Zahínos - Badajoz

en mi niñez, observaba con ensoñación, de bruces en la orilla, los remansos que en días de invierno o primavera ofrecía el río Golín. Años más tarde, al leer el delicioso Platero y yo de Juan Ramón Jiménez, los recordaba en la poética descripción que en uno de sus capítulos -no recuerdo el título- hace de uno de esos charcos convertidos en palacios de cristal y esmeralda. Muchos años más tarde esta foto me ha evocado aquellos recuerdos. Gracias, autor anónimo.

Un zahinero ausente nostálgico.

k hortera

tu si que eres hortera,seguramente tu estas ahi,y no te hace falta soñar,porque lo veras siempre que te apetezca. ¡¡¡que insensible!!!

Ésa que te llama hortera, ni se ha leído un libro, ni conoce la finca de la Golondrina.

esa personita,por su forma de escribir, se ve que es muy joven y no ha disfrutado de los día maravillosos de baños en la vuelta de la golondrina, allí aprendimos muchos a nadar.
comparto totalmente (aunque estoy en Zahínos) tus sentimientos.

un abrazo zahinero ausente.

La forma de describir tus recuerdos me parece exquisita, pero no se hizo la miel para la boca del asno. Recuerda que la ignorancia es súmanmente atrevida. Haz caso omiso de ciertos comentarios.