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Zalamea de la Serena - Badajoz

Poblacion:
España > Badajoz > Zalamea de la Serena
12-04-12 18:41 #9919659
Por:muricent

Historias del siglo XIX y primera mitad del siglo XX
Estoy interesado en saber la historia de la gente que vivió en esa fecha, quienes eran, como vivian, quienes heran los poderes. He escuchado historias a mi padre y a personas mayores y me parece que es bueno que se sepa. Un pueblo que conoce su pasado, tiene un gran paso dado hacia su futuro. Por favor, si alguien conoce historias de este tipo o dispone de documentación, que la cuelgue para poder enriquecernos todos.
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17-04-12 18:04 #9940780 -> 9919659
Por:No Registrado
RE: Historias del siglo XIX y primera mitad del siglo XX
date una vuelta por el foro y encontraras varias historias
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20-04-12 09:48 #9953523 -> 9919659
Por:No Registrado
RE: Historias del siglo XIX y primera mitad del siglo XX
BUENOS DIAS MURICENT....
TE VOY A CONTAR UNA HISTORIA EN TONO JOCOSO QUE AUNQUE NO ENTRA EN LOS RENGLONES DE LA REALIDAD BIEN PODRÍA SERLO. TÓMATELO CON FILOSOFIA Y HUMOR....

EXAMEN DE HISTORIA

-¿Don Lucas Prada y Regato?
(Se aproxima un mozalbete)
.................................
A ver, lección diez y siete.
Viriato, ¿quién fue Viriato?

-Viriato, Viriato, fue...
un monarca anglosajón.
Hijo del gran Cicerón
y de la bella Friné.

A la muerte de Tiberio,
en el sitio de Crimea,
Viriato entró en Zalamea
y se encargó del imperio.

Contrajo allí matrimonio
con la princesa lombarda
Mesalina, hija bastarda
de Indívil y de Mandonio.

y, nombrando mariscal
de su ejército a Selín,
derrotó al general Prim
en los campos del Transvaal.

Esto hizo que Carlos V,
con Palafox y Alcibiades,
penetrara en Tiberiades
persiguiendo a Chindasvinto,

y el monarca visigodo
fue vencido en Alcuneza,
donde perdió la cabeza,
que es como perderlo todo.

Mientras tanto, en Palestina,
contáronle algo a Viriato
de su esposa y Mauregato
y repudió a Mesalina;

y, en poco menos de un mes,
firmó en Londres una alianza
con el Duque de Braganza
y un primo de Cabasés,

puso cerco a Port Arthur,
descubrió la Patagonia
y se casó en Macedonia
con "madame" Pompadour.

Lord Wellington que veía
estas cosas con enojo,
quiso cruzar el mar Rojo
y apoderarse de Hungría,

para cuya expedición
contaba con Polavieja,
con Juana la Beltraneja
y con Cristobal Colón.

pero como Abderramán
le debía el califato
a un sobrino de Viriato,
apostó junto a Milán

una escuadra poderosa
al mando de Caracalla,
y les venció en la batalla
de las Navas de Tolosa.

Viriato pagó al califa
tan señalado servicio
dándole un trono fenicio
que le tocó en una rifa,

y luego obsequió a Boabdil,
en los campos de Montiel,
con una casa-cuartel,
para la Guardia Civil.

En esto, la Pompadour,
que se encontraba en Armenia
enferma de neurastenia,
llamó a Tolosa Latour,

y aunque el doctor hizo alarde
de ser hombre diligente
cuando pulsó a la paciente
era demasiado tarde.

Su muerte afligió a Viriato
y le hizo vestir de luto
y hasta crear un tributo
que se llamó "inquilinato";

y harto de tanta viudez,
dijo a la esposa de Eurico:
"Te llevaré a Puerto Rico
en un cascarón de nuez"

Mas, renunciando a la vida,
fue en un camión de Garruste
al monasterio de Yuste,
donde falleció enseguida.

Ustedes al ver el modo
de expresarse el colegial
pensarán que salió mal...
Pues se equivocan del todo.

Al terminar su "labor",
dijo el presidente a Prada:
-No está usted conforme en nada
con ningún historiador;

pero, como a mi entender,
de todo cuanto le oí
si no ha sucedido así,
pudo muy bien suceder,

mientras de un modo patente
se demuestra, hay que aguardarse.
Conque puede retirarse
(¡¡y le dio sobresaliente!!)

ESTA HISTORIA ES PARTE DE TODO EL ARSENAL QUE A CERCA DE ZALAMEA EXISTE EN LA LITERATURA MUNDIAL, YA TE PONDRÉ MAS ADELANTE OTRO RELATO DONDE SUMERGIR TU ASOMBRO, O TE DARÉ REFERENCIAS PARA QUE LO LEAS.

ZALAMEA CAPITAL CULTURAL DE LA SERENA
UN ILIPENSE EN LA DIASPORA.
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20-04-12 09:56 #9953557 -> 9953523
Por:No Registrado
RE: Historias del siglo XIX y primera mitad del siglo XX
Sumergete también querido amigo-a en estos otros versos (romancillo) del gran poeta Perez de Montalban que nos recuerda con un sabio refran aquello de "Todo pica para sanar, menos los ojos, que pican para enfermar. De ahí que el verso diga "Quien quiera el ojo sano, átese la mano".
Aqui tienes los versos de este buen romance...

Estos simpáticos versos del romancillo Mal de ojo del poeta español Pérez de Montalbán nos recuerdan el sabio refrán: &laqno;Todo pica para sanar, menos los ojos, que pican para enfermar.» De allí el refrán que dice: "Quien quiera el ojo sano, átese la mano."1



Enfermó un hombre de un ojo,
y tanto su mal creció
que de aquel ojo cegó,
si no lo [tenéis] por enojo.



Con el ojo que de nones
le vino a quedar, pasaba,
y veía lo que bastaba
sin curas, agua ni unciones.



