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30-03-09 19:56 #2015662
Por:Yo asé la manteca

EL BANDOLERISMO EN AHIGAL
Abro nueva página en relación con el bandolerismo, porque en la anterior casi nos perdemos en apartados y considero que se facilita más la búsqueda de los temas concretos en los que últimamente andamos metidos.

Amigos Manda cojonis:

Hace un tiempo estuve en la Biblioteca del pueblo y encontré una serie de número de la Revista de Ahigal. En uno que se publicó en el año 1993, o sea, hace dieciséis años, vi un amplio artículo acerca de un bandolero de Ahigal por los principios del siglo XIX. Se llamaba de Polo García y formaba parte de la banda de “Los Muchachos”, siendo uno de los miembros más activos. Entonces copié algunas notas sobre el particular.

Curiosamente en el mes de octubre pasado han vuelto a publicar en la Revista de Ahigal el antiguo artículo, me parece que ampliado, aunque no puedo asegurarlo ya que han pasado algunos años desde que vi el anterior. De todas formas el sábado me dedique a escanearlo, tal y como le prometí a “Manda cojonis”, y ahí lo mando. Confío en que los de la Revista Ahigal no me acusen de plagio.




“UN BANDOLERO AHIGALEÑO DEL SIGLO XIX. LAS ANDANZAS DE POLO GARCÍA.

Ahigal tiene el “orgullo” de haber contado entre los aquí nacidos con uno de 1os bandoleros más crueles y violentos que ha dado la Península a lo largo del siglo XIX. El facineroso se 1lamaba Polo García. ¿Quién recuerda su nombre? Parece como si todo se hubiera puesto de acuerdo para borrar de la memoria de Ahigal 1a existencia de este hombre mítico del bandolerismo extremeño. Estamos a punto de llegar al segundo centenario del inicio de sus funestas aventuras.
E1 ahigaleño Polo García comienza sus andanzas en el verano de 1810, en plena Guerra de la Independencia, formando parte de una cuadrilla de forajidos conocida por “Los Muchachos”. De la misma formaban parte, junto a Polo García, otros sujetos de Santibáñez, Mohedas, Montehermoso, Plasencia y Valdeobispo, hasta alcanzar la cifra de catorce.
Nada tiene en común este grupo con los salteadores Retama y Jarero, que contaban con la comprensión y simpatía de los vecinos de la comarca, ni con los románticos bandoleros entre cuyos principios estaban el de robar al rico para entregar el botín al pobre. La banda de “Los Muchachos” era muy distinta.
La situación conflictiva de Extremadura hace que la cuadrilla de “Los Muchachos” acampe a sus anchas entre 1810 y 1813, confundida en ocasiones con partidas guerrilleras que luchan contra los franceses. En esta época el grupo de bandoleros se pasea señorialmente por la comarca e impone sus respetos en todos los pueblos e incluso llega a asaltar en las localidades salmantinas de Béjar y Cepeda, en pleno corazón de la Sierra de Francia.
Los refugios de la cuadrilla se localizan en los montes de Oliva, en los de Cáparra y en el monte de Ahigal, este último perfectamente conocido por nuestro paisano Polo García. En estos puntos se encuentran más o menos a salvo tras cometer sus fechorías. No obstante, cuando las prisas apremian hallan cobijo en sus pueblos de origen o en los pueblos del contorno, en los que abundan múltiples colaboradores, ya sea entre familiares, personas interesadas, admiradores de sus gestas o temerosos de sus iras. Entre estos receptores o encubridores se encuentran los padres de Polo García. Muy poco temen estos bandoleros de las gentes del entorno, con los que coinciden en las fiestas lugareñas, tanto compitiendo en el juego de la barra como en la taberna escanciando el vino de pitarra. Quienes tengan la osadía de delatar su presencia a las autoridades y de negarles la ayuda pedida están firmando el acta de defunción. Juan Montero, al que la cuadrilla mata en Ahigal, puede servir de ejemplo.
Uno de los más certeros golpes de “Los Muchachos”, que sirve para popularizar su carácter sanguinario, tiene lugar en diciembre de 1812, mes en el que asesinan a Ignacio Giménez, Regidor de Plasencia, hecho llevado a cabo en Oliva. Un par de meses más tarde roban y asesinan a un arriero portugués en las proximidades de Valdeobispo. Estas y otras hazañas semejantes obligan a las autoridades a ejercer una atroz persecución contra la cuadrilla de facinerosos, no siempre acompañada por el éxito. Una partida de Béjar y otra de Plasencia salen en su busca y tras rastrear los montes de Oliva no logran dar con el paradero de “Los Muchachos”.
Sin embargo, en la primavera de 1813 las partidas formadas en Extremadura para luchar contra “Los Muchachos” obtienen algunos éxitos. Así tenemos que la capitaneada por Mariano Ceferino del Pozo da muerte en el espacio de pocos días al placentino Dimas González y al santibañejo Miguel Pichorro, éste acribillado en el casco urbano de Ahigal. Así describe Ceferino del Pozo, en carta al alcalde de Plasencia, el trágico final de Pichorro:

