Abertura - Caceres

¡Preclaro y asegurao se presentaba el fin de semana, con un día más!. El Jueves tarde, tras un pequeño –bueno no tan pequeño- susto odontológico que terminó con un necesario implante –no bucal sino de cartera-; parecía que al fin se conciliaba una interesante actividad “findera”: verbenas, Chotis, comilonas, magia en una caja nueva (tenis), más comilonas, y hasta un viajecito por la segunda curvatura espacio-temporal de Vulcano (por ver si coincidía con mi Primo, por aquellos andurriales).

Con esa ilusión me entregué a los brazos de Morfeo (no, mi ñora no se llama Morfeo, ni tampoco tuve ninguna experiencia gay, simplemente me eché a roncar); y cuando el joío feo me quiso soltar (es decir, me desperté), al irme a incorporar, algo raro noté: un extraño alboroto y come-come, en aquello que han dado en llamar “partes nobles” [No sé si a las mías debo llamarlas así, pues aún siendo partes, no es que sean ilustres, ni generosas, ni poseen título alguno, ni tampoco son na de honrosas…vamos que son normalitas]. En un claro intento tranquilizante me dije: ¡vamos coguta…paice mentira que ya no te acuerdes y te hayas olvidao con la edad!..¡Si esto es lo más normal al levantarse!.

Y de ésta forma y con éste pensamiento, contento y rejuvenecío, me fui, como siempre, lo primero a mear. Y….¡Ahhh…Dios mío!..¿Esto que es?.

Aquello estaba to inflamao, colorao y paicía a punto de estallar.

Mi Ñora se había marchao a trabajar (ella no tenía fiesta), con lo que, como pude, cogí el coche y me fui al Hospital.

Dos señoritas mu amables me examinaron mu bien examinao (con los nervios se me olvidó preguntarles la nota que había sacao), y me dijeron que esperase un poco que iban a llamar al cirujano. No sabía si había entendío bien, ¿habían dicho cirujano?. En mi mente confusa apareció la definición de la R. Academia; persona que profesa la cirugía, siendo ésta parte de la medicina que cura por medio de operación.

¡Me cagué!.

Y allí estaba yo, en una camilla fría, y con los pantalones y calzoncillos bajaos. Llegó el cirujano y tras otro nuevo manoseo, me dijo: ¡Puen ser dos cosas! …(yo me asusté más y estuve por decirle…pos ayer eran tres, pero preferí callarme) …un simple forúnculo, o una glándula sebácea enquistada e infectada que le ha salido en el pubis, justo en la base del pene…, en cualquier caso –dijo-.., para quitar la infección, hay que cortar. ¿Qué HAY QUE CORTAR QUÉ? – le grité yo-.

Después de tranquilizarme, empezaron con los preparativos; una de las amables señoritas que antes me había examinao, vino con una brocha, cuchilla y jabón. Tal como yo allí me sentía, agradecí el gesto de que no viniera con un escobón ardiendo.

Al ratino apareció el matarife , digo cirujano, con una banderilla que me jincó sin tan siquiera llevarme a los medios. Y después la Sta. Amable (la otra), le ofreció un brillante cuchillino y dijo…¡vamos allá!, y al momento…¡Ya está!. Instintivamente miré pal suelo buscando, cual rabo de lagartija, a la “noble” que durante tanto tiempo había sio mi compañera.

Afortunadamente no fue na, y la “nobleza” sigue completa…pero lo malo estaba por llegar:

¡Curas –de los de la iglesia, no- cada veinticuatro horas!.

Como un valiente, me presté yo el primer día a la cuestión, y me fui pa la enfermería, esperando encontrarme con una de aquellas amables señoritas, pero no…me recibió un fornido mocetón de casi dos metros. Nuevamente en la camilla, en aquella indigna, pero ya habitual posición (es decir con los calzoncillos bajaos), se acercó el mocetón y, después de mirar aquello y limpiar la herida con una gasa, se aferró a la “nobleza” y empezó a pegar tirones. Yo pensaba: ¡Ayer me libré de que me la cortaran…pero hoy no me libro de que éste tío me la arranque!.

