Alcollarín - Cáceres

Vino tinto encierras, con virtuosidad extrema, resguardado del sol y de la rápida merma, con piel de cabra te hicieron, con piel de cabra buena, que dicen que la carne de cabra es mala, más la piel con la que la bota se hace, resultará casi eterna, pasando de mano en mano, como la falsa moneda, más al contrario de esta, lo difícil será que no desaparezcas, escondida detrás, de alguna cabeza, queriéndola vaciar, vaciar con destreza, cogiéndola con maestría, que para esto no hace falta enseñanza, que se aprende sin pereza, echando una mano al cuello y la otra a su trasero, apretando con firmeza, cual si de fémina se tratara, que de femenina es su ascendencia, bota es su nombre, bota de vino su nomenclatura completa.

En mi infantil recuerdo, encuentro yo a mi padre, sopla que sopla… ¡pero soplando de veras!, para llenarla de aire completa, soplando que sopla también para fuera, con intención de arrebatarle el vino, que instantes antes metiera, ¡que habilidad la de mi padre, con hilito de vino, cayendo por encima de su cabeza!, esquivando labios y dientes, afrutada la garganta, y alegrando su cerebro dentro de la testa.

La bota de vino tiene poderes anticonceptivos, no por mecanizada acción, ni por que preservativo llevar debiera, sino por que dale que dale con su uso a uno le duele, le molesta la mollera y después de abusar…, de la bota…por supuesto no confundirse con “ella”, no hay ardor, ni amoroso afán que resistirlo pueda, con la cabeza embotada, lo propio no es amar, sino una larga siesta.

Oh, bota de vino, que amistades franqueas, que a todos alegras el camino, compartiendo euforia y verbo fácil, paso a pasito, con demasiada ligereza, que pecho a mí me pareces, no por asemejarse en la forma, que feas formas han de ser, si así sucediera, pecho digo al que te encuentro parecido pues siendo como es, que el que a ambos se acerca, mamao permanece, mamao, pero de diferente manera, tanto el que de la bota bebe, como el que del maternal seno se abastece, mamaos se quedan. Tan maternal sentimiento me inspiras que tu cordón de colores patrios, cordón umbilical a mí y a algunos parecer pudiera, por su empecinamiento en tenerte cerca, por no soltarte ni un minuto, y cuando esto suceda, ver como te alejas si mediar palabra, sin proferir queja, más con la esperanza de volver a engancharte de nuevo, antes de que te lleven lejos y de su vida desaparezcas

Oh bota de vino, por San Blas, a regar amistades, te sacaron, manos Alcollarinejas, manos extremeñas, que te hicieron roar, sin dejarte descansar siquiera, y viéndote vacía, buscaron en otro sitio lo que tu diste sin medida, sin mostrarte cicatera. ¿Que donde fueron a parar, no se sabe, que ni ellos testimonio dan, que de memoria hay lagunas enteras, que tu hiciste tu trabajo, con nota alta, con superior lindeza, que tu gracia, esta en circular sin pena en darte con alegria y una vez la cuestión hecha, empezar de nuevo, mientras haya vino que tu interior rellenar pueda, y así termino esta prosa que poesía a algunos pueda que parezca, que a mi me parece castaña, que no se parece a huevo, pero si a breva.

Para todos los que empinaron la bota, dedico yo esta simpleza, por mi salud…y por supuesto, POR LA VUESTRA.

Genial, Perolo. Tan bueno como el vino de la vota de Fernando V (cada uno en su contexto, claro)

Saludos.

Muy bien Perolo y Ventero. Esto nos quita algo de la pena de tanta crisis