Badalona - Barcelona

En mi piso se votó ayer por la independencia

Inspirados por los spots de Ikea y por el circo de Arenys de Munt, ayer en mi piso se hizo un referéndum de independencia. Sus ocupantes votamos a lo largo del día esta pregunta, calcada de Arenys: “¿Está usted de acuerdo con que nuestro piso se convierta en un Estado de Derecho independiente, democrático y liberal integrado en el Reino de España?” A diferencia de Arenys, donde sólo pasaron por el circo 4 de cada 10 habitantes con derecho a voto, en mi piso participó el 100% del censo. Y a última hora de ayer se desveló por fin el dato que muchos medios locales estaban esperando con impaciencia: el 100% de los habitantes de mi piso votaron a favor de la independencia.

Como consecuencia de este referéndum, según informaba ayer una radio del barrio, docenas de pisos más van a celebrar consultas como la nuestra con un fin claro: independizarnos de Galicia para, a continuación, considerarnos todos admitidos como nueva autonomía en el seno de España. Vale, ya sé que es una idea estúpida, pero ¿acaso es más absurda que la pretensión de que Cataluña sea independiente porque en un pueblo de 8.000 habitantes vota un 41% a favor de la independencia? Por otra parte, alguien dirá que independizarnos de Galicia no significa que nos admitan como una nueva autonomía en España, pero ¿acaso la independencia de Cataluña conllevaría su admisión como país en la Unión Europea? Seguro que en Bruselas se sueltan preguntas como ésta cuando no se les ocurre ningún otro chiste.

Eso sí, la consulta de mi piso ha tenido varias ventajas éticas y democráticas sobre el circo de Arenys. Para empezar, en mi piso, a diferencia de lo que ocurre en Cataluña, a nadie le amenazan ni le agreden -como les pasó el viernes a tres periodistas de Intereconomía- por discrepar del nacionalismo oficial: todo lo resolvemos pacíficamente como familia. Es más: en mi piso no te multan por rotular la puerta de tu cuarto en el idioma que quieras, no como en Cataluña, donde a los comerciantes les multan si rotulan sus tiendas en castellano. Desde luego, como democracia mi piso gana por goleada tanto a Arenys como a Cataluña.

En cuanto a econonomía, en mi piso no debemos ni un céntimo a nadie, mientras que el ayuntamiento de Arenys tiene una deuda de casi 5 millones de euros, poca cosa si observamos que la Generalidad catalana acumulaba ya en 2008 una deuda de 18.070 millones de euros. Para saldar esas deudas, cada habitante de Arenys -sea de la edad que sea- tendría que pagar más de 600 euros, y cada habitante de Cataluña tendría que pagar más de 2.400 euros. Además, en nuestra consulta no hemos gastado ni un céntimo de fondos públicos, mientras que el circo de Arenys lo hizo una entidad privada gracias a las subvenciones públicas que recibe. Desde luego, en solvencia y ética fiscal mi piso les da mil vueltas a Arenys y a Cataluña entera.

Obviamente, que mi piso vote un referéndum de independencia es una grandísima chorrada que nadie se puede tomar en serio, empezando por los propios habitantes de este territorio histórico que aspira a separarse de Galicia. De igual forma, ¿quién se puede tomar en serio la chorrada de Arenys? Me pasma, a día de hoy, que haya medios publicando el resultado del circo organizado ayer en esa localidad catalana, y que incluso sesudos analistas se apresten a valorar si las cifras de participación hacen que el resultado sea legítimo, como si una parte de España o incluso un piso en Galicia pudieran declararse independientes saltándose las leyes vigentes y los principios democráticos más básicos. En fin, ante una España de disparates tan colosales como éstos, ¿esperabais que le dedicase una entrada seria al tema?

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