Zahínos - Badajoz

Hacía tiempo que no pisaba estas teclas, que me llevan a este pueblo. ¡Qué frío!, ¡Cuánto olvido!, ¡Qué cosas y qué cuentos!

es verdad,que de tiempooo!!

que pena, que este foro, como tantos otros , esté tan dejado y olvidado, con los buenos ratos que hemos pasado juntos.

Ahora toda comunicación lleva una imagen. Nos enteramos de lo que hacen amigos, conocidos y familiares, por la fotografías que cuelgan. Es más fácil copiar y pegar que pensar. Pero quien te lee sabe perfectamente si eres tú o el pensamiento de otro. En este foro hay unos sentimientos que los virus informáticos no pueden atacar. ¡Ahí lo dejo!

No sé si alguien sabe quien soy, pero da igual, los sentimientos no pertenecen a nadie. Por esa razón no he dicho ni mi apodo ni mi nombre. No me creo dueño de lo que siento por el rincón de mi memoria; cualquiera que haya vivido en la calle El Alto puede sentir lo mismo, con la particularidad de que los sentimientos y los recuerdos son personalísimos. Mi calle no existe, afortunadamente. Está empedrada y de trecho en trecho repleta de cagajones de bestias, algún aparejo junto a una puerta, y algún burro atado a una argolla y todas las chimeneas humean. Se escuchan cantos de gallos y gallinas. Los arrumacos y mimos de alguna madre joven, tras alguna ventana, que hacen que hoy las puertas y las paredes se me antojen transparentes como si tuviera el poder de observar la ternura que cada madre depositaba en sus hijos.
Mi calle sigue oliendo a guisos, a estiércol, a paja mojada y a cereales, a sudores de vino y a colonia barata.
Quizás no exista, quizás no sea más que un montón de desordenados recuerdos, pero sigue siendo mi calle, la que nunca he abandonado ni nunca me ha abandonado a mi tampoco.

Bartok, el mundo es un pañuelo.ya nos encontramos aquí de nuevo.

A ver si foreamos un poco, que se nos va a olvidar escribir, multiplicar y, lo más jodido pensar.

Con los nuevos tiempos vienen pegando nuevos partidos. No los conocemos, no hemos tenido tiempo de ver como gobiernan, aunque a los que hemos vivido el: "ten cuidado con lo que dices", no nos sorprende nada. Que gobiernen, si ganan las elecciones. Pero que no olviden, que las espaldas de los españoles llevamos ya muchos palos.

Hasta ahora todos los políticos españoles han sido ladrones de esperanza. No sé cómo se les ocurre ni tan siquiera presentarse a las elecciones, se ve que les interesa y mucho. Se creen que porque nos muestren los robos de los otros, no vamos a ver los que ellos cometen.

Los nuevos tiempos no enterrarán los recuerdos. Alberto: ¡lo clavastes!

Distancia Alberto Cortez

Viento, campos y caminos… distancia,
¡Qué cantidad de recuerdos!
de infancia, amores y amigos… distancia,
que se han quedado tan lejos.
Entre las calles amigas… distancia,
del viejo y querido pueblo,
donde se abrieron mis ojos… distancia,
donde jugué de pequeño.

Un corazón de guitarra quisiera,
para cantar lo que siento.

Allí viví la alegría… distancia,
de aquel primer sentimiento,
que se ha quedado dormida… distancia,
entre la niebla del tiempo.
Primer amor de mi vida… distancia,
que no pasó del intento;
primer poema del alma… distancia,
que se ha quedado en silencio.

Un corazón de guitarra quisiera,
para cantar lo que siento.

¿Dónde estarán los amigos… distancia,
que compartieron mis juegos?
¿Quién sabe dónde se han ido… distancia,
lo que habrá sido de ellos?.
Regresaré a mis estrellas… distancia,
les contaré mi secreto:
que sigo amando a mi tierra… distancia,
cuando me marcho muy lejos.

Un corazón sin distancia quisiera,
para volver a mi pueblo.

Cortar y pegar, pero es lo sentido. ¡Qué dura fue la distancia! y ¡qué largo fue el reencuentro!,¡qué largo se fueron los amigos!, ¡qué lástima no volver a verlos!
¡Cuánto te quiero Zahinos!, aunque no seas mi pueblo.

CAMINANTE SI VAS POR MI TIERRA – Canción.

Letra y Música: Horacio Guarany

Caminante si vas por mi tierra,
cuéntale de mis largas nostalgias.
que me paso, mirando a lo lejos,
esperando el día que llegue una carta.

Caminante si vas por mi tierra,
cuéntale que mis noches son largas,
que me paso, escribiéndole versos,
que ya nadie lee, solito hasta el alba.

Estribillo:
Cuéntale caminante, que es triste,
sentirse tan lejos de aquel festival,
donde un día cantaba mi pueblo,
las viejas canciones que hoy me hacen llorar.

Caminante si vas por mi tierra,
pregunta en los fogones mi nombre,
y si ves que alguien baja la vista,
con toda tu fuerza cántale esta zamba.

Caminante si vas por mi tierra,
pregunta por mis viejos amigos,
has de hallarlos juntito a un asado,
tras de una guitarra, en el templo del vino.

Cuéntale caminante, que es triste,
sentirse tan lejos de aquel festival,
donde un día cantaba mi pueblo,
las viejas canciones que hoy me hacen llorar.

La distancia que recorre el caminante, una peregrinación como la que compuso Ariel Ramírez, llena de cardos y ortigas, es el camino que recorremos a lo largo de nuestra vida.
Ellos preguntaban al caminante, nosotros al paisano. De unos u otros queríamos saber del pueblo que dejamos.

Cuando foreo nadie me lee.
A mi guitarra nadie la escucha.
Soledad: ¿no te habrás quedado ciega y muda?

Me voy, no lejos. Ya volveré, salud.