“Haviendo salido de esa ciudad (Plasencia) hoy día de la fecha con el motivo de haver conducido á esa la caveza del ladrón Dimas Gonz. me halle al paso del Haygal con un oficio del Sagtº Feliz Collado, á donde me dice que haviendo llegado á este Pueblo a esperarme en él, como se lo tenia dho., hallo dentro de dho. Pueblo la cuadrilla de facinerosos conocidos por los Muchachos, y en la Taberna á Miguel Simón (Vulgo Pichorro) y haviendole dado parte una muger al Pichorro que la Partida de mi mando zercaba el Pueblo salió precipitadamente este de dho. sitio y montando a caballo y sacando la carabina oyó unos tiros que los compañeros havian empezado hacer a los soldados que por la parte de aquellos havian zercado el Pueblo, oido por él se hechó la carabina a la cara para tirar al Sargt° y á otro soldados que entraban por la parte de la taverna, a donde el tal Pichorro recibió un balazo en la mano y otro su caballo y se dejo caer la carabina. Hechó a huir á cuyo tiempo al salir del Pueplo los soldados que estavan haciendo fuego a los otros vandidos volvieron caras á él, y le pasaron el pecho de un balazo y otro en la otra mano de lo que murio sin decir aquí estoy... La caveza de Pichorro se la he mandado cortar para llevarla á esa ciudad para lo que VV. SS. tenga por conbeniente pues bien saben VV. SS. que ha sido el hombre mas inumano que ha tenido la Peninsula. A su cuerpo he mandado que se le dé sepultura eclesiástica en la Yglesa parroquial de este Pueblo”.