Mas como uno le dijese
que, si la vista desea,
al Cristo de Zalamea
devoto y contrito fuese,



donde por diversos modos
el cojo, el ciego, el mezquino,
con el aceite divino
de todo mal sanan todos.



Él al punto... partió,
con [el] fin de desentuertar,
al soberano lugar;
y apenas en él entró



cuando a la lámpara parte,
y tanto el aceite agota
que [ambos] ojos se frota
por una y por otra parte.



El ojo que bueno estaba,
con el contrario licor,
sintió tan fuerte dolor
que del casco le saltaba.



Y en fin, sin remedio alguno,
hubo de venir a estado
que de allí a una hora el [desventurado]
ya no veía de ninguno.



Al Cristo entonces... fue,...
y... con más cólera que fe,



a grandes voces decía:
-¡Señor a quien me consagro,
ya no quiero más milagro,
sino el que yo me traía!!



Cesó el dolor, y al momento,
contento de hallar su ojo,
se volvió sin más antojo
de milagro.

un saludo.
ZALAMEA CAPITAL CULTURAL DE LA SERENA
UN ILIPENSE DESDE AQUÍ....EN LA SERENA
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20-04-12 11:21 #9953882 -> 9953557
Por:No Registrado
RE: Historias del siglo XIX y primera mitad del siglo XX
SEPAMOS ALGO MAS DE ARSA Y DEL CASTILLO DE ARGALLET O DEL ARGALLEN.
ME REMITO A ESTE ESCRITO QUE ESTÁ MUY BIEN Y MUY ACERTADO.

CASTILLO DE ARGALLEN Y LA CIUDAD DE ARSA.

Sierra de Argallanes castillo árabe de Argallet, con el que se pretende hacer coincidir el controvertido asentamiento túrdulo de Arsa y en la que también se pretende fijar la muerte de Viriato.

Antigua ciudad de Arsa.

En la región de la Turdetania, entre otras ciudades cuyos enclaves están claramente indentificados, se encontraba la famosa ciudad de Arsa, citada por Plinío como una de las más importantes, ignorándose en la actualidad su emplazamiento exacto.Nosotros creemos que esta ciudad se hallaba situada en las ruinas que existen en la cima de la sierra del Argallén, a caballo entre los términos municipales de Zalamea y Campillo, junto a las ruinas del castillo árabe de Argalet, pudiéndose contemplar, aún, sus muros y adivinar por su trazado el gran esplendor de que debió gozar en su mejor época. Fray Juan Ortiz de Thovar, franciscano natural de Hornachos, nacido a comienzos del siglo XVIII, hombre culto y visitador que fue de la Orden, conocedor de estos parajes por frecuentarlos a menudo, nos lo confirma en un manuscrito del año 1779, que se conserva en el Monasterio de Guadalupe donado por el insigne bibliófilo y escritor extremeño D. Vicente Barrantes.

Su enclave era perfecto para la defensa por ser un sitio escarpado de difícil acceso (tal vez se aprovechó algún asentamiento de la edad del bronce).

En Zalamea se encuentra una lápida de granito situada en la calle de Pedro Crespo nº 14, propiedad de D. José Cáceres, en el suelo, junto a la campana de la chimenea de 53 cm de ancho, y 48 cm. de alto, con los siguientes caracteres:L. AT. T. I. VS. L. F. GAL.OPTATUS ARSENSIS DEC ANNL. III. H.S.E.S.T.T.L. de la que hay que destacar por su gran importancia, el adjetivo de origen ARSENSIS es decir, que L. ATIUS OPTATUS, era de Arsa o Arse, lo cual indica que esta ciudad se encontraba muy cerca de la actual Zalamea. Por su importancia tenía ceca para acuñar monedas, ya que un ingeniero de minas de Badajoz, D. Fernando Bernáldez, se encontró hace algún tiempo, en los Argallenes, una moneda que en el anverso tiene grabada una cabeza o cráneo muy gastado, como si fuera un ave, y la inscripción ARSA muy separada, y en el reverso ostenta un atributo típico de la zona donde se acuñó, una espiga o rama de olivo o quizás de encina (al encontrarse tan gastada es muy difícil su apreciación) con la inscripción que el Sr. Bernáldez tomó como de origen tartésico, KOSUS (parte de arriba), AEMILIUS (parte de abajo). La descripción de esta moneda se puede ver en el Memorial Numismático Español, que se publica en Barcelona, tomo II, página 268.

Por último su toponimia: Argallén, Argallenes o Arsallen, que de las tres maneras está escrito (ARSA-LLEN).

Definitivamente la mejor forma para despejar y esclarecer esta incógnita, será el día que personas competentes se decidan a efectuar excavaciones que, sin duda, aportarán luz y datos muy importantes para la historia.

En la ladera de la cara este, por la zona del castillo, se encuentra la entrada de una cueva muy profunda, ignorándose en la actualidad el sitio exacto de su emplazamiento.

D. Juan López, apodado «Tío Vinagre», vecino del pueblo y persona muy conocida, que murió longevo no hace mucho tiempo, me contó una historia muy curiosa. Siendo él zagal, vivía con su abuelo, que lo crió en uno de los cortijos que hay por aquellos parajes dedicándose a pastorear cabras, utilizando la entrada de la cueva como refugio para librarse del frío del invierno y de las tormentas del verano. Sólo podía penetrar unos pocos metros debido a la oscuridad que reinaba y también a la gran cantidad de mosquitos que había. Cierto día, se encontró con la desagradable sorpresa de que la cueva estaba tapada. Se lo refirió a su abuelo, y éste le explicó que hacía unos días habían llegado de «esa parte de la morería» (sic), unas personas con pergaminos y que buscaban algo. Los dueños, al enterarse, los expulsaron y taponaron la cueva para segurarse que no entrara nadie.

