L'Hospitalet de Llobregat - Barcelona

El PSOE irá a las autonómicas en la peor situación de sus últimos 30 años

10:44 (30-05-2010) | 22

Los feudos históricos de los socialistas peligran. Sólo en Extremadura mantiene lejos al PP. Las catalanas pueden ser el aperitivo del declive.

Madrid.- El PSOE tiene motivos para estar preocupado por los últimos reveses sufridos por el Gobierno. José Luis Rodríguez Zapatero atraviesa su peor momento desde que aterrizó en Moncloa en 2004 y ve cómo el PP se aleja en las encuestas. Pero, como responsable también de la Secretaría General del PSOE, afronta otros contratiempos igual de preocupantes.

Antes de las próximas generales –siempre que no se produzca un adelanto electoral–, las urnas testarán la estrategia del jefe del Ejecutivo en las elecciones catalanas, el próximo otoño, y en los comicios autonómicos y municipales, el 29 de mayo de 2011.

El PSOE se acerca a esas fechas con sus peores expectativas electorales desde que arrancó la democracia. Hay comunidades que Ferraz da prácticamente por perdidas, como la Comunidad Valenciana, la Región de Murcia y Castilla y León, donde los populares se mantienen a una distancia inalcanzable para los socialistas.

Sin embargo, nunca antes el PSOE se había enfrentado a una cita con las urnas con la posibilidad de perder sus feudos más importantes. De los últimos sondeos publicados se desprende que ni siquiera Castilla-La Mancha y Andalucía –que celebrará sus elecciones más tarde– están en condiciones de garantizar la victoria del PSOE, algo inédito en los últimos 30 años.

En los malos pronósticos tiene mucho que ver la realidad de las 19 federaciones socialistas que componen su mapa territorial. Sólo en Extremadura el PSOE ha logrado efectuar un relevo generacional de los barones sin sufrir desgaste en las urnas. Guillermo Fernández Vara, presidente extremeño, mantiene con el PP distancias similares a las que lograba el ex presidente Juan Carlos Rodríguez Ibarra.
Malos ejemplos

En Castilla-La Mancha, por contra, José María Barreda no ha estado a la altura de los resultados electorales de su antecesor, José Bono. En sus primeros comicios, los de 2007, Barreda perdió siete puntos con respecto a los de 2003. Algunos sondeos dan incluso la victoria al PP en 2011. Sería la primera vez que los populares accedieran al Gobierno de esta autonomía. Barreda ha tratado de impulsar el nuevo Estatuto castellanomanchego con el fin de blindar las reservas hídricas de la comunidad, algo que según sus propios cálculos electorales le habría permitido coger aire. Sin embargo, la oposición del PP le ha dejado sin argumentos.

La situación del Gobierno andaluz de José Antonio Griñán es similar. El sucesor de Manuel Chaves aún no se ha enfrentado a unas elecciones, pero no ha hecho falta que lleguen para que el nerviosismo comience a apoderarse del PSOE-A, la federación socialista más numerosa. Las alarmas saltaron el pasado enero cuando un barómetro atribuyó al PP mayor intención de voto, un 43,2%, que al PSOE-A, un 41,6%.

Los socialistas cerraron filas en marzo otorgando plenos poderes a Griñán para que intente remontar en las encuestas. Su mandato no expira hasta 2012, pero Ferraz analiza con detalle todos sus movimientos. La derrota en Andalucía, el feudo socialista más emblemático, asestaría un golpe al partido de consecuencias incalculables.

El resto de federaciones también padece problemas de liderazgo. La dirección del PSOE, especialmente el vicesecretario general, José Blanco, ha ido colocando a candidatos de bajo perfil al frente de las delegaciones regionales confiando en el elemento sorpresa.
Fracaso

Sin embargo, ninguna de estas apuestas está obteniendo buenos resultados. Óscar López no ha conseguido acercarse al PP en Castilla y León, lo mismo que le ocurre a Jorge Alarte en la Comunidad Valenciana. Los sondeos tampoco auguran que Tomás Gómez pueda evitar otra mayoría absoluta de Esperanza Aguirre en la Comunidad de Madrid.

Además, las pésimas expectativas han azuzado las críticas internas. En la cúspide, José Blanco y Leire Pajín, secretaria de Organización, compiten por el control de las federaciones. Blanco busca un sustituto para Gómez. Lo mismo intenta Pajín con Alarte. La relación de los números dos y tres del PSOE no es buena y las tensiones se están trasladando a las regiones.

Al mismo tiempo, arrecian las críticas de las federaciones a Ferraz. Zapatero ha pasado de ser un valor seguro a convertirse en un lastre. El Partido Socialista de Euskadi logró a última hora que el presidente del Gobierno no acudiera a la celebración de su Día de la Rosa. Barreda ha emprendido un recorte de su Administración autonómica para poner tierra de por medio con las 17 carteras y las tres vicepresidencias del Ejecutivo central. Los líderes autonómicos del PSOE temen sufrir en primera persona el rechazo que despierta el presidente del Gobierno.

Las autonómicas serán decisivas. Zapatero se juega el todo o nada. Y las elecciones catalanas del próximo otoño pueden ser el aperitivo del declive.

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