un viejo amor Escribo desde la distancia. Creo que en esa amalgama de barrios, de parques aprisionados, de casas que anhelaron ser casa, vive un antiguo y extinto amor. A veces sueño con ese amor. Y me sonríe. Y parece que el agujero negro que supuso no fue sino un suspiro... A veces sueño ese amor salpicado de pecas, de mirada risueña y sincera. A veces sueño, un sueño lejano. Escribo desde lejos, desde muchos kilómetros, obstaculizado por millones de vientos que se pelean por poseer mis pensamientos. Escribo desde la distancia a un antiguo amor. Aquel fuego se apagó hace tiempo, y las deudas se pagaron. Pero, por qué hoy sigue encendido? Aquella niña de mirada pícara se llamaba Carmen. Y todavía hoy, después de casi veinte años, desde una distancia inalcanzable, reparece su recuerdo entre un amasijo de cartas que, casualmente, he descubierto. Mi recuerdo para aquella niña de la que estuve perdidamente enamorado.
|