Arenys de Munt - Barcelona

Arenys de Munt, entre la sintonía vecinal y el rechazo de algunos

Javier Díaz Arenys de Munt (Barcelona), 4 sep (EFE).- El polémico referéndum sobre la independencia de Cataluña convocado en Arenys de Munt (Barcelona) el 13 de septiembre despierta en general la sintonía y el interés de los vecinos, aunque otros expresan también su indiferencia u oposición ante esta curiosa iniciativa.

La consulta, convocada por el Moviment Arenyenc per a l'Autodeterminació (MAPA), un colectivo soberanista de la población, ha suscitado un gran interés político y mediático, y también centra conversaciones en la calle, en las cafeterías y en los comercios de esta población de 8.023 habitantes del norte del Maresme.

Varias pancartas de gran tamaño colgadas en algunas calles avisan al visitante del referéndum del 13 de septiembre, y también pequeños carteles, dispersos por toda la población, informan de debates políticos complementarios a la consulta.

El alcalde, Carles Móra, que se ha situado estos días en el centro de la polémica, es a la vez miembro "a título personal" de la comisión organizadora del referéndum y contribuyó a fundar la entidad convocante de la consulta (Moviment Arenyenc per a l'Autodeterminació, MAPA en sus siglas), aunque ahora ya no pertenezca a ella.

Carles Móra es miembro de la formación Arenys de Munt 2000 -un partido que en las municipales se une con ICV- y el pasado mes de abril apoyó una moción municipal para pedir la dimisión del conseller de Interior, Joan Saura, por su gestión durante las protestas contra el Plan Bolonia, aunque declara llevarse bien con el líder de los ecosocialistas.

Otra prueba del entramado de coincidencias en torno al referéndum es que el presidente del MAPA, Josep Manel Jiménez, es a la vez portavoz de la comisión organizadora y concejal de la CUP (Candidatura d'Unitat Popular) en el pueblo.

Con la excepción del PSC, todos los partidos con representación municipal dieron su apoyo al referéndum, y ese 'gusanillo' de la votación también se aprecia entre una buena parte de los vecinos.

Susanna Cambray, empleada de un puesto de venta de tabaco y prensa de la población, asegura que irá a votar a favor de la independencia de Cataluña, y defiende "que se pueda ejercer el derecho a decidir".

Mireia Mias, la propietaria de una farmacia en el centro de Arenys, también espera que el 13 de septiembre sea "una fiesta", y destaca que Arenys siempre ha sido un pueblo "bastante nacionalista".

Ferran, propietario de un bar cercano al consistorio, se declara "bastante catalanista" y añade que la gente "debe ser libre de pensar y decir lo que quiera", un diagnóstico que comparten la mayoría de la veintena de personas sondeadas por Efe.

Añade que entre su clientela hay de todo, pero que en Arenys de Munt existe mucho sentimiento de identidad, tanto en el ámbito local como catalán, y asegura que la polémica generada y la voluntad de la Falange de manifestarse en contra, han animado a ir a votar.

En cambio, el propietario de otro negocio de la zona, que prefiere no identificarse, opina que la iniciativa nace de "unos cantamañanas", y asegura que aunque las familias que llevan en Arenys varias generaciones están a favor de la consulta, a otra parte de la población "le molestan" estas cuestiones.

Una pareja, que también rehuye identificarse, asegura que el referéndum "no tiene sentido", mientras que unos cuantos vecinos aseguran que desconocen cuándo se hará la votación y declaran su abierta indiferencia hacia la consulta.

La secretaria de la Asociación de Comerciantes de Arenys, Nuria Paituví, destaca que, más allá del referéndum, su preocupación se centra en si la posible presencia de partidarios de la Falange el 13 de septiembre puede causar destrozos en los 55 comercios asociados.

Las autoridades policiales le han garantizado que no habrá problemas, y por eso los comercios abrirán ese domingo, pero el temor a incidentes por la hipotética presencia de la ultraderecha también es motivo de inquietud entre la población.

Arenys de Munt ya hizo dos referendos en 2002 y 2006 sobre el soterramiento de la riera, aunque la participación se situó en aquella ocasión en el 20%, según recuerda el alcalde, que espera que esta vez la participación sea mayor.

El 7 de septiembre, por orden judicial, las partes en conflicto (el ayuntamiento y la Abogacía del Estado) acudirán ante el juez para defender sus posturas y ver cómo se zanja el conflicto, pero entretanto el ayuntamiento ya recoge el voto por correo en sus dependencias y, además, colocará la 'estelada' durante la Diada. Por ello, sea como sea, la polémica está servida.

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