L'Hospitalet de Llobregat - Barcelona

La corrupción moral de la izquierda española baja otro peldaño

Los vividores del mundo del espectáculo denuncian la persecución a la que se estaría sometiendo a un individuo que se hace llamar “Willy”.

REDACCIÓN HO.- Son los de siempre, los llamados “artistas”, que viven de vender su lengua al poder a cambio de una copia de la llave de la caja que guarda el dinero de todos los ciudadanos.

Siempre están preparados para ejercer de lacayos. Palmas al gobierno del aborto, loas al tirano de turno, parabienes al último terrorista que se queja de que atentan contra sus derechos porque en la celda no le dejan fumar. Ahora toca el turno de alabar a uno de sus más corruptos representantes, un tipo que se declara furibundo enemigo del “imperialismo yanqui”, pero se hace llamar “Willy”.

Javier Bardem, Alberto San Juan, Luis Tosar, Candela Peña, Lola Dueñas, Nancho Novo y unos cuantos del mismo tenor han firmado una carta en la que muestran su apoyo al mencionado “Willy”.

En la misiva, que han redactado ante la que consideran es "una auténtica campaña contra su persona" tras sus declaraciones sobre el caso Zapata, afirman:

“Ha sido objeto de una reacción agresiva y desproporcionada en los medios de comunicación por ejercer el derecho ciudadano a participar públicamente del debate político, derecho que ha de prevalecer se esté o no de acuerdo con las opiniones que se expresen.

A nuestro parecer, la reacción contra las declaraciones de Guillermo Toledo se ha convertido, en muchos casos, en una auténtica campaña contra su persona."

La carta está firmada por unos 30 individuos que viven del cine, el teatro y la televisión, y en ella expresan su "más firme apoyo" al que se ha convertido en paradigma de la degradación moral de la izquierda española:

"Creemos que desde una parte considerable de los medios de comunicación existe un mensaje permanente de rechazo a la implicación política de los ciudadanos que trabajan en el mundo de la cultura.

La cultura es, en gran parte, el aprendizaje de la convivencia. Hay una lógica, por tanto, en la frecuente implicación política de los ciudadanos que trabajan en este campo. Implicación que no tiene mayor validez, ni menor, que la de cualquier ciudadano, sea cual sea su profesión.

Hacemos un llamamiento para intentar recuperar un lenguaje que nos sirva para entendernos, un lenguaje despojado de violencia, que se sustente en los hechos y no en los juicios personales, un lenguaje riguroso y basado en la buena fe, que sirva para trabajar juntos, aunque sea desde distintas ideas, por un mundo mejor".

https://azteoir.org/node/28749