Badalona - Barcelona

Cataluña, en su momento inmediatamente posterior a la separación sufriría un shock importantísimo. Sufriría un mazazo en todos los ámbitos, salvo en el del orgullo de 4 palurdos. Y después de ese mazazo y de afrontar la nueva y cruda realidad, en por lo menos un siglo iría a menos progresivamente hasta adaptarse a la realidad de un país de su magnitud, o sea pequeño incluso para cánones europeos. Un círculo vicioso del que tardaría más de un siglo en abandonar. A lo mejor en 2 siglos conseguiría reconducir un poco la situación. Pero nunca volvería a ser lo que es ahora, dentro del conjunto de España.

La falacia del independentismo economicista es el balance fiscal. Pero es que la separación incluye que Cataluña rebaje sus ingresos vía impuestos de una manera totalmente drástica. Pérdida de población, por varios motivos empezando por la pérdida de trabajo (fuga de multinacionales, rechazo de producto catalán en el resto de España (40 millones) etc.) y porque seguramente muchos, aún conservando su nacionalidad española, la sigan manteniendo, y a lo mejor algunos sigan en Barcelona conservando su nacionalidad española (mayores ventajas y garantías a la hora de viajar por el mundo, una marca consolidada etc.) y otros emigrarían a otras partes de España.
Barcelona pasaría a estar al nivel de Valencia o Sevilla. Madrid saldría reforzado.

Cataluña tendría muchos menos ingresos, pero muchos más gastos. Ahora sí que tendría que pagar embajadas, y toda la maquinaría diplomática de un Estado. Menos ingresos, más gastos.

España podría hacer un by-pass para su salida mediterránea mediante un túnel por Aragón con Toulouse, desviando un porcentaje importantísimo del tráfico que ahora transcurre por Cataluña rumbo a otras zonas de España desde Francia y viceversa.
El puerto de Barcelona, el aeropuerto del Prat... se rebajarían al nivel de lo que supone un Estado que con suerte llegaría a los 6 millones. O sea, a un nivel mucho menor de la mitad del actual.

Y esto teniendo en cuenta que Cataluña no sufra una guerra civil (la mitad de la gente actualmente se siente parte de España), estallidos sociales, baja autoestima por ser parte de un país más pequeño que Moldavia o Bután, con menos televisiones, menos medios, noticias de Esparraguet de Farnols como sucesos importantes etc. por no decir una liga de fútbol al nivel de la escocesa, donde el Barça tendría que jugar varias previas de Champions para llegar a la fase de grupos, que rara vez conseguiría sobrepasar.

Pérdida de competitividad enorme debido al abandono progresivo del español, segunda lengua mundial después del inglés.


La lista es enorme. La separación de Cataluña puede ser incluso más beneficiosa para determinadas ciudades, como Madrid, que pasarían a ser líderes indiscutibles de la Península Ibérica, acaparando las multinacionales que huyen de Barcelona, el tráfico del Prat desviado a Valencia o Madrid.
España seguiría siendo el 2º país más grande la Unión Europea y el 5º más poblado, mientras que Cataluña sería como Bélgica en extensión, y como Bulgaria en población (teniendo en cuenta que mantuviese la misma población, algo improbable).
Y la pérdida de PIB al final se compensaría con la huida de empresas de Cataluña hacia el resto de España. España seguiría siendo un mercado de 40 millones de habitantes.


Yo creo que antes de hablar de independencia tan a la ligera, la gente se debería informar. Si, siendo TOTALMENTE conscientes de las consecuencias que puede acarrear tal separación, deciden la secesión, que la asuman y que luego no vengan llorando. Para mí tal acto debería ser irrevocable. Y sólo aceptaríamos una vuelta de Cataluña con unas condiciones extremas y totalmente serviles. Por supuesto con condiciones.

El que crea que la independencia de Cataluña es como si todo siguiese igual que ahora, pero siendo independientes, es que es un perfecto ingenuo.