Alcollarín - Caceres

Me gustan los centros comerciales. Al adentrarme por sus innumerables puertas no puedo evitar la sensación de que ocultan algo fantástico. Tienen mucho de feria antigua, como un juego de la oca con diferentes casillas donde satisfacer el morbo cuidadosamente alineadas a ambos lados de las tiendas. Interiores secretos, cortinas y maniquis, que esconden oscuros fenómenos de la naturaleza. Mujeres barbudas, siameses, cabezas parlantes, loros matemáticos(nada que ver con nuestro amigo loro del foro), forzudos...
Esta sensación me dura aproximadamente treinta segundos. Los grandes centros comerciales están demasiado bien iluminados como para no darse cuenta de lo poco que ofrecen en realidad. Aún así yo me intereso por todo. Principalmente aquellas cosas que tienen pantallas, teclas o funcionan con electricidad. Pero no puedo evitar igualmente girar la vista hacia una fregona o una mesa con una fustrada comercial. No logro entender como puede llamarme la atención un anillo de un chaval , con una enorme piedra roja o un juego de tazas de café y es algo que tengo que investigar, pero así ocurre. Este atento desinterés me permite pasear absolutamente relajado, con una media sonrisa boba, dibujada en la cara. Entonces se abre el ojo en la nuca, y puedo oír perfectamente lo que pienso..quizas hayan mas miradas como la mia entre estos humanoides...quizás..necesito salir de este inmundo paraiso artificial.

Mi querida Arboleda, que bien tenerte por aqui de nuevo!. Leo con atencion todo lo que aqui escribes, y si te puedo dar mi opinion sobre los centros comerciales, humilde, he de decirte que borraria con un borrador, como si de una pizarra se tratase todos los centros comerciles, y dibujaria, parques, plazas para que todo el mundo disfrutara de sus ratos de ocio, paseando , hablando, viendo a los niños jugar a la pelota, al pilla- pilla, y por supuesto dejaria mi tiempo de compras para ese pequeño comercio de la esquina que tantos años lleva atendiendo a sus clientes con esmero, paciencia, ciudando al cliente, ese pequeño comercio que tan velozmente desaparece de nuestros barrios, de nuestras ciudades.
Pero, tristemente estamos todos inmersos en este mar de materialismo, y malgastamos nuestros ratos de ocio en acudir a estos centros comerciales.
Recibe un fuerte abrazo Arboleda , pronto nos reencontraremos todos de nuevo para reposar y cobijarnos en tus sombrajes .
Besos"