Olvan - Barcelona

El PxCat celebra la sentencia del TC y denuncia las llamadas de Montilla a la insurrección social

Laura Casarramona.- A diferencia del sentir de la casta catalana, el presidente del Partit per Catalunya (PxCat), Mateu Figuerola (imagen de la derecha), ha expresado hoy su contento por el dictamen del Tribunal Constitucional favorable a las tesis que unilateralmente defendió en el Ayuntamiento de Cervera y que propició la ruptura con la plataforma de Josep Anglada: Cataluña no es una nación y el Estatut rebasa los límites que un Estado soberano no puede admitir sin renunciar a su propia esencia. "A diferencia de lo que opina la casta corrupta y ese especimen tan raro de Vic, el PxCat ha defendido siempre que nuestra única nación es España y que defender la singularidad de Cataluña no significa abrir una brecha entre españoles de una y otras comunidades". Con estos argumentos, es natural que Mateu Figuerola desapruebe severamente los llamamientos de José Montilla a la insurrección social contra la sentencia del Constitucional.


"Es notorio que el PSC está en horas bajas y que ahora le conviene apelar al victimismo nacionalista. La declaración institucional del presidente de la Generalitat con es impropia de un presidente autonómico. Montilla ha confundido su cargo de primer secretario de los socialistas catalanes con el de presidente de Cataluña", declara el líder de los identitarios catalanes. "Si quiere promover campañas de insurrección contra el Estado, que lo haga con dinero de su partido y no con cargo a los presupuestos generales", apostilla.

-¿Le sorprende las llamadas a rebato del presidente Montilla?

Es inadmisible que el presidente de la Generalitat afirme que no renuncia al Estatut aprobado por el tripartito y defendido por personajes tan pintorescos como Anglada. Alguien debería recordarle a Montilla que está poniendo en cuestión la independencia judicial y lanzando el mensaje de que las leyes son buenas o malas en virtud de determinados intereses partidarios. La respuesta de Montilla no es la que correspondería a un presidente responsable de la Generalitat. Es de todo punto de vista insensato exigir que no se cumpla un mandamiento judicial y poner la institucionalidad democrática al servicio de la ilegalidad. ¿Cómo podríamos exigir a los ciudadanos respeto a las normas si un representante institucional como el señor Montilla es el primero que se rebela contra ellas? Insisto, esto es de una gravedad e irresponsabilidad absolutas. Los partidos deberían ser los primeros en dar ejemplo y acatar las decisiones legales en vez de buscar la confrontación con los jueces, que es lo que ha hecho todos estos años el universo etarra, con gran escándalo por parte de la clase política.

-¿Cómo cree que afectará este debate al horizonte político más inmediato de Cataluña?

Este debate le irá sin duda muy bien al PSC y al tripartito para dejar de hablar de la crisis y poder ocultar así la inoperancia del Govern. Pero no sólo a ellos. La polémica servirá tambien para que CiU quiera lanzar un frondoso velo contra sus corruptelas, entre las que sobresale la presunta financiación de este partido a través del Palau de la Música. A la casta no le interesa tanto el Estatut como ocultar sus propias vergüenzas, que son muchas.

-¿Qué hipotecas morales impiden a Carod-Rovira pronunciarse sobre las restricciones al Estatut que él sobre todo promovió y defendió?

Sí, sin duda está siendo muy curioso y bastante revelador el mutismo y la falta de opinión del consejero de la Vicepresidencia de la Generalitat de Cataluña. ¿Estará preparando la apertura de alguna nueva delegación diplomática o quizás se haya forrado tanto que teme que alguien empiece a fiscalizar lo que tiene? Se debería investigar el patrimonio millonario de este golfo durante los años del tripartito.

-En cualquier caso, el suyo fue el único partido que defendió alto y claro la inconstitucionalidad de algunos puntos del Estatut y que rechazó el término nación para Cataluña.

Sí, sí, en efecto, y de ahí nuestra satisfacción hoy. El PxCat siempre fue contrario al Estatut. Precisamente, una de las causas de que surgiera este partido, si no la principal, fueron las desavenencias dentro de Plataforma per Catalunya (PxC) por este asunto. Contradiciendo los documentos programáticos del partido, Anglada apoyó una moción favorable al Estatut en el ayuntamiento de Vic. Yo en cambio voté en contra de la moción de apoyo al Estatut en el Ayuntamiento de Cervera, en coherencia con el ideario del que era entonces mi partido. No olvidemos tampoco que fue ese apoyo de Anglada al Estatut y a las tesis separatistas lo que provocó la desaparición de todas las delegaciones de plataforma en el resto de España.

-¿Tendría por tanto Josep Anglada que sumarse a las movilizaciones ya anunciadas por los nacionalistas en favor del Estatut?

Si conservara un átomo de dignidad personal y de coherencia política, cosa de la que dudo, Anglada debería asistir a la manifestación contra la sentencia del Estatut prevista para el sábado 10 de julio bajo el lema de "Somos una nación. Nosotros decidimos". Él se unió a los separatistas en favor del nuevo texto estatutario y provocó la ruptura del partido al no aceptar que los dirigentes leridanos de plataforma nos posicionáramos en contra del Estatut y en favor de España como la única nación de los catalanes. Todo el mundo sabe sin embargo que la coherencia de don Pepito va siempre en función del interlocutor que tenga delante o del mejor postor.

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