Los años transcurridos han borrado cualquier signo para encontrarla, pero con toda seguridad que formaba parte de este enclave primitivo, ya que se encuentra dentro del núcleo poblado.

Arsa se hizo famosa por haber dado cobijo al caudillo Viriato, refugiándose después de sus correrías por toda la Bética hostigando a los romanos.

Serviliano puso sitio a Arsa. La ciudad, falta de agua y alimentos, estaba pronta a rendirse, cuando por la noche llega Viriato y cae sobre los romanos obligándolos a firmar la paz. Era el año 140 a. de Cristo, tratado que sería roto por el hermano de Serviliano, Quinto S. Cipión. Viriato huye refugiándose en la Carpetania, donde murió poco tiempo después traicionado por los suyos.

Arsa fue asaltada por los romanos que la tomaron e impusieron sus costumbres, romanizándola.

La decadencia del Imperio Romano y sus luchas con otros pueblos fue la causa del abandono final de Arsa. Muchos años después quisieron poblarla de nuevo, pero tanto los habitantes de Campillo como los de Retamal se opusieron, interviniendo la Real Chancillería de Granada, que dictó auto a favor de ellos decretando que jamás fuera poblada ni se levantara edificación alguna.

Los romanos debieron reconstruirla con gran suntuosidad. Muchos pueblos de los alrededores se han servido de sus ruinas para construir casas solariegas, iglesias, etc. En Azuaga hay piedras escrituradas. En Retamal, Thovar habla de varias, dando la lectura de una de ellas que se encontraba en la vivienda de un tal Francisco Núñez Xaque. De Zalamea ya hemos hablado, aunque debe haber muchas más huellas por ser un pueblo con un pasado relevante, apreciándose en sus calles casas blasonadas. Su castillo y ruinas llenas de historia evocan el dominio que debió ejercer sobre la zona en otros tiempos. En Campillo se pueden apreciar varios bloques graníticos de formas labradas extraídos de otras edificaciones y colocados en la base de la torre de la Iglesia. Otras piedras escrituradas se encuentran en los muros exteriores de la misma, por la parte del Altar Mayor, que dan a la plaza de San Bartolomé, no pudiendo verse al estar cubiertos por obras efectuadas en los años sesenta.

Siendo párroco del pueblo D. Diego Murillo, se extrajo de uno de estos muros un ara votiva de, granito, cuyas medidas son: altura 1,06 mts. x 0,40 mts. de largo y otro tanto de ancho. Esta ara es de gran importancia por no existir otra de iguales características en la región Bética, siendo su lectura:

IOVI. 0. M.L. FA, FLORETI. A. EX. VO. D.D.L. VC. NEPO.

Su transcripción es como sigue: IOVI (Optimus). M(a*ximus). L(ocus). FA(milia), / FLORETI. / A. EX. VO(to).

D(edit) D(edicavit) L(ucius) C(arisimus) NEPO.

Que todas estas piedras se trajeron de los Argallenes parece confirmarlo una base circular de gran tamaño levantada por un

tractor arando en una finca propiedad de D. José Gordillo Ortega, que se encuentra situada en el camino, entre la sierra y Campillo.

Arsa ceca

Presenta en el anverso cabeza con ojo sobresaltado que copia la forma de un rodete o escudo militar al igual que otras cecas pero en este caso significa que la deidad o la representación de la ciudad tiene espíritu guerrero. Por otra parte esos ojos tran extraños nos recuerdan a los famosos ojos talismanes de la cuenca mediterránea que aún son visibles en Grecia y Turquía. En el reverso el texto se divide en dos por una espiga, concretamente tres signos arriba y seis abajo. La segunda línea termina con el famoso b'l "Baal, señor". Nos restan seis signos para el nombre de la ceca ARSA, de ellos dos son dos ayines /'/ y uno es una /s/ al estilo de tsade hebrea, quedan, no obstante, tres signos complejos. La lectura actual gira sobre w'rs'º leídos en forma de /s/ (primera y segunda línea de derecha a izquiera, orden correcto fenicio en una estela) si bien yo lo interpreto de otra forma diferente, concretamente la escritura latina se hizo en el sentido contrario de la agujas del reloj, mientras que el neopúnico a favor, de forma que corrompe el orden de lectura y hay que hacerlo de izquierda a derecha, esta lectura es semejante a la usada para la ceca (en latino) de Iliturgo cuando hay se lee perfectamente Iliturgense en ILITUR-ESNEG. La lectura queda de la siguiente forma: h'rs'w-b'l o Harsau del Señor.

ZALAMEA CAPITAL CULTURAL DE LA SERENA
UN ILIPENSE EN EL MUNDO
Puntos:
21-04-12 00:52 #9957669 -> 9953882
Por:Antonio Dávila Garci

RE: Historias del siglo XIX y primera mitad del siglo XX
Fidolo Cano Pozo.

Nació en Zalamea de la Serena el 27 de septiembre de 1.886. Hijo de oficial del Ejército Liberal, participante en la tercera y última guerra carlista, y de madre de familia labradora acomodada, quedó huérfano a muy temprana edad, siendo el único varón de una prole de tres hijos.

Persona de cualidades humanas excepcionales, exquisita sensibilidad y simpatía, alcanzó de forma autodidáctica, al no consentir la madre que ingresara en la carrera militar, un razonable nivel cultural, que contrastaba con el elevado grado de analfabetismo de la sociedad de principios de este siglo. Su actividad profesional, hasta la guerra civil, estuvo centrada en el comercio. Inició la misma, primero en Sevilla y posteriormente en Don Benito, donde conocería a su futura mujer, Cecilia Hurtado Muñoz-Calero, con la que se casó al alcanzar ésta la mayoría de edad, y con la que tendría cuatro hijos.

Sus actividades empresariales estuvieron centradas en la representación de las principales casas comerciales de la época. Al mismo tiempo, actuaba de corresponsal del diario "El Sol" en Extremadura.

