Ahigal - Caceres

Tolo era un niño que cada mañana se dejaba un sueño a medias y es que cuando su papá esperaba en la puerta, no había que retrasarse. Sobre todo si se trataba de un papá mago como el suyo.

Era un mago muy especial, que siempre le despedía con un regalo maravilloso. Le daba unas palabras. Pero no unas palabras de ésas del montón, sino palabras mágicas que él guardaba en su bolsillo secreto cerca del corazón.

Así cada mañana iba hacia el colegio, y pasaba primero por la casa de Neme. La mamá de Neme, también le acompañaba hasta la puerta. Pero como no era maga, sino dentista, no le daba palabras mágicas, sino dentales.

¡Neme lávate los dientes antes y después de comer!¡Y no se te ocurra mordiquear el lápiz!

Tolo miraba a su amigo con gesto divertido. Pero su amigo lo miraba con cara de dolor de muelas. Entonces Tolo se ponía la mano en el pecho, donde tenía el bolsillo de las palabras mágicas y sonreía a Neme con tantas ganas, que lo malo ya no le parecía tan malo.

Al fin, juntos los dos hacia el colegio, se pasaban también por la casa de Samy. El papá de Samy, también salía a despedirle. Pero como no era mago, sino corredor olímpico, no le daba palabras mágicas. Le daba palabras rápidas.

¡Date prisa!¡No pierdas el tiempo! ¡Llega el primero! y también le daba una medalla en la que estaba escrito:soy el mejor después de mi papá.

Tolo le sonreía despacito, pero Samy le ponía cara de carrera perdida.

Entonces Tolo recordaba las palabras mágicas que llevaba en el bolsillo. Daba un abrazo a su amigo , y lo malo ya no parecía tan malo.

Al fin, ya eran tres amigos camino del colegio. Hasta que llegaban a una casa enorme, con un preciso jerdín. La mamá y el papá de Molli abrían la puerta y despedían a su hijo. Pero como no eran magos sino ricos, no le daban palabras mágicas. La verdad que no ledaban ninguna palabra porque pensaban que Molli ya tenía de todo.

Tolo miraba a su amigo con cara sonriente, pero Molli lo miraba con cara de banco asaltado.

Tolo volvía asegurarse de que sus palabras mágicas seguían allí. Daba un abrazo a su amigo y lo malo ya no pasrecía tan malo.

Y así todos juntos se iban al colegio.

Un buen día, a la salida de clase, todos los amigos rodearon a Tolo. Formaban un grupo curioso: una cara de dolor de muelas, una cara de carrera perdida, una cara de banco asaltado. y En medio, una cara serena y alegre.

Los niños no aguantaban más, querían saber el secreto de Tolo. Así que un día que el niño no estaba, a uno de ellos se le ocurrió que irían a buscar a Tolo, le espiarían y descubrirían las palabras mágicas, que luego después se las dirían a sus papás para que las aprendieran.

Por la mañana,Neme, Samy, Molli saltaron de la cama más temprano que nunca. Se vistieron en silencio y se escabulleron sin despedirse de nadie.

Tal como acordaron, se encontraron frente al portal de Tolo. Agachados detrás del seto esperaron. Enseguida aparecieron el niño y su papá mago. Y como todos los días, el niño le pidió lo de todos los días:

Papá, no te olvides de darme las palabras mágicas. Entonces, su papá le dio una vuelta por el aire y un montón de besos. Y además le dijo:

¡TOLO QUE TENGAS UN DIA FELIZ!

Los niños vieron una ráfaga de estrellitas de colores volando alrededor de Tolo.Una a una se metieron en su bolsillo secreto. Ese que queda muy cerca del corazón.

Saludos


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mui guai gaui pero que mu guai y me a gustado por que hesta guai