Badalona - Barcelona

Cuando el contribuyente puede tomar la palabra.

Clases Medias. 12 de septiembre de 2010

Anoche en un excelente ejerció profesional, Intereconomía TV, con su programa “Más se perdió en Cuba”, cuyo director D.Xavier Horcajo debería ya ser propuesto a un premio de la audiencia; nos regalaron el hito histórico de dejar que el ciudadano cobrara su verdadero protagonismo.

Difícil tarea en lo que los espectadores no pudimos ver, y que pese a algunos pequeños fallos, en cuanto a la presentación de las personas que iban interviniendo; quedaron más que suplidos por el dinámico ritmo de tan diversas exposiciones.

Anoche lo que vimos y disfrutamos es el pleno ejercicio de la libertad.
Xavier nos deleitó también, con música en vivo, rumbas catalanas, ¿algo más auténtico?

Cada persona era un caso y cada caso una muestra de los muchos, muchos desmanes, injusticias, que la casta (calificativo ya acuñado por Enrique de Diego, y cuyo libro “Casta parasitaría” de Ed. Rambla os recomiendo vivamente leer) comete en nombre de mantenerse en el poder.

Se oyeron auténticos atropellos a la libertad individual. Desde el padre que ante la imposibilidad de dar educación en Castellano, en Español a sus hijos, y que finalmente ha optado por educarles en casa. Hasta la mujer que indignada arengaba a la gente a salir a la calle, a protestar, a decir no sigan usando así mi dinero. Pasando por un rosario de absurdos y hasta macabros sucesos personales por no poder tener documentos en Español, para el trámite de cualquier gestión. Cremación de familiar cuya documentación sólo se ofrece en Catalán. Páginas web de queja ciudadana para exponer la falta del español en los documentos, que solo está en catalán. Multas a comercios por el rótulo en español. Niños desescolarizados. Atención sanitaria en catalán para personas mayores que llegaron ya adultas a Cataluña y que apenas se manejan lo justo y necesario en catalán. Administrativos y legisladores que cometen faltas de sintaxis y de ortografía en español… casi 100 verdades cotidianas. Quejas por la Educación, las multas a los comercios, la Sanidad… no quedó sección ni gestión administrativa que no recibiera una contundente queja. Y la mayoría finalizaba con expresiones de sentirse totalmente abandonados por quienes reciben el voto, el sueldo, de unos impuestos que tanto cuesta ya pagar.

Había estudiantes que no comprendían como por hablar y defender el uso del Castellano eran tildados de fachas y profranquistas, y como decía el Sr. Horcajo “que pasado tan franquista tendrás con 17 años".

No echamos de menos a político alguno entre los al menos cerca de 100 exponentes de la sociedad civil. Que con una soltura en la que no hubo lucimiento personal alguno, cada uno pudo y eso fue lo que más agradecieron, expresar su verdad, su vivencia, su frustración y rabia, y sus ganas de cambiar las cosas.

Todos los intervinientes dieron la imagen de estar solos. Solos ante unos problemas que han creado quienes deberían gestionar los impuestos en lo que importa, y no en lo que ellos quieren para lucirse en fotos, y vivir del cuento.

Si anoche, tras el programa se hubieran celebrado las elecciones, os aseguro que el Tripartito hubiera sido borrado del mapa político. Y que apenas PxC y Ciudadans, habría sacado votos, ya que al hilo de lo visto solo quienes hagan campañas a pie calle van a ser tenidos en cuenta. Y la campaña de calle no es colocar discursos si no escuchar atentamente lo que el ciudadano quiere. Porque lo que quieren los políticos, ya lo estamos sabiendo en propias carnes y bolsillos desde hace más de 30 años.

Los hombres y mujeres de esa región maravillosa, cuyos exponentes ayer estaban seguro, todos representados, no se sabía muy bien si eran votantes de la derecha o de la izquierda; lo que traslucían sus palabras eran harturas, impotencias, y también muchas soluciones individuales, ante el silencio y la inacción de las administraciones. Detectamos que se han ido formando asociaciones, plataformas, grupos, de ciudadanos libres. Y que esa libertad es carísima allí en Cataluña.

Como caras conocidas y que ejercieron solo de invitados, de oyentes, se dirigieron a esa amalgama de personas con nombre y apellido, Javier Nard que expuso brevemente la verdadera historia de Cataluña. Ayer era el día de la Diada catalana. Miguel Durán habló del miedo a hablar de muchos y elogiando a quienes ayer con nombre y apellido contaron su verdad. Y finalmente el vergonzoso espectáculo de Montserrat Nebrera discutiendo de política con Albert Rivera, hablando como si de campaña electoral fuera el programa, alejada de lo que todos vimos y disfrutamos ayer. Al menos el Sr. Rivera sí tuvo a bien citar a los intervinientes y dejó muy claro que no hay que rotular los comercios en bilingüe si no en lo que cada uno desee. La Sra. Nebrera yerra mucho, quizá no prestó atención a esos casi 100 testimonios, si no al discursito que tenía pensado dar.

Así el colofón fue ciudadano-contribuyente en una realidad, y políticos ( se supone los más afines a dar voz al pueblo), en otro lado del ring de lo que debe ser una democracia.

Enhorabuena Sr. Horcajo. Enhorabuena Intereconomía.

Y para Enrique de Diego, otro sonoro aplauso ya que su acertado discurso, ayer estaba instalado en todos esos testimonios. Con agradecimiento, la sociedad civil española. Protagonista exclusiva de la noche del sábado.

Esperamos que este protagonismo se extienda a todos los días de la semana.

Clases Medias

https://asclasesmedias.blogspot.com/2010/09/cuando-el-contribuyente-puede-tomar-la.html

Cataluña no es solo la parte negativa y mentirosa del radicalismo, pero el problema está metido instalado,solapado en las instituciones medio nacionalistas y radicales independentistas o sea "Triunvirato" con mantilla. ¿ A ver quien le quita el cascabel al gato de tres patas?.
¿ Tanto miedo tenemos por la calle, que no somos capaces de poner la bandera de España en un Ayuntamiento? estos se pasan la Constitución por el forro de los cojo.. eso es lo único que saben predicar buscando un enemigo ficticio para seguir con su Califato y negar el pan y la sal a los que no les aplauden.