Y, al rato me dice…¡Se ha cerrao un poco la herida, tengo que volver a abrir!; cuando lo quise preguntar si aquello me iba a doler, el ya había metío unas tijeras, y sólo le oí decir…¿Pa que te voy a engañar?. Bien abierto me lo debío de dejar, porque después de hurgar por dentro bien hurgao, me metió una gasa en el bujero (el de la herida).

Hoy hemos tenío un poquino más de suerte, nos ha tocao una amable Sta. Son mucho más delicás, ¡aonde va a parar!. Lo primero que ha hecho es taparme con una gasita la “nobleza” (no sé si por consideración o porque no le ha gustao)

Y mañana más.

Total, que aquí me tenéis, convaleciente, después de un finde cojo-nuo.

Besos.

POs sólo se pué decir qu usted lolleve lo mejor posible y se recupere pronto.
Y lo que digo siempre:
! Qué envidia me da cómo escribe este tío !.
Un jolgorio.

Solamente un reproche, que no hiciera usted unas afotos pa el bujero.

Animese señor coguta que eso es una piquina dena, para lo grande que es usted, escriviendo digo, que de lo demas pues no me atrevo ahuque lo sepa.

ya me parecia a mi señor coguta, cuanto siento la aventura que le ha tocado vivir, ya podía haberme llamado que yo soy del oficio y las curas se las hubiese hecho con más cariño, sin dañar su nobleza.

Carlaa dejalo que la señorita que le atendio fue de lo mejor.

Vaya una manera de joderse un puente¡¡ Si esque estas cosas no respetan los dias festivo, Después de lo que cuenta "ajo y agua" y mucha higiene que esta en un sitio... que de esta se ha librado pero nunca se sabe, que lo que da el orgullo a lo varones se encontraba muy cerca.
Y por pedir... no se corte, y pida manos delicadas.

Tonrraider, has dicho que no te atreves a hablar de lo de el Sr. coguta " aunque lo sepas".
Ya estás cascando.

Traquilo que de algo hay que hablar, selocren to.

Anda que...
Y carlaa ofreciéndose pa las curas.
Un jolgorio.
Yo sigo con lo de la afoto.
voy a ver si consigo alguna por mis propios medios.

yo a mi coguta le hago lo que sea, porque el se lo merece, y la tahonera chica q esta aqui conmigo dice que ella ayuda aunque sea a sujetar, con tal de meter mano donde no debe.............

Os dejo que me invitan acenar, mañana mas.

endeluego ya se acojonó el coguta y se fué.

Que no me he io Sra. Carlaa, que estaba cenando y cambiandome el pañal. A coo-jón libre llevo yo to el fín de semana, asínque no pueo estar acoo-jonao. ¡Que más publicidad que ha tenío la "nobleza" éstos días, no había tenío jamás.
Agradezco sinceramente su ofrecimiento, y el de la tahonera chica, y no dudo que Amarruky tambien se prestaría, pero es que, con lo salás y simpáticas que son Vds. lo mismo me da la risa y se me abre la herida.
Si eso cuando esté mejor ya lo vemos.
Sr. Miguel, si quie Vd. venir a por mi cabra que está en la terraza, que mucho me temo que va a estar un tiempo desatendía, y ya la veo con los ojos tristes.

por supuesto que yo tambien ayudaria, Señor Coguta pero eso si me dejaran las lobas de las tahoneras que seran to lo salas que usted quiera pero un poquino pesás tambien

Que no me entere yo,
que el culo de esa cabra pasa hambre.
Mañana voy pa allá y la dejo apañá pa una semana.
Faltaría más .
Pa estos momentos están los amigos.

Miguel, ¿que haces aqui a estas horas?

enreando, que como estoy enamorao no duermo

yo estoy trabajando. Tb estoy enamorá. Tamañana