidos, presuntuosos,
realmente majestuosos. . . depende del ave.
Todo pasa deprisa, sin pensar,
pues el instinto les domina y les guía todo el día . . .
y de pronto las últimas luces
les conduce al reposo en la arboleda
que todo lo acoge, ruidos, silencios,
luces, sombras . . .
el fresco de la madrugada que se avecina,
el tibio calor del plumaje que ya se ahueca
preparando el sopor de la noche . . .

Bonito relato arboleda. Un abrazo alcollarinejos.