Zalamea de la Serena - Badajoz

Susurros que descubrí una mañana contemplando la Charca, mientras el sol encendia la luz de su candíl.

El vaivén de las hojas de los eucaliptos agitadas por la brisa.
Melodiosos trinos de jilgueros.
El piar de un correlimos, que ligero caminaba por la orilla.
El canto de un verdecillo, posado en la rama más elevada de un árbol.
La tonada de una alondra desde la altura.
El chapoteo del agua acariciando la orilla.
El griterío sin tregua de unos gorriones que acalorados, discutían.
El mecer casi imperceptible de la avena loca inclinandose ante el viento
Una gallina cacareando la puesta de un tempranero huevo.
El tilín talán de las campanillas de un rebaño de ovejas.
Los golpes de la paleta de un albañil, mientras levantaba una pared de ladrillo.
Los ladridos de un perro.
El kikiriki de un gallo.
A albañil de la paleta cantando por Antonio Molina.
El croar de una rana.
El cucú de un cuco.
El arrullo de una tórtola.
Un tractor que cruza el campo.
La batida de alas de un pequeño mosquitero que voló, por encima de mi cabeza.
La sinfónica garganta de un mirlo.
Los susurros de las ramas de una encina balanceadas por la brisa.
El zumbido de una viajera abeja que me rodeó por dos veces, y luego desapareció tal cual había venido.
Trinos de golondrinas cortando con su pico el agua.
El penetrante chillido de un elegante pavo real.
El graznido de un cuervo.
Patos deslizándose por el agua emitiendo su sonido preferido.
La suavidad de los cascos de una yegua, que pastaba por la hierba.
El "coriche" de un perdigón.
En un momento de silencio los latidos de un corazón.
Sentí el aroma embriagador del campo,observé fondo azulado del cielo, la ondulada línea de las sierras dando forma al lejano horizonte.
La quietud me brindó contemplar y sentir los sonidos del silencio, que de la mano paseaba junto a la incipiente mañana.
Desde San Sebastián .
Un ilipense de la diáspora.
¡¡¡ZALAMEA CAPITAL CULTURAL DE LA SERENA!!!

muy bueno davila. Por cierto , el pavo real era mio.

Amigo Antonio, en un paseo por la charca es increible las cosas que se pueden ver, oir y sentir, tu nos describes algo que si vamos una mañana por allí lo podemos oir igual que tu, lo dificil es mantenerlo fresco en la memoria y presentarlo de forma tan bella que sea un regalo para la vista leer estas lineas.


Abenjudilip.

amigo abenjudilip , lo que hace falta es que visites con mas frecuencia la charca y a l@s amig@s en el pueblo , siempre es un gusto saludarte. y lo del pavo real que escuchaba antonio es cierto , es mio.

Pijorrilla ahora mismo me tienes confundido, ¿es posible que tu me conozcas?,seria agradable saber que no eres esa persona que dicen que eres.
Mandame un mensaje privado para ver si es verdad que nos conocemos.

Abenjudilip.

Pijorrilla, donde vi el pavo real hay unos mamiferos que no son europeos, me llamaron la atención, a tí que te gustan las definiciones en latín te digo que pertenecen a la familia de los Camilidae,son también de tu propiedad.
Desde San Sebastián.
Un ilipense de la diáspora.
¡¡¡ZALAMEA CAPITAL CULTURAL DE LA SERENA!!!

noooo , no van por ahi los tiros , esos animalitos , que por cierto tienen una muy fea costumbre , no son de mi propiedad , mi pavo real anda suelto por la charca , a veces , como el hijo prodigo vuelve a comer en mi mano y me cuenta de sus amigos , del zorro y el huron y de como subiendo a la ermita fue quitando unos feos lazos de acero que los hombres usan "para mantener el orden de la naturaleza". saludos

Ciertamente que tienen malos habitos, escupen.
A mi me pasa lo que a tu pavo real, en alguna ocasión he quitado más de un lazo de acero en el camino que mencionas.
Desde San Sebastián.
Un ilipense de la diáspora.
¡¡¡ZALAMEA CAPITAL CULTURAL DE LA SERENA!!!

Muy buenas a todos / as. Todos los que nos hemos acercado a la charca alguna vez, claro que hemos oído eso que menciona el amigo Antonio Dávila, pero él además de oír, ESCUCHA todo eso, y eso es algo destinado únicamente a esas almas sensibles, a esos eternos niños encerrados en cuerpos de hombre, niños que lloran, como en el poema de Gabriel y Galán, ante una injusticia; niños que piden justicia como los de los poemas de nuestro paisano Manuel Pacheco; niños en fin, necesitados de naturaleza y vida embarcados en una aventura sin destino y sin meta.

Gracias, amigo Antonio, por recordarnos que todavía existe naturaleza, aunque para ello tengamos que recurrir a descripciones tan maravillosas como la que nos regalas.