Bomberos voluntarios de Villanueva. Transcripción del Diario HOY ESTE AÑO LLEVAN 17 INTERVENCIONES Apagar fuegos por tradición 14.07.08 - Veinte vecinos de Villanueva del Fresno forman uno de los 4 cuerpos de bomberos de Badajoz Santiago es Policía Local, Antonio ahora está en paro, pero ha trabajado de tractorista y jardinero. Entre sus compañeros hay un herrero, un fontanero, agricultores, ganaderos, un guarda de campo, algún albañil... Todos viven en Villanueva del Fresno, a ocho kilómetros de la frontera portuguesa. Todos son bomberos voluntarios. De repente suena el móvil de José Luis Andrade, el policía local que coordina este grupo de veinte personas y que jamás apaga el teléfono. Ése el pacto con el Ayuntamiento, que se encarga de pagar la factura. Rápidamente marca varios números, se hace una cadena de llamadas y en cinco minutos se montan en un ‘gadafi’. Así se denomina el camión autobomba que hay en su ‘parque’, a la entrada de este municipio de 3.642 habitantes. Por supuesto, llegan con la ropa cambiada desde casa. Sus instalaciones son una antigua nave de ganado que tiene pendiente un arreglo en su tejado de uralita, con varios agujeros y en cuya fachada se lee a un lado Bomberos Voluntarios y a otro, con una letra en cada baldosín azul, ‘Construido con el auxilio del Ministerio de Agricultura’. No tienen baños ni vestuarios porque tampoco hay un retén de guardia, la mayoría de ellos está trabajando o con su familia cuando reciben un aviso de emergencia. «Los jefes se portan bien y suelen dar permiso, o bien se compensa esa ausencia con algunas horillas extras otro día», cuenta Santiago, voluntario de este colectivo desde 1998. Para ser bombero en este caso sólo es necesario estar en buena forma física, aunque no existen pruebas objetivas más allá de la presencia y pasado del candidato. Eso y la actitud que se aprecia en el aspirante, «que tenga predisposición para ayudar», explica el coordinador, aunque matiza que ya están todas las plazas ocupadas, las 20. No hay más porque hay que hacer un seguro de vida a cada uno y eso cuesta dinero. Sobre la formación, ésta es variada y casi siempre está relacionada con lo que hacen en el parque de bomberos (profesionales) de Olivenza, el más cercano. El año pasado hicieron tres prácticas y seis o siete cursos, desde buceo en humo con equipos de respiración autónomos (aunque no están autorizados para usarlos) a ensayos de evacuación, excarcelación de víctimas atrapadas, incendios forestales y evacuación de un colegio. «Si hay alguien nuevo que aún no tiene los cursos suficientes y hay una emergencia no le llamo», afirma tajante el coordinador. Desde 1984 La agrupación existe desde 1984, aunque formalmente se registró en 2004. «En las afueras del pueblo hay 5.000 hectáreas de tierras comunales para labrar. De toda la vida, cuando había un incendio salíamos todos los vecinos a apagarlo. Ahora es igual, pero por lo menos tenemos medios y algo de formación», dice Antonio Sierra, que ingresó como voluntario en 1995. La semana pasada tuvieron tres días ajetreados. El lunes se desplazaron a la aldea oliventina de San Benito porque ardían unos pastos, «pero nos tuvimos que volver porque los bomberos de Olivenza lo tenían controlado cuando llegamos». Dos días antes unos matorrales echaban llamas de forma amenazadora junto a la carrera de Olivenza y en pleno domingo pasaba lo mismo en idéntico lugar. «Ahí tuvimos que ir nosotros. Fuimos los únicos que llegamos (...) y hace tres años vaciamos un camión entero de hormigón que se había accidentado para que la grúa pudiera enderezarlo y cargarlo», relata uno de ellos orgulloso de haber resuelto aquel titánico encargo. Los bomberos voluntarios de Villanueva del Fresno tuvieron 14 intervenciones en 2006, 45 en 2007 y en lo que va de 2008 ya van 17 salidas. Aunque casi siempre son pastos ardiendo, apagar fuegos no es su única misión. En invierno llueve mucho y su pueblo se anega con facilidad. «En cuanto cae agua nosotros mismos nos pasamos por las casas que sabemos que se inundan, sin que nos avisen». Batefuegos (palas para sofocar las llamas), varios extintores de agua tipo mochila, cuatro walkies, equipación ignífuga, cascos de distintos colores, dos camiones y un todoterreno son su equipación, además de una barcaza de madera con un motor de 50 caballos y cinco metros y medio de eslora con la que controlan el pantano de Alqueva, ya sea para colaborar en un rescate o para vigilar a los niños mientras hacen piragüismo. Otro recurso extra para desempeñar mejor su tarea es un Renault 5 desguazado y colocado de canto a las puertas del parque con el que ensayan excarcelaciones por si algún día se topan con un accidente de tráfico. Ya no hay más. El resto es predisposición, y la ponen ellos. Ayuda de Diputación La figura del bombero voluntario es casi anecdótica en España, aunque su presencia se va extendiendo. En Portugal representa el único recurso contra el fuego y otras catástrofes y muestra de su protagonismo es el homenaje en forma de estatua de uno de ellos nada más entrar en Elvas. Actualmente, en la provincia de Badajoz hay parques de bomberos voluntarios en San Vicente de Alcántara, Guareña, Fuente de Cantos y Villanueva del Fresno. Se sostienen con la ayuda de la Diputación y lo que aporta cada municipio, ya sea con instalaciones, combustible o lo que se pueda. «A veces nos han enviado alguna cesta por navidad el dueño de una parcela en la que le apagamos un fuego o el alcalde nos invita a una ronda en el bar si nos ve juntos», cuenta Andrade, que se queja de que la Junta de Extremadura nunca les haya hecho caso en sus peticiones y necesidades. Celo de los profesionales «Nosotros siempre que llegamos a un siniestro nos ponemos a disposición de los profesionales, a sus órdenes», deja claro Andrade. Pero el coordinador del grupo de Villanueva del Fresno reconoce que puede haber bomberos profesionales que sientan su competencia en el cogote, sobre todo cuando aún no han consolidado su puesto como funcionario o están pendientes de que la administración convoque más plazas que los políticos pueden estimar innecesarias cuando este servicio les sale casi gratis. Pero la visión de este policía local es simple y clara: mejor esto que nada. «Siempre habrá detractores, pero el bombero voluntario no le quita nada al bombero profesional. Aquí existimos porque no hay profesionales cerca y, si arde una vivienda, en cinco minutos ya no hay nada que hacer. Si hubiera un parque más cercano no existiríamos aquí. En el caso de Badajoz me parece estupendo que creen un cuerpo de voluntarios, pero la verdad, no lo veo necesario». --------------------------------------------------------------------- Altruista, encomiable y admirable la labor de estos paisanos. Gracias. |