La tradición oral no coincide con la narración de los hechos. Refiere aquélla que toda la cuadrilla, sin ningún tipo de precaución, se hallaba reunida en una taberna de la antigua calle de la Ronda del Rosario, la que une las calles Cantón y Cantarranas, a la altura de la que luego fue casa de Vicente Simón. Al percatarse “Los Muchachos” de que los soldados se había colocado en las dos esquinas para impedirles la escapada, salieron de la taberna y a tiros de carabinas se abrieron camino, no sufriendo más baja que la del citado Miguel Pichorro, que recibió un disparo por la espalda.
A finales de 1813 la cuadrilla de “Los Muchachos” queda reducida a nueve miembros. Las batidas contra ellos se suceden, especialmente las comandadas por Mariano Ceferino del Pozo, pero fracasan en su empeño a pesar de rastrear toda la zona que va de Casa Blanca hasta el vado de los Palacios. Tanto guardas como pastores ponen sobre aviso a la cuadrilla de la presencia de los militares. Eso no es óbice para que en diciembre de ese año den el golpe audaz de robar al regidor Quijada y a otras treinta personas en la dehesa del Almendral.
Las víctimas predilectas de la cuadrilla de “Los Muchachos” son personas a las que sus trabajos les obliga a transitar por los campos extremeños: pastores trashumantes, arrieros, serranos, laneros, tenderos o feriantes y trajineros. Dignos de mención son los robos y destrucción de la correspondencia del Correo de Coria, el robo de los caballos de la partida que los persigue y el robo de efectos personales del rey. Si alguno de los robados muestra resistencia lo más normal es que sea asesinado o sufra atroces castigos: “Muchos son heridos, varios asesinados, otros detenidos en su carrera con una completa descarga de armas de fuego, y casi todos son martirizados, tendidos boca abajo, cogidos los brazos con cordeles y cubiertas sus cabezas”.
No faltan entre las víctimas de “Los Muchachos” los pastores y labradores de los pueblos de la comarca, a los que roban y queman sus cosechas, personas ricas, escribanos, alcaldes y clérigos. Un caserío del término de Mohedas se despuebla por los repetidos saqueos de la cuadrilla. En su haber hay que incluir tres violaciones consumadas y denunciadas. A un hombre de Palomero y al escribano de Granadilla los cuelgan por los genitales, muriendo el último por el trato recibido.
Entre los centenares de robos con violencia sólo contabilizamos dos en Ahigal, uno en la persona de un vecino y otro en el que es víctima el cura don Antonio Domínguez. Quizás se desprende de ello el que nuestro bandolero Polo García velaba por la integridad de sus paisanos.
Veinticinco son las personas muertas a manos de “Los Muchachos”. El único ahigaleño al que la cuadrilla manda a1 otro mundo se llama Juan Montero. Trece de éstos eran soldados que habían servido en algunas de las partidas que perseguían a los bandoleros. Este hecho era suficiente para que fueran asesinados. A un soldado llegan a clavarle la licencia en 1a frente.
A principios de 1814 hay una relativa calma en las acciones delictivas de “Los Muchachos”, pero vuelven a tomar virulencia hacia el otoño. El 28 de agosto de este mismo año el rey Fernando VII despacha una Real Instrucción para organizar partidas contra 1a cuadrilla. El 13 de marzo de 1815 el capitán general publica una Real Orden incidiendo en el mismo fin, es decir, en la captura de los bandoleros. E1 corregidor de Plasencia había propuesto 500 duros por bandolero entregado vivo o muerto. Por estas fechas el número de “Los Muchachos” había decrecido considerablemente entre muertos y detenidos. Las últimas fases de la operación de captura de los bandoleros están dirigidas por el teniente coronel José Abecia, al mando de tropas del regimiento de Mallorca y de otras unidades militares, a las que se unen centenares de paisanos llegados de numerosos pueblos de la Alta Extremadura y de la Provincia de Salamanca. Todavía en 1816 mueren los dos últimos bandoleros en libertad, de Santibáñez y de Valdeobispo respectivamente.
Las fechorías de la cuadrilla de “Los Muchachos” van a ser vistas en un Consejo de Guerra que, por Real Orden de 31 de agosto de 1815, tendrá lugar en Badajoz. E1 Consejo lo preside el brigadier Francisco Fernández. Quince días tardó la acusación en dar lectura a la causa y el Consejo se siguió con inusitado interés en todo el país. No en vano durante esos años las correrías de “Los Muchachos” habían sido dadas a conocer hasta los más recónditos lugares mediante coplillas y pliegos de cordel.
A la celebración del Consejo de Guerra sólo habían logrado sobrevivir seis de los catorce componentes de la cuadrilla de “Los Muchachos” entre ellos el ahigaleño Polo García, que se vería sentado en el banquillo de los acusados.
Las penas impuestas a los seis supervivientes fueron de las más atroces que puedan imaginarse, y 1a ignominia a que fueron sometidos no tiene ni comparación con las que los bandoleros impusieron a sus numerosas víctimas. Se trataba de que la condena sirviera de escarmiento a otras bandas facinerosas que pululaban por Extremadura. A los seis se les condenaba a idénticas penas:
-Ser arrastrados por las calles.
-Sufrir el garrote vil.
-Exponer sus cabezas, metidas en jaulas, en las plazas de sus lugares de nacimiento.
-Descuartizar sus cuerpos y esparcirlos por los sitios donde cometieron sus fechorías.
Cuenta la tradición que la jaula que contenía la cabeza de Polo García fue colgada de un palo clavado al efecto frente a la Casa Concejo. Pocos días después se trasladó al actual cruce de la carretera del Carazo con el camino del Molino Soso, donde permaneció hasta que los avichuches dieron cuenta de ella. Posteriormente sería sepultada en la iglesia de Ahigal.
Así acabó su existencia nuestro paisano Po1o García, una víctima de 1a conflictiva época en la que le toco vivir”.


Aunque la parrafada es larga, considero que merece la pena.

Saludos.