La guerra civil le privó de la libertad y lo llevó a la ruina material y personal.
Al salir de la cárcel, a finales de 1.943, tenía cincuenta y siete años de edad, y era un hombre completamente acabado, al que la sociedad triunfante en la contienda le negó hasta lo más elemental. Con la dignidad con que siempre vivió se enfrentó a los últimos años de su existencia, falleciendo el 21 de Abril de 1.956, en su casa de la calle Derecha, en su Zalamea natal.

Su principal obra fue "COMO EL AIRE QUE RESPIRO", de la que a continuación se expone un fragmento:



"LAS CAMPANAS DE MI PUEBLO"

I
Campana que te salvaste
del furioso vendaval,
y otra vez al viento lanzas
las voces de tu metal;
voces, que a la cárcel llegan,
como un eco funeral...
¡seguro que estás doblando
por algún pobre inmortal!
Dime qué sabes, campana
de las que subí a tocar
aquellas noches tan noches
que ya tan lejos están,
para anunciar a los fieles
alguna festividad,
con los alegres sonidos
de un sonoro repicar...
Las luces de los altares
me miraban al pasar,
infundiéndome respeto
de las llaves el sonar,
y el ruido de mis pisadas,
la nave grande al cruzar
y el silbar de las lechuzas,
que me querían asustar...


II
Grata campana que dejas
vibraciones al tocar
que van orando el viento
hasta mi infancia llegar
Grata campana que suenas
con tanta solemnidad;
ya jamás con tus hermanas
te volverás a juntar,
ni en horas, cual ésta, triste
te podrán acompañar.
Tú ignoras la ingrata muerte
que tuvieron las demás,
aquella tarde de otoño
que no quiero recordar.
Tú no viste sus pedazos
al sol poniente brillar,
ni a sus abiertas heridas
el cielo azul retratar.
Campanas las de mi pueblo,
santas reliquias perdidas,
que en el solitario muelle
de la estación de partida,
con rotas lenguas de bronce
me dabais la despedida.
El tren partió resoplando
igual que una fiera herida;
y yo me quedé llorando...
¡llorando a lágrima viva!.


"A PEDRO CRESPO"


Lagunita de la plaza
donde jugó Pedro Crespo,
¿Qué dirán los que te vieren
junto a las puertas del templo?
¿Qué dirán de esas beatas
que, sin temor al invierno,
la cruzan todos los días
sin el más leve protesto?.
¿Y de estos curas de aldea
callados, sufridos, buenos;
de estos curas que parece
que nada les va con ellos?.

¿Dirán que los pescadores,
cansados de tanto infierno,
quisieron tirar sus redes
junto a la puerta del templo
para pescar pulmonías
y palúdicas a un tiempo?...
Yo no sé lo que dirán,
lagunita de mi pueblo,
pero las luces se espejan
en el fondo de tu cieno
y una rana canturrona
croando está bajo el cielo...

Desde San Sebastián.
Un ilipense de la diáspora.
¡¡¡ZALAMEA CAPITAL CULTURAL DE LA SERENA!!!
Puntos:
25-04-12 14:43 #9974406 -> 9957669
Por:No Registrado
RE: Historias del siglo XIX y primera mitad del siglo XX
BENITO ACOSTA GARCIA-QUINTANA

EL POETA ILIPENSE DEL VILLANCICO PROTESTA


NACIDO EN ZALAMEA DE LA SERENA EN 1937

QUISIERA QUE CONOCIERAMOS A BENITO ACOSTA POR SU POESÍA Y POR LOS QUE LE CONOCEN Y HAN CONOCIDO. VIVE EN MALAGA Y ALLÍ TRABAJA DE SACERDOTE EN LOS BARRIOS MAS MARGINALES DE ESTA CIUDAD.
SU POESÍA ES ASÍ:

EL NIÑO PERDIDO EN BAGDAD

"-Que Dios le guarde, buena señora.
¿ No habrá usted visto desde el balcón
pasar un niño, que en el bullicio
de la otra tarde se nos perdió ?

Si ustedes dicen como es su niño
algo pudiera decirles yo
pues de esta silla no me levanto
y es esta calle mi distración.

Mi niño tiene los ojos negros
y el pelo crespo de mi José.
Va con su polo remendadito
y pantalones color café.

No hay arbolito más agraciado,
es un arroyo puesto de pie.

Su voz despierta las alboradas
y está la vida donde él esté.

Su niño andaba por unas calles
que a ningún sitio conducen ya,
y sobre escombros pasó llorando
por los cadáveres de la ciudad.

¿ De cuántos siglos viene su llanto,
de todos huérfana, su soledad ?

Pero hay palabras igual que clavos,
él dijo ¡Vida! y vida habrá"

Y SI LES PARECE POCO ESCUCHEN Y REFELEXIONEN CON ESTE OTRO, AUNQUE NO SE ESTÉ EN NAVIDAD:

Benito Acosta
 
VILLANCICO DEL FORAJIDO
Si el pesebre nos enseña
que entre pobres anda Dios,
¿qué dios buscas en un trono
donde el oro se sentó?
Forajido es mi Niño
y nace en la frontera
-como tierra no tiene,
es el mundo su tierra-.
Mulatito es mi niño
por amor y violencia
-como no tiene raza,
todas las sangres lleva-.
Si el pesebre nos enseña...
 
La nana de mi Niño
sólo se tararea;
que amor, sin más vocablo,
es su lengua materna.
Sobre los diccionarios
dinero negro pesa
y páginas de sangre
crecen por cada letra.
 
Y en tierras de labranza
los dioses se pelean
por pagodas, mezquitas,
sinagogas o iglesias,
mientras mi Niño llora
perdido entre las guerras,
porque, gane quien gane,
él muere en la contienda.
Si el pesebre nos enseña...
 
