Ahigal - Caceres

DEFENSA DE LA ALEGRÍA

Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas.

Defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos.

Defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias.

Defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa.

( Mario Benedetti )

jo eso es una posia

Sí, claro que es una poesía, pero con claro mensaje.

Muchas veces hemos oído decir que tal y cual personas son alegres, porque normalmente siempren sonríen, cantan, o se toman la vida con optimismo, incluso en situaciones delicadas y difíciles.

Afortunadamente todo el mundo de un modo u otro, hemos sentido esa emoción de estar alegres en algunos o muchos momentos concretos y aunque no todo el mundo tengamos la misma reacción ante estímulos idénticos, ni compartamos los mismos gustos por la poesía, música, deporte, trabajo etc, si el resultado final es conseguir la felicidad a través de lo que nos gusta, ha merecido la pena ser selectivos.

Es por ello, que haciendo apología del significado de ALEGRÍA, luchemos por sentirnos alegres, aunque nos encontremos con obstáculos para conseguirlo.

Saludos

jo poes que quieres que diga quees que te digo que me gusta la posía esa de la legria y todo eso ques es un buena posía y bien que me gusta.

dicen que al final de la vida, o cuando uno llega a anciano, mayormente nos acordamos más de los momentos alegres que de los tristes, y esos ultimos recuerdos son los que nos hacen el camino hacia la otra orilla más apacible.
saludos

Buenas tardes Wendal: una vez escuché a un señor muy mayor decir, que el ciclo de la vida era una "obra perfecta" y que aunque él, ya estaba a punto de finalizarlo, no le daba miedo morir. Sinceramente no es que me marcara con lo que dijo, pero sí que me hizo reflexionar y se me quedó tan grabado, que aún con el paso de muchos años, sigo teniéndolo presente.

Pienso que ya es todo un reto, estando en plenas facultades mentales, ir aceptando ( en lo que llamamos la tercera edad ) el cambio y el deterioro físico que se van produciendo en el cuerpo. A esto, también añadirle esas heridas que van dejando las pérdidas de seres queridos y el aíslamiento que muchos de ellos sienten al no vivir en casa con sus familiares. Es por todo ello, que la mayoría de nuestros mayores, no exteriorizan alegría, más bien todo lo contrario, aunque es bien cierto, que cuando hablan y se sienten escuchados, proyectan todos sus recuerdos y vivencias con una ternura infinita en aquellos que les prestan atención.

Saludos