Yo asé la manteca.
Puntos:
31-03-09 20:45 #2022624 -> 2015662
Por:Manda cojonis

RE: EL BANDOLERISMO EN AHIGAL
Jo macho. es questos tenian huebos. Malos serian tolo malo que fueran de malos pero esque tenia demucho balor. esquel de Ahigal le valia pero que bien. Yo me creo questo teian que saber tos los de Ahigal queson cosas de Ahigal que no saven. este polo tenian que poner se de nonbre de una calle quesque no ay otro igual pa aqui en la redonda.
si sos baga contar loque le paso de los francess que dice cabezas.
buenas tardes de Manda cojonis.
Puntos:
01-04-09 17:24 #2027394 -> 2022624
Por:Yo asé la manteca

RE: EL BANDOLERISMO EN AHIGAL
Amigo Manda cojonis:

Supongo que el asunto de Ahigal referente a la Guerra de la Independencia, al que alude “Las Cabezas”, debe ser una emboscada que un grupo de paisanos nuestros le tendió a los franceses a la altura de las Jigueras de tío Genaro. Hace un tiempo disfruté con el relato que del mismo hacía Claudio Paniagua, “el motolero”, que, por lo que apuntan en el artículo, debió escribirlo en el año 1980.

Como esta mañana estuve tapando portillos y, puesto que esta tarde no tengo ganas de hacer nada campestre, me he tomado la molestia de escanearte su estudio y ofrecértelo para su lectura. Seguro que te darás cuenta que los ahigaleños, como tú dices, "tenían huebos".

“AHIGAL Y LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA

Claudio Paniagua Paniagua


La historia que voy a referir, una de esas pequeñas historias olvidadas de Ahigal, pude escucharla hace ya algunos años de boca de tío Juan “el tabernero”, a quien se la contó, según señaló, un tío suyo, que a su vez, la oyó directamente de otra persona contemporánea a los hechos. Esta es una de tantas páginas históricas escritas por personajes anónimos y valientes que tanto han abundado en nuestro pueblo. Aquí, como se comprenderá, no son importantes los nombres, que, por otra parte, desconocemos, sino la propia hazaña.

España está viviendo momentos claves en la Guerra de la Independencia. Los franceses, que han entrado en la Península en el año 1808, comienzan a sufrir una serie de reveses por quienes no se dejan avasallar. Los pueblos de la comarca ahigaleña pasan por unos momentos de dominio galo y ello les mueve a iniciar una resistencia de la única manera posible. Los triunfos guerrilleros en los más apartados rincones de nuestra geografía son propagados rápidamente y en Ahigal cunde el ejemplo: se hace necesario preparar un cuerpo de guerrilla y así se organiza con la máxima discreción, como si de una secta se tratara. Forman el grupo guerrillero de Ahigal doce hombres, entre los veinte y cuarenta años, contando por únicas armas doce chuzos y dos trabucos para cada uno.

Una mañana de otoño Ahigal comienza a evacuarse. Se ha difundido la noticia de que un retén de veinte soldados franceses, armados hasta los dientes, se acercan con no muy buenas intenciones. Una vez desalojado el pueblo, el grupo guerrillero se presta a tomar posiciones. Hay que evitar por todos los medios que el retén de franceses penetre en el núcleo, ya que se teme que lleguen con sus conocidas intenciones pirómanas. Al atardecer, un espía de la guerrilla comunica a sus compañeros que los franceses han atravesado Guijo de Granadilla y se acercan por lo que hoy es carretera de la Nava. Ha llegado el momento de poner a prueba la táctica que durante todo el día ha estudiado minuciosamente el grupúsculo guerrillero ahigalense. Fallar ahora supone una muerte segura y, al mismo tiempo, la destrucción del pueblo.

Tras pasar junto a la Cruz de la Nava el camino carretero continúa por una hondanada profunda, confundiéndose con el Regato del Cristo. Paralelo a éste, aunque a mayor altura y tan sólo a unos cuarenta metros, transcurre otro pequeño regato que más tarde desemboca en el principal. A ambos regatos los separa una tierra que en esa época ha sufrido las labores otoñales. A la derecha del Regato del Cristo, también sobre tierras de labrantío, se levantan un buen número de oliveras. Sobre ellas se han apostado seis guerrilleros y otros seis se han colocado, tapados con la hojarasca, a lo largo del Regato de la Melliza, con sus armas preparadas y apuntando a un punto clave.

La caballería francesa ha dejado atrás los huertos de pastizales, viéndose obligada a aminorar la marcha por lo dificultoso del camino-regato, por el que transcurre bastante agua a causa de las lluvias de las jornadas precedentes.

