Mataró - Barcelona

Artur Mas, separatista hasta en el dolor del Alvia

Aprovechó una vez más para, dentro del dolor, marcar las fronteras entre Cataluña y el resto de España

LVL

viernes, 26 de julio de 2013, 11:19

Madrid.- Artur Mas, presidente de la Generalitat de Cataluña, podría haber aprovechado el minuto de silencio que los miembros de su gobierno autonómico y otras autoridades municipales mostraron en la plaza de Sant Jaume para expresar su condolencia, apoyo y dolor por las víctimas y heridos del tren Alvia de Santiago de Compostela, repleto de ciudadanos de toda España, que vieron unido su destino por elegir ese convoy hacia Santiago, que celebraba sus fiestas.

Sin embargo, Artur Mas aprovechó la ocasión, una vez más, para dentro del dolor, marcar las fronteras que existen entre Cataluña y el resto de España y el mundo. El nacionalismo separatista utilizó la opresión por boca de Artur Mas y manifestó ante los micrófonos de la Cadena Ser, TVE, TV3 y Catalunya Radio, que "lo que tenemos que hacer como autoridades catalanas, dentro de esta fraternidad que siempre intentamos expresar con el resto de pueblos del mundo y también del resto de pueblos de España, es estar a su lado anímicamente, emotivamente y ponernos a su disposición".

Fue una sutil pero velada alusión a remarcar la demarcación limítrofe que existe entre Cataluña y el resto del mundo, destacando de nuevo la singularidad que desde la Generalitat se quiere imprimir a cada gesto público que emana de sus políticos e instituciones.

Los nacionalistas catalanes evitan por todos los medios compartir soluciones a las tragedias, si no es aludiendo a las diferencias territoriales. Por ejemplo, en los incendios forestales del verano de 2012 en la comarca del Ampurdán (Gerona) fueron remisos a que el ejército español interveniera y en ningún momento destacaron su participación. Lo mismo sucedió recientemente en el Valle de Arán: durante las inundaciones, fue el ejército el que restituyó las redes eléctricas sin que la Generalitat de Cataluña hiciera alusión a ello.

En el tren Alvia Madrid-Ferrol, que se ha cobrado 80 víctimas mortales, iban pasajeros procedentes de Valencia, Madrid, Ávila o también de Lérida (dos estudiantes universitarios). Por lo tanto, no se trata de una 'tragedia gallega', tal y como desde distintos ámbitos nacionalistas se trata de imprimir al suceso, sino un accidente que afecta a familias de toda España.

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