Forajido es mi Niño
y nació sin licencias.
Entre las alambradas
su carnecita deja.
Carne de grito amargo,
su madre en la frontera.
Carne para el desierto,
su padre en las arenas.
Si el pesebre nos enseña ...
Benito Acosta .

ZALAMEA CAPITAL CULTURAL DE LA SERENA
UN ILIPENSE EN LA DIASPORA.
Puntos:
26-04-12 14:37 #9978246 -> 9974406
Por:No Registrado
RE: Historias del siglo XIX y primera mitad del siglo XX
APRENDAMOS DE TODO UN POCO
ESTO TAMBIEN VALE

QUISIERA SE SUPIERA MAS DE ESTE TEMA
MIKNASA AL-ASNAM
ZALAMEA DE LA SERENA
UNA CIUDAD BEREBER PERDIDA
EN LA COMARCA DE LA SERENA

RESUMEN

El emplazamiento de esta ciudad musulmana en el territorio de La Serena sigue en la actualidad siendo un misterio a pesar de las opiniones de algunos investigadores. Para su exacta localización hemos contado con la valiosa ayuda de las fuentes árabes recientemente publicadas, así como del conocimiento del terreno y su toponimia, y también del estudio de la red de caminos romanos y medievales.

Miknasa es el nombre, según las fuentes árabes, de una ciudad, de una tribu beréber y de una estación caminera situada a cuatro jornadas al norte de Córdoba, en la ruta que unía esta ciudad con la de Zamora, en el reino de León, a través de tierras extremeñas.

En la época musulmana existieron tres ciudades con el nombre de Miknasa: una, la más antigua, situada en el norte de Africa, llamada actualmente Meknés o Mequinés, cercana a la ciudad de Fez, y las otras dos en al-Andalus, la del valle del Ebro, llamada hoy Mequinenza y la extremeña perdida hasta la fecha en la comarca de La Serena.

La ciudad extremeña tuvo un sobrenombre o calificativo que por si solo serviría para ubicarla plenamente: Miknasa " al Asnam" (Miknasa "la de las columnas"), en sentido literal, la que se encuentra junto a los restos monumentales de un primitivo templo. Por extensión, los geógrafos árabes llamarían pais de Asnam a toda la región circundante a esta ciudad beréber extremeña que corresponde como después veremos con la actual comarca de La Serena.

EL MARCO FÍSICO

El paisaje de la comarca de La Serena resulta bastante monótono por tratarse de una extensa penillanura, de 400 m. de altitud media, desarrollada sobre pizarras precámbricas, en la que los únicos relieves de cierta importancia que se observan son los originados por erosión diferencial en los crestones de cuarcitas paleozoicas y en los berrocales graníticos, rocas que al ser más resistentes frente a los procesos erosivos destacan en forma de sierras de escasa altitud o bien de montes aislados de forma cónica.

La monotonía del paisaje se acentúa por la escasa vegetación reinante, encontrándose la comarca en muchas zonas totalmente deforestada desde épocas pretéritas. Solamente en las laderas de las sierras se desarrolla el monte alto constituido esencialmente por encinas y alcornoques, y un monte bajo mediterráneo de jaras, tomillos, cantuesos y retamas, típico de todas las elevaciones extremeñas.

El encajamiento de la red fluvial en la penillanura no es muy acentuado, solamente el Zújar presenta un valle más profundo, con algunos niveles de terrazas separados por escarpes de cierta pendiente, donde la erosión ha dejado al descubierto las pizarras silíceas del subsuelo, que se muestran en superficie en forma de los típicos "dientes de perro", debido a su mayor resistencia relativa frente a las pizarras arcillosas con ellas interestratificadas.

La penillanura pizarrosa de La Serena queda limitada al sur por el sinclinal cuarcítico de las sierras de Tiros, Rinconada, de las Cabras y del Torozo, que en forma de arco se extiende entre Castuera y Capilla con altitudes medias de unos 800 m.

Al oeste aparece el batolito granítico de los Pedroches, el cual alcanza las Vegas del Guadiana cerca de Don Benito. Estos granitos se encuentran superficialmente enrasados con el nivel general de la penillanura y por ello forman parte igualmente del substrato rocoso de esta comarca. Más al oeste aparecen de nuevo las sierras cuarcíticas de los Argallanes (700 m.), Arrozao (665 m.) y de la Ortiga (660 m.), de dirección hercínica NW-SE, entre las cuales discurre el Guadámez hasta su desembocadura en el Guadiana a la altura de la Sierra de Yelbes.

Finalmente, al norte se encuentra la depresión terciaria del Guadiana, rellena de materiales arcillosos que dan origen a una amplia llanura, levemente alomada y algo abarrancada en las inmediaciones del río. Los sedimentos se encuentran sensiblemente horizontales constituyendo una llanura estructural en la que sobresale algún "monte isla" como el de Medellín.

Deben destacarse también los rellanos más o menos extensos de las rañas, situadas en las inmediaciones de las alineaciones cuarcíticas, cubiertas en otra épocas por el matorral expontáneo y hoy aprovechadas con plantaciones de olivos y otros árboles frutales.

FUENTES HISTÓRICAS

En el año 711 Tariq había vencido a los visigodos con un ejército mercenario de beréberes procedentes del norte de Africa, tribus caracterizadas por una violenta exaltación religiosa, por su xenofobia, por su rebelde espíritu de independencia y por su ímpetu predatorio y conquistador.

Entre los grupos tribales de beréberes que intervinieron en la conquista del solar hispano se encontraban los Miknasa, los Nafza y los Hawwara, emigrantes de las regiones montañosas del Rif y del Gran Atlas, los cuales una vez finalizada la conquista se establecieron en las mejores tierras de las comarcas del centro-oeste peninsular:

Los Miknasa en la cuenca del Guadiana, en La Serena; los Nafza en las vegas del Alagón y penillanura trujilana, y los Hawwara en las vegas del Tajo y en la Jara toledana, regiones todas ellas pertenecientes al distrito o "Kura" de la Marca Inferior cuya capital era Mérida.

