Alcollarín - Caceres

Decia aquel hombre del sombrero de paja deslihachado a su perro pulgoso mientras paseaba por el rio:
-Tu no sabes lo que es un rio!
De noche el rio es misterioso,profundo,desconocido,,,es un charco de espejismos y fantasmagórico!,de noche se ven cosas que no son,donde se oyen ruidos que no se conocen,donde se tiembla sin saber porqué..como al cruzar un cementerio;y es verdad,es el cementerio mas siniestro,aquel donde no se tiene tumba,,aquel donde no reposan ya sus pasarelas..limitadas por un horizonte lejano,que parece fundido con el fondo azul de una noche abierta,que contrastan con el esplendor de su piedra de silleria,construidas en el amanecer de tiempos remotos..
-Pobrecillas- decia a su perro,,,aun permanecen en pie para divisar los terribles amaneceres postreros,,aun luchan ante su destierro,ante un acto sin piedad,ante un ser que rompio su silencio,,pero ya lo ves querido perro,las pasarelas tienen a alguien que intenta expresar lo que sienten..aun conservan el orgullo de su querido conde,,de su historia..
-Sabes..,le decia el caminante al perro,..en sus ojos aun veo su mirada petrea,implacables y sin párpados,en ellas se refleja la desesperacion de quienes contemplan el infinito durante mucho tiempo,durante el poder de un ser sin piedad,sin cultura,sin escrupulos.
Mudas como las montañas..de cuyo seno surgieron sus formas..sus invisibles labios que seducian al rio,que me incitaban a pasar por ellas.
Ayyy perro pulgoso,,oyemé!-mira como saco agua del pozo,,mira como el agua regala a mis oidos un baile en el caldero al cobijo de la higuera!
Mira como aun al atardecer surgen gargantas petreas, como cuando las pasarelas estaban en el rio..es una musica que se eleva al horizonte,es una musica fuerte y triste,es una musica que enternece,que te invita a cobijarte entre sus juncos!
Ahora solo retumba en el granito de tumbas olvidadas,hasta que los ultimos ecos de su alegria,como trompetas del destino...se unan al negro silencio del infinito,en la penumbra del murmullo del rio.

-Para todos los foreros con todo de mi,con todo el esfuerzo que haga falta por recuperarlas!.
Un abrazo a todos

Aquel hombre es la sabia de todo mi ser,,es la raiz que dejo en la tierra la semilla de un arbol que siempre sigue sus pasos,sus sombras y su sabiduria.
Hay otro hombre que me volvio a regalar la sombra de mi padre,que me avisó cuanto vale esta vida,cuanto vale un ser humano,,alguien excepcional,alguien que no es terrenal,pero los arboles si lo somos...de momento,

Buenos días arboleda,cmo siempre precioso,qué bonito,que sentimientos más profundos nos expresas con el río y las pasarelas,gracias por dedicarnos a los foreros estos sentimientos llenos de vida y de nostalgia,sigue igual, no cambies eres un verdadero poeta lleno de vida por las cosas que quieres,que nos cuentas historias,con palabras llenasde sabiduría mucha sabiduría.Arboleda,no cambies,un beso muy fuerte.

Querida arboleda, aun sin saber quién narices eres; y te puedo decir que he intentado por todos los medios descubrirlo, sin éxito, no tengo sino manifestarme como fan de tu prosa poética tan profunda y llena de giros pictóricos. Un abrazo de este fan. Creo que eres de los pocos seudónimos que quedan todavía por esclarecer.

Estimada Arboleda, tu relato, me ha hecho transportarme hacia esas "pasaeras" físicamente, pudiendo sentir el lamento y la soledad del río, ¡QUE TRISTEZA!
Eres, un gran poeta, con tus metáforas ocultas la más cruda realidad.
SALUDOS

Querida Arboleda. Admiro tu prosa con esos toques poéticos en los que sabiamente nos describes a la perfección algunas realidades de nuestro pueblo. Pero en casos como el que mencionas, y por desgracia, como en otros muchos, sobran la prosa, la poesía y las medias tintas, hay que llamar al pan, pan y al vino, vino.
Lo sucedido con las pasaderas fue sencillamente un expolio más de los muchos acaecidos en Alcollarín, como en su día ocurrió con los escudos del Palacio, o como se intentó hacer con la Cruz del Río.
El capricho de nuestros gobernantes para pagar favores debidos, no les exime de culpa por no respetar unas pasaderas que formaron parte de nuestros bienes históricos durante siglos. Solo nos queda la esperanza de llegue alguien con más sentido común, y sobre todo con más amor al pueblo, que respete y recupere nuestro patrimonio.