El noviajo Tocan las campanas la gente s´alegra. Unos güenos mozos, cantando flamenco, jacen gorgoritos en una taberna. Tocan las campanas, tocan dando güertas, qu´asín tocan siempre los días de fiesta. Hay riñas de gallos en la resolana de las corraleras y en el altozano, junt´a los ceviles unos zagalones se juegan las perras. Los viejos s´apiñan, s´apiñan las viejas jaciendo la bulra de la gente nueva. S´arriscan las mozas, y van peripuestas luciendo los guapos pañuelos de sëa; goliendo a manzanas, goliendo a camuesas. Van en carrefilas, jaciendo pinitos, camino e la iglesia... Y yo, qu´era malo, más malo qu´un vendo, me voy detrás d´ellas. Me voy detrás de ellas sin ver a los gallos que riñen los mozos en las corraleras; sin tomá las once, sin jugá las perras. Me voy tras las mozas porque va con ellas, la que yo dinguelo, la que me dinguela. con sus ojos negros de mirás mu tristes con sus ojos tristes de mirás mu negras. Yo qu´era tan malo, me voy pa l´iglesia sin tomá las once, sin jugá las perras, sin di a las riñas de las corraleras. ¡Que jormá te pones! - me icen los viejos,- ¡que güeno qu´eres! - me icen las viejas- ¡Chacho! ¿que t´ha dao? - me icen los mozos dende la taberna. M´ha dao la vía, la vía qu´es güena cuando se trebaja por una querencia, cuando por un argo, que llevamos drento se sufre y se pena; cuando, de röillas, drento de la iglesia, rezando, lloramos sin danos vergüenza. La quiero y me quiere, espero y espera jasta que yo junte pa dale las donas, jasta qu´ella s´haga´l ajuá con la hijuela. Tocan las campanas, la gente s´alegra. Mi novia va a misa; yo voy detrás d´ella, y alli, mesmamente delante del Cristo, jincao en la tierra, rezando las cosas qu´a mi m´enseñaron cund´iba a la escuela, una vos me ice: ¡sé güeno y trebaja!; y otra vos me ice: ¡trebaja y espera!
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