Inmigraciones posteriores de beréberes del Magrib se sucedieron con frecuencia en los tiempos que siguieron a la conquista, unas veces como mercenarios en las milicias musulmanas y otras como grupos tribales de pastores y hortelanos que se fueron acomodando en las zonas hasta entonces insuficientemente explotadas por los primeros beréberes establecidos en las tieras más fértiles de la Marca Inferior.

A estas regiones fronterizas, donde abundan los fanáticos beréberes, fáciles tanto a la conversión como a la apostasía, afluyen a fines del siglo IX los iluminados y los místicos que intentan hacer adeptos en las crédulas masas musulmanas. En el año 901 un personaje apodado Ibn al- Qitt se pone al frente de un movimiento religioso de oposición al soberano reinante. Recluta adeptos entre los beréberes asentados al norte de Córdoba, en el distrito de Fahs al -Ballut (Los Pedroches)y en la Sierra de Al-Baranis (Almadén), después pasan por el distrito de Al Asnam y penetran en el de los beréberes Nafza, para dirigirse con una gran multitud de fanáticos a conquistar la ciudad de Zamora donde son derrotados.

En el año 921, Al Istajri nos cuenta que "los beréberes Miknasa, Nafza y Hawwara son de la tribu de los Al Butr y están en al-Andalus"; en otro lugar, dice que "Nafza y Miknasa están entre los cristianos y Córdoba", indicándonos con ello la ubicación de estas ciudades alineadas en una antigua vía caminera Córdoba - Zamora que sería el mismo itinerario seguido por Ibn al- Qitt, es decir: Cordoba - Los Pedroches - La Serena - Penillanura trujillana - Puertos de Béjar - Salamanca - Zamora.

En la misma obra de Al Istajri que trata de los caminos de Al Andalus, al reseñar el que designa como número cuatro especifica : " De Córdoba a Miknasa cuatro días; de ésta a Hawwara otro tanto, de allí a Nafza diez días, y de ésta a Zamora cuatro días".

De lo cual puede deducirse que: " De Córdoba a Miknasa hay cuatro jornadas de camino. De Miknasa a Hawwara otras cuatro jornadas, y de Córdoba a Nafza diez jornadas (pasando por Hawwara). Por último, de Nafza a Zamora cuatro días de camino". Según este itinerario, la distancia de Córdoba a Zamora podía hacerse en catorce días, o bién en solo doce jornadas camineras sí se dirige por Medellín, Trujillo y Nafza, con ello se evitan, al no pasar por Hawwara, dos días de camino.

Esta cifra concuerda con los veinticinco días que invirtió Almanzor, según Al - Udri, en una de sus campañas contra la ciudad de Zamora, teniendo en cuenta el viaje de ida y vuelta más un día dedicado a la lucha contra los leoneses.

La ciudad de Miknasa es citada también por otros geógrafos árabes del siglo X de forma repetida:

Ibn Hawqal dice: "Miknasa se encuentra entre el Tajo y el Guadalquivir, a dos días de Cáceres y a otro de Majadat al-Balat".

Al Idrisi que plagia a Ibn Hawqal describe un itinerario en el cual consigna entre Miknasa y Majadat al Balat dos etapas y de Cáceres a Miknasa una etapa, lo cual no concuerda muy bien con los datos que proporciona este mismo autor de la ruta de Córdoba a Miknasa que despues comentaremos.

Yaqut, de forma escueta menciona a Miknasa como "un castillo dependiente de Mérida".

El anónimo del Dikr bilad al-Andalus cita de forma lacónica "Miknasa ciudad importante".

De todas las referencias que hemos podido encontrar en los geógrafos árabes, la que más luz aporta sin duda sobre la ubicación de la ciudad de Miknasa es la de Ibn Hayyan quien en la Crónica del Califa Abderrahmán III nos cuenta con todo detalle los siguientes hechos acaecidos en el año 915/16 coincidentes con un periodo de hambre que afectó tanto a los musulmanes como a los cristianos.

LA CAMPAÑA DE ORDOÑO II

"Noticia de la campaña del tirano Ordoño hijo de Alfonso, rey de los leoneses, a quien Dios maldiga, con sus mesnadas en el país musulmán y de los terrenos que recorrió en este año". (verano de 915).

"Dice al-Razi: en este año salió el tirano Ordoño, hijo de Alfonso, rey de los leoneses infieles, a quienes Dios maldiga, con sus mesnadas hacia tierras musulmanas, atacando el norte de Miknasat al-Asnam, tomando la fortaleza de Alanje y haciendo gran daño a los musulmanes... Salió de su capital, León, a la ciudad de Zamora,... Era objetivo del maldito la ciudad de Mérida, la mayor de las regiones occidentales de Al-Andalus: cruzó, pues, el Tajo, por el puente de Alcántara, con guías de su propia religión y desvergonzados musulmanes tránsfugas, entre los que los más hábiles eran dos hombres de Mérida, de la tribu Masmuda, clan de los Baranís, que estaban con el, llamado uno Ibn al- Risi... para guiarles. Envió a ambos con un gran cuerpo de caballería por delante de su ejército, para sorprender la ciudad de Miknasa antes de que lo advirtiera la población y se precaviera."

Dijo a estos dos guías: "Id con esta caballería, que yo os sigo; cruzad el Guadiana más abajo de la fortaleza de Medellín y meteos por la noche en el llano, de manera que vengáis a estar de mañana en medio del pais de Asnam, sin que lo advierta su gente antes de alcanzarles la algara, y ellos se dispusieron a cumplir lo ordenado"...

Vemos, a través del relato pormenorizado de Al-Razi, que Ordoño II avanzó con su ejército a través de una antigua calzada romana que pasando por el puente de Alcántara se dirigía en dirección sureste hasta Medellín. Una vez próximo al Guadiana, hizo pasar su caballería detrás de la Sierra de Yelbes, unos siete kilómetros aguas abajo de Medellín, para no ser avistado por la guarnición de su castillo.

