Ahigal - Caceres

tngo muxas ganas d vomitar

Veamos los posibles remedios para contrarrestar ese síntoma tan molesto como son las náuseas.

Si es por enfermedad, Primperán jarabe suele ser eficaz.

Si es por gula, mesura en el yantar, y si aún así persiste el malestar,ayúdate de sal de frutas Heno.Una infusión de boldo después, ayudará a asentar el estómago.

Si es por empinar el codo de beber hasta colonia, recurre al café solo muy cargado con NaCl (sal común).

Si tu malestar se debe a lo que ves u oyes a tu alrededor, talante conciliador y aclarar lo que debas con quién debas...Todo, menos salpicarnos con todo el condumio que lleves dentro.

Saludos

Pues nada, hombre, gomita, que eso es muy sano y ya lo decía mi abuelo, que en cuestiones medicinales era todo un experto. Suyo era este refrán, que es conveniente tener muy en consideración en determinados momentos: “El peo, el regüetro y el gomitáo, dejan al cuerpo descansao”.

Aunque en cuestiones de aliviarse, según dicen en el pueblo, no hay nada mejor que “tirar los pantalones”. A esto debía referirse la canción que, cuando yo me moceaba, ¡y mira que han caído chaparrones desde entonces!, se cantaba en llegando los carnavales:

En este mundo, señores,
sin cagar nadie se escapa.
Caga el rey, caga el conde,
caga el obispo y el papa.

Hablando de estas cuestiones escatológicas, que no son otras que hacer de vientre, me viene a la chilindrona un relato que también mi abuelo me contaba cuando llegaba el caso. Y, a pesar de que soy tonto rematado, me lo aprendí.

Resulta que a un buen hombre de Ahigal, en noche cerrada y fría, como éstas de ahora, le dio el retorcijón y se vio obligado a salir corriendo al corral. Pero no tuvo ni tiempo, ya que al llegar a las Escalaveras las ganas le apretaban en demasía. Allí mismo se quitó la correa, se puso en cuclillas y vació el bandujo.

Pero cuando ya respiraba aliviado y tanteaba por el suelo buscando una piedra con la que limpiarse el as de oro, hete aquí que se presenta la pareja de serenos, que por aquellos días tenían recomendada la misión de impedir que en la vía pública se hicieran aguas mayores y menores. Alumbrando a nuestro hombre con la linterna, a él se dirigen con estas palabras:

-¿Es qué no sabes que el señol alcalde prohibe cagar en la calle?

Contesta el aludido:
-Mira sereno, que yo no estoy cagando.

A lo que el sereno le dice:
-Resulta que tienes los pantalones caíos, tienes la prebenda delante de las narices, te estas limpiando el ojo del culo con un pedrusco, y todavía dices que no estás cagando.

Ante tal evidencia, el buen hombre responde:
-Si tan seguro estás que la cagá la he puesto yo, tócala con la mano: si está caliente es mía, pero si está fría seguro que no es mía.

Indudablemente los serenos no hicieron la prueba, de manera que nuestro protagonista se quedó con el intestino aliviado y libre de toda sospecha.

Un saludo, Ven Deta.

“Yo asé la manteca”

Salud!!

Venía con la manzanilla en la mano con intención de darla al primer síntoma de regurgitar, pero visto que da para lo que da, me tomo yo la manzanilla, de infusión, para evitar caer con los mismos síntomas, puesto que mi saludo siempre es desear salud a todo el mundo.

Sin más por el momento

Salud

Será muy sano vomitar, muy sano defecar...pero todo hecho en el lugar que corresponda, que luego, por muy gracioso que sea el relato, no lo es tanto su moraleja .(Diversidad de opiniones y Humor ).

Saludos