Zahínos - Badajoz

Dias lluviosos que evocan lejanos amaneceres de sementera, caminos de barro y fatiga, lluvia en surcos, manta sobre los hombros, algún bando de palomas y la tierra abriéndose bajo mis pies como panza de libro abierto, brillando, rebosando energías adormicidas que explotarían en la era a ritmo del aire. Entonces arar era un trabajo penoso, duro, y hoy, en el recuero, es casi poesía que intercambia el surco y tranco con la estrofa y el lirismo con el amor reverencial a la tierra. Tierra fuente de alacena, barro de tapia y tan barro de alfarero como escultora de hombres.
Sembrar, arar, es asistir a un espectáculo único. La yerba se inhuma; la tierra abraza el grano y florece y regresa, como el hombre regresa a hollar viejos caminos, repletos de viejos pasos, en ciclo eterno, repitiendo gestos, trabajos y lamentos. Sembrar era y es sembrarme cada día, para ser causa de mi mismo.
Lejanos días que han dejado sensación de vacío entre mis dedos y en la palma de mis manos, por ausencias personales e instrumentales de manceras, giros, cangas, borniles, morrales, tarros, costales, aparejos, lomillos y ataharres. Palabras que me resuenan en la cabeza, como un eco, reviviendo a cada instante como el olor a tierra mojada, a trigo, a cebada, a yerba recien segada, a pana ahumada, a callos en las manos y a blasfemias apostrofando esfuerzos.
Es hora de ir aparejando, de recorrer de nuevo callejones de barro sentado sobre el burro con ambas piernas hacia el mismo lado. Saborear el calor de la candela, la palabra amable, el aseo, la caraba y el descanso. Hora de guardar silencio.
Buenas noches.

Hola, Mirloblanco: Dijistes algún día, o al menos creo que fue así, que habías sido sacerdote, militar...Que eras muy mayor... que patatín, que patatán.
Perdona, pero tu eres, como yo: Un viejo gañán que se resiste a olvidar el yugo que llevamos algún tiempo sobre nuestros hombros. Un yugo que no era, precisamente, el de las flechas y que nos dejó unas cicatrices que, ahora, en la lejanía del tiempo, nos traen un recuerdo agridulce.
Descansa, viejo gañan.
Descansa, compañero

mirloblanco, buenos dias,que algria volverte a ver por aquí,hazlo más amenudo hombre!!!que echamos demenos tus escritos,con tanto sabor al pueblo

Mirloblanco encantado de volver a leerte por aqui.
Radjul, el que dice que es mayor, ha sido sacerdote y militar es Adrian, no Mirloblanco.

No conozco ni a mirloblanco ni a radjul, pero no me queda mas remedio que decirle a los dos: ¡ felicidades por ofrecernos esos escritos tan llenos de recuerdos!

Buenas noches, aunque no sean las del mismo día.
Solo decirte, que eres el mejor, por muy temprano que nos levantemos. Tienes una memoria prodigiosa, no tanto por la cantidad de los recuerdos (que también), sino por la calidad de estos. No sé si todo lo que guardas fue, efectivamente, como lo guardas o ha acabado siendo así a fuerza de quererlo, pero, en cualquier caso, es un verdadero tesoro bajo los brillos de la poesía con que lo has envuelto.
Dice mucho en tu favor, que tengas las raíces tan bien enterradas.
Enga.

Buenos dias mirloblanco.
un saludo .