... "Nadie los vió ni oyó, hasta que cruzaron el Guadiana según lo indicado, cinco millas más abajo de Medellín, pero cuando estaban ya frente a la llanura en plena noche, el guía Ibn al-Risi se confabuló con su compañero, apiadándose ambos de sus correligionarios y temiendo que Miknasat al-Asnam quedara por siempre destruida y se pusieron de acuerdo en esquivar el llano, en contra de las órdenes del rey Ordoño, y se metieron por los vericuetos y asperezas del Guadiana, para hacer vagar a la caballería que llevaban durante toda la noche, de modo que cuando amaneciera estuviera todo el pais en guardia... Su caballería recorrió el pais durante todo el día, pero no encontraron a nadie ni alcanzaron a ninguno, hasta que se unió el tirano Ordoño a aquella vanguardia suya, encontrándolos en un punto lamentable de cansancio, impotencia y fatiga de los animales. Al amanecer, reunió a los guías y les dijo : "Cabalgad conmigo por el llano, que ya me basta el mal camino que recorrí ayer". Entonces lo llevaron por la llanura de Al-Asnam a Magazela, hasta llegar después a la fortaleza de Medellín sin que encontrara asperezas ni escabrosidades, con lo cual advirtió el engaño de Ibn al-Risi y su compañero ..."

Deducimos de este relato que la caballería avanzó por la noche perdida entre las angostas sierras del valle medio del Guadámez, sin llegar a alcanzar su objetivo, situado algunas millas al sur de Magacela. A la mañana siguiente el Rey, al observar el estado calamitoso de esta vanguardia, desistió en su empeño de sitiar Miknasa y retrocedió, ahora por el terreno llano de La Serena, siguiendo la calzada romana, llamada hoy "camino de los moros", que desde Miróbriga (Capilla) pasaba junto al castillo de Magacela y se dirigía a Medellín, donde el Guadiana se atravesaba mediante un vado que sustituía al antiguo puente romano ya destruido en esta época.

NOTICIA DE IBN MARWAN AL-YILLIQI

En la misma Crónica del Califa Abderrahmán III an-Nasir, Ibn Hayyan nos cuenta que en el año 916 Ibn Marwan, jefe de la comunidad de muladíes de Badajoz y su comarca, ataca el territorio de La Serena para castigar a los miknasíes. Su incursión la realiza desde Niebla, subiendo por la Calzada de la Plata para dirigirse después al noreste y llegar hasta la aldea de Castuera donde traba combate con los caballeros miknasíes:

"Ocurría también que Miknasat al-Asnam tenía bastantes caballeros e infantes, con los que atacaban a sus vecinos y pasaban en algaras los confines de Ibn Marwan en Badajoz, por lo que éste, tras partir de Niebla, se dirigió hacia ellos con su caballería y levas, alcanzando la región de Al-Asnam hasta su centro, hollándola y recorriéndola por doquier, pues les tomó la aldea de Qasula, la más importante de las que tenían y mejor dotada de caballería, infantería y pertrechos, nido de salteadores de caminos y refugios de criminales. Mató un cierto número de sus hombres, se llevó todo el botín que halló, y la destruyó reduciéndola a polvo, dejándola luego, pues se le acercaban los caballeros de Miknasa, que confiaban en poder hacerle frente y recuperar el botín."

"Pero Ibn al-Faray, jefe de Miknasa reunió a su caballería y siguió hostigando a Abdallah b. Muhammad b. Marwan atacando sus confines, con el propósito de resarcirse, por lo cual Ibn Marwan volvió a invadir su región, saliendo con sus mesnadas y cayendo sobre él en una posada, donde había ido a beber con sus amigos. Sucedió que alguien de Miknasa de los que iban con Ibn Marwan en calidad de personas seguras, se adelantó a informar a Ibn al Faray de la proximidad de aquel, con lo cual dejó corriendo la reunión y se subió a su fortalezasalvándose en el momento en que llegaba la caballería al sitio que había dejado, entrando allí en su pos y hallando la mesa puesta, las tapas preparadas y las copas llenas y recién aderezado todo. Ibn Marwan sintió que se le escapara y mandó a la caballería por el llano, que recorrieron en algaras y asolaron, y cuando Ibn Marwan tuvo las manos llenas de botín, regresó a su región. A Ibn al-Faray se le ocurrió seguirle, poniendo en marcha a la caballería de Miknasa y saliendo tras él, siguiendo con los suyos en pos de la retaguardia, sin mostrarse por temor a ser atacados, siguiéndole las huellas por las asperezas que cruzaban lentamente, hasta que les cortó el paso un profundo río de escarpadas márgenes que era imposible evitar. Cuando comenzó a cruzarlo, los de Miknasa creyeron llegado el momento favorable de atacarle y así lo hicieron, pero se volvió contra ellos en recio combate y los derrotó, matándoles a muchos y siguiendo su camino, gloriosamente triunfador, tras haber hollado a sus enemigos en todo lugar y hacerlos retirarse humillados, temiéndole por doquier, reconociéndole la supremacía sobre los muladíes que tuviera su abuelo Abderrahman b. Marwan y acudiendo a él con lisonjas".

Pensamos que la existencia de una posada en las proximidades de Miknasa nos sitúa en una vía caminera frecuentada, posiblemente de trazado romano. La expresión "subió a su fortaleza" es claro indicio de que Ibn al-Faray poseía un castillo situado en lugar elevado donde resistir el asedio, tal vez el de Benquerencia, próximo a Castuera por donde pasa una antigua ruta caminera que desde Medellín conduce hasta Córdoba, la cual fue aprovechada por el rey Fernando el Santo cuando se dirigió a conquistar la ciudad de Córdoba.

