Zahínos - Badajoz

Querídos paisanos, ya preparando para las fiestas ¿no?,no podéis quejaros de todas las que se avecínan. Tomárlo todo con moderación y portaros bién, que luego se ponen unos cuerpos... como para subír las cuestas. Espero que el tiempo se porte bién, y lo paséis estupendamente, mientras yo estaré acordándome mucho de todos, y esperando que el próximo año pueda estar por allí. Como echo de menos estar por esas calles, saludando a todos, y que todos te conozcan. Pero bueno tampoco podemos quejarnos, sólo que a veces aparece la añoranza del pueblo, sobre todo cuando una se mete a dar una vuelta por éste foro y empieza a ver cosas de nuestro Zahínos. Tantos años fuera, y cómo se lleva dentro todo lo nuestro... Un abrazo a todos, y felíces fiestas.

Aunque no se quien eres ni donde estás, ten por seguro que en estos días te tendré presente asi como a todos los que no pueden acompañarnos a disfrutar de los momentos de diversión que todos nos merecemos; pero mucho mas me acordaré , como siempre, de los que nos han abandonado definitivamente y no podrán volver .

un abrazo para todos .

ESTAS PALABRAS QUE SALEN DEL CORAZON SON MARAVILLOSAS Y RECONFORTANTES EN ESTOS TIEMPOS DE MATERIALISMO QUE ATRAVESAMOS.SOLO PUEDEN SALIR DE UN ALMA NOBLE DE ALGUIEN DE ZAHINOS.

Desde Madrid, muchas gracias por vuestras palabras. Un abrazo a todos.

Valga parafrasear una canción muy conocida:

Que no daría yo, por empezar de nuevo,
a pasear por las piedras de tus calles.

Que no daría yo, por escuchar de nuevo
por sentir tus olores, tus ruidos y tus gentes.


Y escuchar ese grito de mi madre
pregonando mi nombre en la ventana
mientras yo deshojaba primaveras
calle mayor y por la plaza.

Que no daría yo, por empezar de nuevo,
para contar estrellas desde mi ventana.

Pasear la feria
para sentir el beso de la madrugada
y volar a los brazos de mi madre
y sentir ese brillo en la mirada
para luego alejarme lentamente
en las sombras de la noche
Que no daría yo, por escaparme
al cine de Mauricio
en donde dar el primer beso de amor,
que no daría yo, por sentarme
junto a ella en el Castillo.

Que no daría yo ay...

Cómo recuerdo cuando estábamos en Mauricio, esperando que el que nos gustaba nos sacase a bailar; cuando se acercaba a decír que si bailábamos con él, nos temblaba todo el cuerpo; y si habíamos tenído mala suerte y no nos había sacado, ó no se nos acercó para hablar con nosotras, pues a casa con el disgusto. Cómo ha cambiado todo, pero hay que reconocer que la ilusión que teníamos, ya ni la conocen. Nos poníamos de todos los colores cuando hablábamos con el que nos gustaba. Pero qué boníto era todo aquello. Aunque también se sufría, cuando pasaban de nosotras. Un abrazo a todos