La señal está convenida. De pronto se oye un disparo y cae del caballo el jefe del retén francés. Sin apenas tiempo para la sorpresa, suena una descarga desde el Regato de la Melliza. Han sido seis tiros certeros que ponen fuera de combate a otros tantos galos. Los franceses son presa del desconcierto e intentan ponerse a salvo de la emboscada. Continuar por el Regato del Cristo los convierte en fácil blanco y la única solución viable es la de parapetarse tras las oliveras de la derecha. A toda marcha suben la corta y empinada ladera, no evitando, sin embargo, que otra descarga certera de los escondidos en el Regato de la Melliza elimine a seis nuevos franceses.

Los restantes, preocupados por resguardar sus espaldas, llegan hasta las oliveras sin apercibirse que es precisamente allí donde se les ha tendido una segunda emboscada. Dos descargas consecutivas de los guerrilleros, perfectamente colocados en círculo, aniquilan en su totalidad al pequeño ejército francés sin que hubieran tenido tan sólo un instante para reaccionar.

Los habitantes de Ahigal, que habían permanecido escondidos durante todo el día, volvieron al pueblo, procediendo a recoger los veinte cuerpos sin vida de los franceses y a darle cristiano enterramiento en una fosa común frente a la ermita del Santísimo Cristo de los Remedios.

Con buena lógica y en evitación de males posteriores, esta victoria se mantuvo en el máximo secreto. Sin embargo, días más tarde, la noticia ampliamente falseada, puesto que se acusaba al Guijo de haber tendido la emboscada al retén galo desaparecido, llegaba a oído de la patrullas francesas que recorrían la provincia. Una de éstas se presentó en Guijo de Granadilla con ánimo de represalia, pero los guijarreños, que nada sabían del asunto, demostraron su inocencia valiéndose de una probable confusión en el nombre del pueblo, y enviaron a los franceses a otro Guijo próximo a Montehermoso (Guijo de Galisteo).

Hasta allí se acercaron los franceses, quienes, esta vez sin preguntar, prendieron fuego al pueblo por los cuatro costados por algo que los del Guijito Quemao no habían hecho ni pudieron imaginar.

Hace unos cincuenta años fue plantado un álamo sobre la tumba de los franceses, hoy ya talado. Se apuntaba que la gran fortaleza que rápidamente adquirió dicho árbol se debía a las cenizas de aquellos veinte soldados que vinieron a sucumbir a mano de una docena de guerrilleros ahigalenses”.
Puntos:
24-09-09 13:12 #3334799 -> 2015662
Por:No Registrado
RE: EL BANDOLERISMO EN AHIGAL
Hola, estaba buscando información por internet y he encontrado su blog. Soy de La Alberca, el pueblo del que supuestamente era Simón Jarero, al menos eso nos decían los más mayores del lugar cuando pasábamos por la que se supone fue su casa. Acerca de él no sabemos mucho más, sólo que su madre, por la noche, le hacía señas con un farol desde el balcón para que se acercara al pueblo o para que se quedara en el monte; y que anduvo por Batuecas y cobraba un impuesto por circular por los caminos, a los que pagaban el impuesto les daba un pañuelo para que se lo atasen con el fin de que el resto de bandoleros de su cuadrilla no les hicieran nada ni los continuaran molestando. Los ancianos también decían que fue una gran persona y que nunca mató a nadie, aunque ellos no lo conocieron, pero es lo que le decían sus padres y abuelos. Por eso me ha llamado la atención que en su blog lo mencione. Me gustaría saber dónde oyó hablar de él, o dónde encontró la información que aporta en su blog, pues me parece un personaje muy interesante al que tenemos poco valorado. Le agradecería que me mandara toda la información que posee acerca de este hombre, pues yo llevo varios años buscando y no encuentro nada, ni en bibliotecas, ni en internet, ni en libros antiguos de los pueblos de la zona, ni en los archivos de la parroquia o del ayto. ...

Muchas gracias. Un saludo

Mi correo electrónico es bokichin@hotmail.com

Puntos:
24-09-09 18:10 #3338082 -> 3334799
Por:No Registrado
RE: EL BANDOLERISMO EN AHIGAL
x que no estudiais para majisterio que seve que sois cerebritos y no paletos,,,,,,,,,,,,,,,,,,,, manda huevos como os aburriis.
Puntos:
24-09-09 18:42 #3338429 -> 3338082
Por:donovan

RE: EL BANDOLERISMO EN AHIGAL
3338082 CADA UNO ES LIBRE DE ABLAR LO QUE QUIERA.
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