La vida que no cesa Escribí esta poesía hace ya muchos años, mientras se paseaba la crisis con traje de chaqué Fueron aquellos, tiempos como estos, duros tiempos, ese ciclo repetitivo en los cuales los de siempre pagan los excesos del convite, y seguirá sucediendo mientras no se busquen otras alternativas más justas y solidarias. Mientras tanto continuaremos dando vueltas a la noria, esperando en la cola de las cáritas de turno para recoger las migajas que esta sociedad sin recato dispensa para lavar su mala conciencia. Como quitando la piel al sueño que me acaricia me levanto somnoliento lo mismo que cada día. que fugaz pasó el reposo y la tregua de la noche. Sobre la cama me siento meditando la jornada y dando pasos de ciego busco el refugio del agua. El sabor mulato y tibio del desayuno en la taza estimula el cuerpo frío para la brega diaria. En la esquina de mi calle para el autobús urbano la gente se arremolina con prisas para tomarlo silencio entre bullicios es rutina en mi viaje que me acerca sin arreglo con la cita inalterable. Un reloj cansino y frío me juzga con su mirada acusando el recibido de la tarjeta en su garganta. Mil sonidos y matices se escuchan en la mañana gira el torno su cabeza, mientras la lima desbasta el cepillo muerde el hierro y la broca lo taladra. Un río de hierro candente recorre toda la estancia salpicando en su camino brillantes ascuas de plata sudor, humos y fatigas escapan por las ventanas impidiendo al aire fresco que me refresque la cara transcurridas ocho vidas vuelvo por fin a la calle al encuentro del bullicio de mi viaje invariable. Llegado a casa de nuevo vuelve a rondar la zozobra la crisis en el trabajo, los trabajadores sobran. La plantilla la componen cuatrocientos compañeros según la empresa propone, sobran al menos doscientos. Vientos de crisis azotan siempre las mismas arenas ignorando las fatigas de toda esas gentes buenas culpables por veredictos, dictados en mesas llenas. Mañana quizás mañana, vendrán los días de abstinencias pero no solo de obreros, de vos también excelencia. Llega la noche de nuevo, con tules de lluvia negra en silencio me recojo entre su oscura cabellera. Octubre de 1.979 Desde San Sebastián Un ilipense de la diáspora ¡¡¡ZALAMEA CAPITAL CULTURAL DE LA SERENA!!! |