echo de menos mi clima tropical Soy un loro. Los loros hablamos y repetimos lo que los demás dicen. Soy un loro harto de tanto frío, de tanta lluvia y nieve. Los loros habitamos países más cálidos, más hospitalarios. En mi país también hay censuras. Y tapan las bocas a los que hablan demasiado. A veces, solo algunas veces, los loros hablamos por ellos. A los loros no nos tapan las bocas, porque tenemos picos, piquitos de oro..., y comemos pipas, muchas pipas. Y alguna panceta, si se tercia, también comemos. Soy un loro triste. Echo de menos mi país tropical, mis tucanes, viejos amigos, mis odiosas cacatúas, el rumor callado de la nada. ¡Tantas cosas echo de menos de mi país! Pero no puedo volver a mi país. Mi pueblo anda inmerso en diatribas innecesarias. Al que repite lo que los demás dicen le tapan la boca, o el pico. Yo quiero quedarme aquí, porque quiero creer que aquí, en estos bellos fríos parajes no sellan de manera ignominiosa las bocas, o los picos, verdad? Quiero creerlo, y por eso lo repito. A veces repetir cansa. Mejor gritar a los doscientos vientos que envuelven estas mustias encinas que la libertad existe, que somos libres y volamos. Hoy quiero volar. Este loro viejo de verde plumaje quiere volar alto y firme. Quiero ser águila en vez de loro para observar lo que hacen los buitres. Los buitres..., pobres buitres. En este país en que vivo, ya ni siquiera queda carroña. Mis pobres buitres... Pero yo soy un loro y tengo agujetas de volar tan alto como he volado hoy. Agur |