La escaramuza entre los miknasíes y los muladíes de Badajoz debió producirse en las márgenes del tramo alto del río Guadámez, única zona que se ajusta al relato de Ibn Hayyan, pues la dirección de este curso fluvial es ortogonal a la que llevaba Ibn Marwan camino de Badajoz.

LA RUTA DE CÓRDOBA A MIKNASA

Según el geógrafo Al Idrisi en su repertorio de caminos de Al Andalus:

"De Córdoba a Ovejo (Ubal) hay veinticuatro millas, a Pedroche (Bitraws) hay una etapa, de Pedroche a Sant Quniyya hay dieciocho millas, de Sant Quniyya a Sant Q. R. Q. hay doce millas, a Kabbal hay doce millas, a B. t. r. l. s. hay ocho millas, a Qunaytarat Balá o Balí hay doce millas, a Talut hay doce millas, a Miknasa hay dieciocho millas, a Azuaga (Zuwaga) hay treinta millas, a al-Gilal hay una etapa de 25 millas".

Del texto que precede hemos sacado también valiosos datos para la ubicación exacta de la ciudad de Miknasa: si situamos la estación de Qunaytarat Balá o Balí en el Castillo de Alcantarilla, cerca del río Zújar, existen doce millas hasta Tolote, castillo situado muy cerca del pueblo de Blázquez (Córdoba) donde nace el río Tolote afluente del Zújar. Desde Alcantarilla pasando por Monterrubio y Puerto Hurraco hay dieciocho millas (unos veintisiete kilómetros) exactamente hasta Zalamea de la Serena donde debemos ubicar a Miknasa.

Para mayor abundancia de datos, entre Zalamea y Azuaga existen unos cuarenta y cinco kilómetros, o lo que es lo mismo, las treinta millas que había entre Miknasa y Azuaga, según nos relata Al Idrisi en su repertorio de caminos de Al Andalus.

El itinerario completo desde Córdoba a Miknasa (Zalamea) sería el siguiente:

Salida de Córdoba en dirección norte, por el camino romano y medieval de Toledo; se pasa cerca del Castillo de Vacar, después por el pueblo de Ovejo, donde se cumple la primera etapa caminera (primer día); la segunda etapa finalizaría en Pedroche (segundo día), donde la ruta abandona el Camino de Toledo y se dirige hacia el oeste, en direción de Hinojosa del Duque, cruza el Zújar y llega al Castillo de Alcantarilla (al-Qunaytarat) donde se cumple la tercera jornada (tercer día), sigue en dirección noroeste, paralela al relieve de las sierras, por la amplia vallonada del arroyo de Benquerencia en el término de Monterrubio, bordea hacia el Oeste por Puerto Hurraco y finalmente, siguiendo el curso del arroyo Cagancha, llega a Zalamea(cuarto día).

Un ramal de este itinerario sería el camino que desde Alcantarilla se dirige hacia el castillo de Blázquez (Talut), y otro el que une Zalamea con Azuaga, el cual sigue una dirección sur no coincidente con el anteriormente comentada. Los pasos obligados de este tramo serían el Puerto de Azuaga, el Castillo de la Nava, Puerto de Azuaga del Cerro Montoro, Lagunas del Lentiscal, Arroyo de la Mata y finalmente Azuaga.

LA RECONQUISTA DE ZALAMÉA

Además de las noticias de los geógrafos árabes que hemos analizado, existe una referencia procedente de las fuentes cristianas que, además de demostrar que esta ciudad subsistió cuando menos hasta la época de la Reconquista, dá a conocer con cierta aproximación cuál fué su situación geográfica respecto de otras poblaciones conocidas. Nos referimos a la Bula de Honorio III (año 1217), por la cual le fueron adjudicadas a la iglesia y al Arzobispo de Toledo todas las iglesias que se construyesen entre esta ciudad y una línea recta que desde Andújar pasaba por la Puebla de Chillón, Migneza, Magacela, Medellín, Trujillo y Jaraíz.

De esta relación de ciudades que siguen un orden correlativo en cuanto a su ubicación, podemos deducir que la localidad que nos ocupa se encontraba entre Chillón y Magacela, y esta ciudad no puede ser otra que Zalamea de la Serena, la antigua Iulipa romana, que aún conserva el monumental distilo que le proporcionó su sobrenombre arábigo en el siglo X. Y cerca de éstas columnas se encuentra el fuerte castillo musulmán reconquistado en 1236 por D. Pedro Yañez, sexto Maestre de Alcántara, a los moros después de veinte días de asedio. La plaza fué entregada por Muley Abenarráx su alcaide, siendo enseguida poblada de cristianos, según carta dada por dicho Maestre en las posadas de Aben Hud, a treinta de Abril del año 1240.

BIBLIOGRAFÍA

CALLEJO SERRANO, Carlos, "Apuntes sobre la situación de Miknasa en la Extremadura árabe". Revista de Estudios Extremeños, Tomo XXVIII, año 1972.

HERNANDEZ JIMENEZ, Félix, "La Kura de Mérida en el siglo X". Estudios de geografía histórica española. Revista Al Andalus, Tomo XXV, 1960

HERNANDEZ JIMENEZ, Félix, "Los caminos de Córdoba hacia el noroeste en época musulmana". Revista Al Andalus, Tomo XXXII, 1 y 2, Madrid-Granada 1967.

IBN HAYYAN, "Crónica del Califa Abderrahmán III an - Nasir". Al-Muqtabis V. Instituto Hispano Arabe de Cultura. Zaragoza 1981.

IDRISI, "Los caminos de Al Andalus en el siglo XXII". Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Instituto de Filología. Madrid 1989.

TERRON ALBARRAN, Manuel, "El solar de los aftásidas". Centro de Estudios Extremeños. Badajoz 1971.

TERRON ALBARRAN, Manuel, "Historia de la Baja Extremadura. Periodo Islámico" Tomo I. Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes. Badajoz 1986.

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