Programa de las Fiestas 2004 SALUDO

Saludo
Año 2004

“Los ritos son necesarios”, le decía el zorro al Principito. Y le explicaba: “Es lo que hace que un día sea diferente de los otros días, una hora de las otras horas”.
Acudimos a Sotobrín el día de San Antonio y volvemos el primer domingo de julio cumpliendo un rito cuyo origen probablemente nadie conozca con certeza, pero que se ajusta íntegramente a la condición de hacer un día diferente de los otros días. Es el día de nuestra fiesta.
Y ¿qué es lo característico de esta fiesta, cuál es el rito? Ver el campo, soñar cosechas, hacer corro, juntarse las familias y las gentes, compartir la comida y la charla con quienes siendo del pueblo se han ido, o no siéndolo vienen ese día. Enterarse de las vidas de unos y de otros, y pensar en los que no están ya definitivamente. Todo un día en la calle, a cuerpo gentil, todos a la vista de todos, para conocernos, para recordarnos, para no olvidarnos. En definitiva, para seguir anudando los lazos que nos unen al pasado, nos definen por lo que en común somos y nos anticipan el porvenir.
Mirad, pues, por qué es necesario el rito. Vernos juntos en Sotobrín nos da la medida de quiénes y cuántos somos, de cómo somos ahora, de lo que hemos cambiado y de lo que nos necesitamos unos a otros. Y también nos hace conscientes de los que debe hacerse para que el pueblo viva y no muera y de los que hay que ayudar y agradecer a quienes se ocupan de ello.
Mostrémonos como somos. Al estallido de los cohetes, por encima del carmesí del estandarte, saquemos a relucir la alegría un año más por el camino de Sotobrín. Que todos la sientan y, con la voz de las campanas y la respuesta del campanillo, se acune en los rincones del valle. Sabrán que estamos de fiesta y a ella están invitados.