Ahigal - Caceres

¿quien tiene la culpa de la crisis en españa? ¿aztuan bien los banqueros no dando prestamos alas personas? ¿seria conbeniente que el gobierno nacionarizara los bancos si no llegan a un acuerdo?.

opina sobr estas preguntas.

firma santos vivas garcia.
santi vivas garcia

Parece mentira que no te quieras enterar,Santi.
En España no hay ninguna crisis,como mucho una ligera desaceleración.Todos aquellos que hablan de crisis son unos antipatriotas.Esos que la oposición llama parados no son tales, si acaso son obreros descansando o vagos que no quieren colaborar con el bienestar del pais.
Los bancos se han vuelto locos y ahora no quieren ganar dinero,por ello no prestan dinero para no cobrar intereses.
Creo que actúan bien porque así evitan que la gente tenga más deudas,y las deudas son malas ¿o no?
Si se deben nacionalizar los bancos creo que no,porque los bancos son un instrumento del capitalismo para sangrar a los trabajadores,debe directamente eliminarlos,así desapareceían muchas cosas malas como las hipotecas,los intereses,la morosidad,la insolvencia,las deudas,los beneficios,el euribor,etc,etc,etc.

Nos metes, Santi, en un debate filosófico monetario que, la verdad sea dicha, escapa a mi corto intelecto. Y será porque desde hace muchos años paso de la cuestión perruna. Tengo abierta cuenta en las dos entidades de ahorros de Ahigal, pero el cómputo de ambas no me da ni para comprar un chicle. En una cartilla se me ingresa la jubilación y en la otra las cuestiones relacionadas con el campo.

Si cobro hoy, mañana he arramplado con lo que hay, me da igual que sea del estado como de las deudas de la agricultura. Y todo mi dinero, contante y sonante, va a parar al nicho que tengo debajo de la lancha de la lumbre. ¡Y no creáis que la pasta se queda aburra!

Y cuando he de pagar algo (agua, luz...), ya se encarga el banco de decirme que tengo la cuenta al descubierto, que es lo mismo que anunciar que no tengo ni un ochavo. Entonces me voy a la hucha, recojo los peniques necesarios e ingreso en la cuenta del que me reclama. En la compra del tractor pagué en mano; en la del coche, otro tanto; y en el arreglo del corral, los propios albañiles contaron las perras que yo iba sacando de la mochila.

Seguro que tú tratas de preguntarme, al igual que otros han hecho: ¿No te da miedo que te quiten la pasta del escondrijo? Pues no tengo mucho, porque estoy seguro de que si alguien tuviera tal osadía, lo que a mí me birle le servirá de medicina.


Lo que yo hago ya lo hacía el tío Quinino, un pobre de los Casares de Hurdes que por los principios de siglo vino a asentarse en Ahigal. Esto me lo contó mi abuelo en una tarde invernal mientras me enseñaba cómo asar la manteca.

El tío Quinino limosneaba de pueblo en pueblo y en su petición se acompañaba de la correspondiente canción. Algunas perrillas sacaba, que no serían muchas, pero como tampoco gastaba ni un petacón, perra a perra y céntimo a céntimo fue juntando un capital. Me decía mi abuelo que el tío Quinino vivía en un corral de la Calle Ramos, y en un agujero del mismo, tras el leñero, guardaba su banca. Tenía cuatro mil reales. Un día, a la vuelta de su ruta limosnera, vio sorprendido que el tesoro se le había esfumado.

El tío Quinino no se alarmó ni dijo nada. Pero a la mañana siguiente el hombre salió a dar la vuelta petitoria por el pueblo, mas cantando a cada instante:

Cuatro mil reales
tengo en un buraco,
y a la noche que viene
voy a meter otros tantos.

A continuación el tío Quinino se fue al Guijo. Mientras el hombre pateaba las calles guijarreñas, el ratero tuvo lo que suponía una sabia ocurrencia. Corrió al corral del tío Quinino, quitó el leñero y volvió a introducir en la hucha los cuatro mil reales birlados. De esta forma, pensaba, el tío Quinino no se daría cuenta, metería los cuatro mil reales anunciados y al día siguiente se toparía con el doble de capital.

Y ocurrió lo que tío Quinino esperaba. Al regreso buscó en el agujero, y allí estaban los cuatro mil reales que le desaparecieran el día anterior. Cuando el ratero volvió al escondrijo se encontró un papel con estas palabras: “¡Viva los ladrones honraos!”.

Era muy sabio el tío Quinino, y de esa sabiduría supe por lo que mi abuelo, como antes dije, me contó una tarde de invierno mientras me enseñaba a asar la manteca. Ahora que está en boga ponerle nombre a las calles a voleo, quizás habría que plantearse si el tío Quinino no se mereciera que una llevara su nombre.

Tras este percance el tío Quinino empezó a transportar su dinero en los bolsillos de la pelliza, una pelliza que siempre llevaba puesta, ya fuera invierno o verano.

Esto mismo tendré que hacer si algún día me desaparecen los ahorros. A partir de entonces los llevaré conmigo. Lo bueno de ahora es que los billetes pesan poco y, mejor aún, es que los míos escasean. Todo lo que sea con tal de no hacer negocios con un banco, lo que viene a significar que no será el banco el que haga negocios contigo.

Yo asé la manteca.

Ante la crisis, hay que buscar soluciones y culpar a quien se lo merece, en este caso a la Gran Banca y a la guerra de Irak, que endeudó a la principal nación del mundo con unos gastos superiores a los doce mil billones de dólares. Y ante todo esto, no se puede echar balones fuera como hace el principal partido de la oposición. Precisamente ellos, donde muchos de sus partidarios, no se cortan ante el blanqueo de capitales, tráfico de influencias, trama de corrupción...etc, etc.Sí, ellos, pertenecientes al PP y tan preocupados siempre de los más desfavorecidos.¡Qué ironía!

¡¡Ah!!otro dato para tener en cuenta.Matemática pura: si gano mil euros, gasto dos mil y ahorro tres mil y no he recibido herencia, ni me ha tocado la lotería...¿dónde está esa "fuente mágica" de dinero?

Saludos